¿Qué hacemos?

2139 Words
Lorenzo escuchó el mensaje con la voz suave de su madre: Hola, hijo, soy mamá, vamos a abordar en unos minutos. Tú y yo necesitamos hablar sobre Farah. He sabido desde el primer momento que ella sentía algo por ti, pero nunca imaginé que fuese recíproco y mucho menos lo que me ha confesado Isam, que te fuiste a vivir con tu padre a Mainvillage para no pensar más en una posible relación. Lorenzo me sorprende muchísimo que no tuvieras la confianza de decirme todo esto, me hace sentir fatal, porque tú y yo compartimos una relación basada en la honestidad, siempre nos hemos tenido el uno al otro hijo y eso no debió cambiar al llegar al reino. No me imagino las cosas que has pasado solo con tu cabeza. En fin, perdón si di la impresión de que no podías venir a mí. Prefiero que hablemos con tiempo mañana, te amo, nunca lo olvides que eres el primer grana amor de mi vida. Lorenzo siente cierta tristeza porque su madre sufrió muchísimo cuando él se tuvo que alejar de la familia real, pensó que se debía a una estrategia de su expareja, que no se sentí cómodo con su marido y hasta pensó que odiaba ver a su mamá con sus nuevos hijos, cuando en realidad. Temía romper esa burbuja de amor en la que estaba metida con Isam, los niños y los príncipes por las locuras de Farah. En la adolescencia apenas podía contenerse y ella se frotaba con él cuando pasaban por los pasillos, le aparecía medio desnuda, le miraba con lascivia y no sabía cuánto tiempo le podría evitar, por no hablar que acusarle hubiese hecho las cosas más incómodas para todos. Lorenzo Madre, en cuanto aterrizan, me escribes por favor. Lamento tanto que te sintieras aislada, hice lo que me pareció mejor para la familia y de eso no me arrepiento. Te amo con la vida y mañana tan temprano como sea posible, espero vernos, darnos un achuchón y dejar las cosas claras. Te amo, amo, amo. Lorenzo regresó a la cocina y vio desde ahí a sus sobrinos algo inquietos, como incómodos, ya el rompecabezas no suplía sus necesidades. Su padre observó lo mismo y Kamal les preguntó si podían ir a jugar a fuera. —¿Puedes con los dos solo?—le pregunta su madre. —Sí. —¿Se van a portar muy bien con el tío, le hacen caso y nada de groserías o malacrianzas? —Hay un playgraound acá en el edificio, pero es sintético. —¿Hay un play, y nos dices hasta ahora?—pregunta su hijo molesto. —También hay que ejercitar el cerebro—le informa su padre y se despide de ambos. Elías acompaña a su hermano hasta las puertas del elevador y le pide cansarlos mucho muchísimo. —¿Tienes planes? —Tengo ganas de tener planes. —Lo que diga, majestad —respondió su hermano cómplice. Elías regresa a la cocina y se encuentra con su novia abriendo una botella de vino, le da un beso en la mejilla. Él coloca sus manos en la botella, coloca el corcho y con mucha más facilidad abre la botella, Nala sonríe y sostiene un por de copas para los ayudantes de cocina mientras Elías las llena, ella le acerca tres copas más y Elías escucha desde la cocina a su hermana exigir unas copa un poco más llena. —De casualidad, no tienen nada para picar o algo, comenta mientras se acerca a la cocina. —Tengo semillas de marañones que te encantan, macadamia, almendras y maní. Elías abre uno de los gabinetes y su hermana queda muy sorprendida por el orden. —¿Dónde pintas aquí? —No pinto aquí, voy a un estudio que tengo. —Estás preparando algo. —Sí, pero no sé—Lorenzo y Farah le abuchean porque Elías nunca está seguro de su arte, sin importar lo que digan los demás le parece insuficiente, puede ser un crítico o uno de sus hermanos, siempre está inconforme con su capacidad. Esta vez, tiene que ganador que tiene diez cuadros potencialmente buenos, pero muy cargados de dolor. —Ser artista debe ser muy difícil, no todos los días es fácil. —Sí, depende de la pieza—responde Elías. —Y la técnica. —Creo que todos nos adaptamos bien con unas y otras, pero no siempre me siento feliz o dolido como para trabajar en una pieza u otra—responde Elías. —Te ves agotada Selene—comenta Farah. —Tu hermano se despierta a las cuatro de la mañana y he salido hoy de la cama a ver qué tanto hace. —Todos ellos inician el día muy temprano —comenta Nala. —¿hoy te quedaste en la cama por nosotros? —Sí, me dio miedo despertarles. —Sé que tienen una especie de ritual, los niños y yo estaremos bien si quieres hacerlo. Ellos dos sonríen y Selene le enseña como apanar correctamente mientras mezcla algunos quesos y los funde con delicadeza a baño maría. Los príncipes y ella se quedan en la cocina, mientras Farah y Nala regresan al exterior. La princesa toma asiento y se queja porque dejó las semillas, su amiga hace un intento por acercárselas, pero ella se rehúsa. —¿Cómo está yendo la reconciliación? ¿Qué tal el sexo? —La reconciliación… va bien. Cero sexo. —¿Por qué? —Tenemos dos niños que con costo nos dejan tomarnos en la mano o besarnos, y como tu hermano quiere vivir aquí, ahora tampoco podemos dormir juntos. Es complicado. La joven asiente y le informa que cuantas veces necesiten está disponible para disfrutar de sus sobrinos y cuidarles, el tiempo a solas es fundamental para las parejas y sabe que esos dos pueden resultar agotadores. —¿Tú de niñera? —No, de tía. Encantada, llamaré a la niñera si hace falta —Las dos ríen. —¿Ustedes dos? ¿Cómo estás tú? Farah entiende que se refiere al asalto que vivió en el reino de Azalam; sin embargo, como se lo dijo a Lorenzo, es un capítulo cerrado y no quiere hablar de ello. —A veces muchas personas tiene dificultades con su vida s****l después... —Fui con un psicólogo. Opino que es darle la oportunidad de majarme la autoestima, dañarme el corazón y la vida. Es mucho poder sobre una persona. La virginidad es algo simbólica y el sexo puede ser algo corporal, mucha gente se conoce y tiene sexo un día y no vuelven a verse. Sé que un salto es un asalto, que no me lo merecía, pero, no voy a arruinar mi vida por él. Su castigo está por venir y no voy a premiarle con mi dolor. Cambiemos de tema. Las amigas conversan sobre los planes de Farah de convertirse en reina, la joven le explica a su amiga que su idea es lanzarse por completo y modernizar Tierra del sol. Sacar provecho de la riqueza de sus tierras y convertirle en un país fuerte y glorioso. Nala le recuerda que sus vecinos están estancados en la tiranía y el poder y podrían que unirse para atacarles. —Nuestra tierra es cinco veces más grande, hay más hombres y mujeres para pelear. —El problema es que dormimos con el enemigo. Necesitamos un ejército extra para atacar en contra porque sabes que los tradicionalistas se unirán para intentar quitar del poder a todo el que sea demasiad progresista. —No voy a vivir con miedo, a no hacer las casas bien por mi gente para que otros sean felices. Yo prefiero ir a una guerra y apoderarme de todo el reino como una vez fue. —Farah, una locura a la vez. ¿Cómo vas a convencer a tu familia de que eres una buena opción? ¿Qué todo va a estar bien? —Mis hermanos y mi padre cederán, mi verdadero problema es Lorenzo. —¿No quiere que reines? —La apoya, está feliz con la idea, lo que pasa es que será como su madre y mi papá, en algún momento lamentará perder su independencia y su libertad. Llevar la corona sobre la cabeza significa poder, miradas sobre ti y muchas responsabilidades que no van con su personalidad. Lo he visto en sus sesiones fotográficas y grabando un video, él podría hacer una película. Lo que pasa es que no hay reyes consortes que son actores o modelos. —Lorenzo cierre ha tenido una inclinación hacia las leyes y la política, conoce tierra del sol y está teniendo los huevos y la fuerza para admitir que te amas. En las relaciones siempre hay que perder para ganar. —Pero qué pasará cuando me deje en treinta años, sola con el reino. —Tendrás dos hijos como mínimo que te llamaran una o dos veces a la semana. —Mis hijos huirán con él para evitar ser reyes —Bala se ríe ante el drama. —Farah no sabes siquiera si eres elegible. —Como nunca ha habido una princesa antes de mí, no hay indicaciones para brincarme. Salen las primeras fajitas de pollo empanizadas y Elías llama a su hermana y a s esposa. Ellas se reúnen con el grupo en la cocina y Elías les informa. —Ya hay pollos para probar—Dice y ellas sonreír antes de tomar uno, está maravilloso de sabor y demasiado crujientes. —¿Con qué lo empanizaste? —Pan, y… ¡Muérete!… cereal. —responde su novio emocionado. —Está delicioso. —anuncia Farah. Selene les pregunta si está bien que se retire de la cocinada, Elías quien ha garrado el toque para freírlos y que queden dorados y jugosos le dice que mientras nos e vaya de la casa no la arruinaran. —¿Les molesta si preparo café? —Yo te lo hago —Dice Nala. —Te ves cansada hoy. —Fui con Kamal a hacerme unas pruebas de rutina, pero me angustia mucho ir al médico después de cáncer. —¿te han dado de alta?—pregunta Lorenzo. —Sí, pero, han sido meses complicados. En fin , es solo esperar —responde la mujer. —Para qué el chequeo. —Quiero comenzar a correr con Kamal. —Mi hermano corre desde los tres años, como dos horas, es un entrenador satánico—todos ríen. —No caigas en sus garras. Selene les cuenta que está muy decidido a realizar la maratón y ella a perder peso, sus cuñados le dicen que está bien y sus cuñadas que no debe preocuparse por el peso, sin embargo; ella no se siente ella misma. —¿Kamal te ha dicho algo sobre el peso? —No, pero ... Ya he perdido mucho, perdí el pelo, perdí mis tetas y mi paz, el pelo ya va bien, pero me gustaría tener mis tetas de vuelta y mi cuerpo sintiéndose propio. —¿Sabes qué? Haz lo que te haga sentí cómoda y feliz. ¿Por qué no te has puesto implantes? —Recibí radioterapia y no los ponen hasta finalizarla y ahora me da miedo someterme a una cirugía pro vanidad. —Sabes qué, yo te las regalo, porque mi mayor dese de pequeña era que me salieran las tetas y ninguna mujer debería no tener por culpa del cáncer. —Farah está loca, pero tienen toda la razón. No vas a sufrir más por esa enfermedad, Selene. Elías le da un brazo su cuñada y le dice que sí son monstruosos para recibir gente en su vida, pero, cuando eres parte de la familia, no importa si están enojados, dolidos, hartos los unos para los otros, ante una desgracia todos estarán ahí apoyándole. Una hora y media más tarde, Kamal regresó con los niños evidentemente agotados, su madre les preguntó si deseaban bañarse antes de cenar y los dos asintieron, mientras les alistaban para dormir. Kamal comentó como les llevó a correr por la ciudad, su hermano intentó no reírse porque sus hijos se veían destruidos; sin embargo, tendría su objetivo de pasar un rato a solas con Nala. —¿Después de cenar podemos hablar sobre el reino?—pregunta Farah. —No arruinemos la noche. —Eventualmente, tenemos que hablarlo, Kamal—reconoce Elías. —No quiero presionarte para que seas rey, quiero que me elijas como reino y que me apoyen los dos, si voy a poder lograr si me apoyan al 100 % y es significa vivir en tierra del sol, al menos los primeros cinco años. Nala lleva a sus hijos a la cocina y los encuentra a todos en silencio, la mujer pregunta: —¿Qué pasa? —Es una conversación que tendremos después de cenar —responde Nala.
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