DOS.

2139 Words
Gisel. No sabía que estaba aguantando la respiración, pero el aire salió disparado de mi e hice lo que me dijo, me vestí tan rápido que casi olvido quitarme esta maldita cosa, arranque los tirantes y me puse de nuevo mis bragas rosadas, cambie las zapatillas rojas de tacón por mis cómodas converse y metí todo en la caja de mudanza. Tenía que huir, tenía que correr tan rápido como pudiera. Tome mi móvil decidiendo, que volvería en otro momento por mis pertenencias. Cuando me asome al pasillo él ya no estaba, pero mientras bajaba las escaleras lo escuche hablando con una mujer, cuando di el último paso para bajar vi a Nana, fue ella quien se encargó de la educación de Luke, es como una madre para él y para mí también, solo que dejo de serlo cuando nuestro compromiso se rompió, no la había visto desde ese día y ahora ella me miro primero. -¡Gisel, cariño!.- la lastima sobresalió en su mirada y me obligue a sonreír. -Hola Nana, ¿Cómo estás?.- levante la mano para saludar y me quede parada en el filo de las escaleras. Me di cuenta de que los ojos del señor Gross me atravesaban el cuerpo, cada centímetro de mi piel se encendió, de pronto hacía mucho calor y sentí como me arrebataron todo el aire de los pulmones. -Yo soy quien debería preguntar eso, ¿Qué haces aquí?.- continuo nana hablando. -Oh… yo… bueno… mmmh…- las palabras no salían de mi boca y supuse que era por el hombre frente a mí.- estoy aquí para empacar. Conseguí decir. -Oh… ¿te vas?.- Nana parecía triste. Asentí y le di una pequeña sonrisa, el señor Gross carraspeo con la garganta haciendo que Nana volviera a la realidad. -¡Que tonta! ¿ustedes no se conocían verdad? La mujer se acercó al señor Gross y tomo su enorme brazo con una sonrisa llena de orgullo y cariño. -Él es el padre de Luke, el señor Gross. Dio un paso al frente y yo uno atrás, se detuvo por un momento solo para asegurarse de que yo no volviera corriendo arriba como un conejo asustado. -Solo Llámame Derek.- estiro su mano en mi dirección cuando estuvo cerca y la tome, la electricidad corrió por mis venas, lo mire directamente al almendrado de sus ojos, no encontré mucho parecido con Luke. Mi exnovio era alto sí, pero sus rasgos eran finos, era delgado y a simple vista podías decir que era amable y compasivo, pero este hombre era todo lo contrario, su mentón cuadrado se elevaba sobre mi cabeza, su nariz era perfecta y su complexión musculosa intimidante, parecía hacer mucho ejercicio, no aparentaba su edad, ahora que lo recordaba Luke me había dicho que su padre cumplía 50 este año, era el tipo de hombre que te dejaba sin aliento con una sola mirada. -Soy Gisel.- hable después de mirarlo más de lo permitido. -Lo sé. ¡¿Lo sabe?! ¡¿Cómo?! -¡Ah claro! Debió verla en la boda señor.- dijo nana. El señor Gross no dijo nada más y yo quería salir corriendo de aquí, esto era el puto infierno, ¿Qué diría ahora? “Es un placer señor Gross, soy la chica lamentable que tu hijo abandono ¡ah! Y la misma que casi se masturba frente a ti, que gusto verte” Afuera un trueno aviso que la lluvia de verano no tardaría en caer, esta era mi oportunidad para irme. -Tengo que irme Nana, no quiero tener que correr a casa bajo la lluvia. -¿Cómo planeas mover tus cosas? No vi tu auto en la entrada. -Se supone que Lizy vendría, pero no ha podido salir del trabajo, las recogeré después. -Entonces, ¿Por qué no te quedas a cenar con nosotros? Mas tarde te llevare a casa. -¡Oh no! No me gustaría molestar. -¡No eres una molestia Gisel! Además, no le molestara al señor Gross ¿no es así? Nuestras miradas volvieron a encontrarse y vi la oscuridad en sus ojos, joder, mi cuerpo tembló. -Por supuesto que no Gisel, eres bienvenida en cualquier momento.- la gravedad en su voz seguía ahí pero ahora era un poco más amable. -No se diga más… vámonos. *** Una hora más tarde estaba en la casa donde creció Luke, había venido unas cuantas veces, pero nunca vi a su padre. Su madre murió cuando él era muy joven y su padre jamás lo cuido se encargaba de sus necesidades monetarias, pero nunca de las emocionales, sé que tiene un despacho arquitectónico y que esta forrado en dinero, pero jamás lo conocí, ni siquiera en la boda lo único que tenía Luke era a Nana. Me senté en la isla escuchando a Nana hablar de sus nietos y del cumpleaños del más pequeño que me perdí, dijo algunas cosas más, pero no estaba prestándole atención, mi mirada se centró en el señor Gross que estaba en el jardín trasero hablando por teléfono con alguien, parecía molesto, los músculos se tensaron en su espalda y su mano descanso en su cintura, mis sucios pensamientos volvieron a lo que paso en la habitación matrimonial. Lo vi volverse hacia el interior y agaché la mirada concentrándome en el olor de la comida. -Lo siento, era una llamada importante. -¿Todo está bien querido? ¿Problemas con el traslado de la empresa?.- le pregunto nana. ¿Traslado? ¿viviría aquí? -Todo está bien, solo necesitan instrucciones… y mano dura.- las últimas palabras me dieron escalofríos. Nana continúo cocinando y el padre de Luke se movió hacia la estantería donde guardaban el alcohol, saco la botella del Pappy que siempre había querido probar y Luke jamás me ofreció mientras bebía. -¿Te gustaría beber algo Gisel?.- me ofreció a través de sus hábiles movimientos. Me detuve en las venas de sus fuertes antebrazos y me pregunte que bien se sentiría ser tomada por ellos. “No. No seas una zorra. Él es terreno prohibido” -Lo mismo que usted señor Gross, por favor. -Solo Derek.- no era una pregunta, era una orden y mierda, que bien se sintió. -Derek…- su nombre entre mis labios se sentía como terciopelo, me gusto. Me sirvió el whisky costoso en un vaso con hielos y sirvió un poco de ginebra para Nana, se sentó del otro lado de la Isla con el vaso entre los dedos y me miro, sus ojos se quedaron un poco más de lo necesario en mis labios e instintivamente los toque. “¡Que idiota! No me quite el labial” Mordí mi labio inferior tratando de disimular y el señor… no, Derek miro hacia otro lado. Quería morir de la vergüenza y si era posible que la tierra tragara mi cadáver. El móvil de Nana sonó. -¿Hola?...- su expresión se descompuso.- si, si, estaré ahí en un minuto. -¿Todo esta bien?.- pregunte realmente preocupada. -Mi nieto… parece que esta en el hospital, tendré que correr ahí, lo siento, pero por favor cenen ustedes. -¡Dios mío! Eso es horrible Nana, por favor ve y avísame si necesitas algo, correré a ti en cualquier momento.- me acerque a abrazarla. -¿Necesitas que te lleve?.- Derek se ofreció. -No, he traído mi auto aquí, pero, lo siento cariño, no podre llevarte.- me miro. -Está bien, aun es temprano, puedo volver a casa andando. -No, eso no está bien, ¿puedo confiársela a usted?.- miro a Derek. -Cuidare bien de ella.- le prometió y pude sentir que no lo decía con puras intenciones, me estremecí… de nuevo. Vi a la amable mujer dejar la casa y me quedé parada ahí, en el mismo lugar que antes. -Siéntate.- otra vez este hombre. -Sera mejor que vuelva, yo… -Ya le prometí a Nana que te llevaría y la cena esta lista. ¿No se siente incómodo? Es decir, vio a su casi nuera desnuda. Me senté, mientras él servía pasta carbonara y un poco de pan de ajo. Di el primer bocado y sonreí, casi había olvidado lo bien que cocinaba, es delicioso. -Gisel…- mi nombre salió de su boca y me atragante con la pasta, mi mano busco el vaso de whisky pero eso solo empeoro la tos, Derek se levantó para alcanzarme una servilleta y se lo agradecí con la cabeza. -Lo siento… es esto, demasiado para mi.- me refería al whisky y a todo. -¿Estas bien?.- sus manos se juntaron en la mesa. -Lo estoy. Asintió y no pregunto nada más durante la cena, lo que la hizo extremadamente incomoda, cuando llego la hora de recoger los platos no dejo que lo ayudara. -Lavare esto y te llevare a casa. Asentí mientras le daba un pequeño trago a mi vaso. -¿Ha intentado buscarte?.- tan directo… tan diferente a Luke. -No, todo lo que dejo fue un mensaje disculpándose. -Bastardo. -¿Disculpa?.- Lo era pero también era su hijo, ¿no era eso algo? -Siento lo que te hizo Gisel, estoy seguro de que no lo merecías. No pude ver si me tenía compasión porque estaba de espaldas a mí, pero por su tono de voz, no lo creía. Suspire y el alcohol estaba haciendo su trabajo, soltándome la maldita lengua. -Está bien, quizá fue lo mejor para los dos. -¿No era bueno contigo? Negue sin poder imaginarme a Luke siendo una mala persona, siempre fue amable… hasta que no lo fue. -Todo el mundo decía que éramos demasiado jóvenes para un para siempre y…- dude antes de hablar, pero mis palabras no se detendrían.- el sexo tampoco era bueno, ¿no es eso lo mejor de una relación? “Tonta, ¿podrías cerrar la boca por favor?” Se detuvo en seco y se recargo contra el lavaplatos, escuche un pequeño gruñido y volvió al ataque, ignorando por completo mis palabras. -No tienes que irte de la casa, la compre para ambos, fue un regalo y Luke no volverá. Negue con la cabeza y sonreí. -Es muy amable de tu parte, pero no puedo vivir ahí. -¿Por qué? -Porque esa no es mi casa, ni el regalo de mi padre. Se giro cuando termino de lavar la loza, recargando su trasero en la encimera sus brazos volvieron a cruzarse en su pecho. -¿En dónde vivirás? Luke me dijo que no te llevabas bien con tus padres. “Claro, bocaza.” -Buscare un empleo de medio tiempo y luego un lugar que pueda pagar con mi sueldo. -¿Entraste a la universidad? Me reí con amargura, lo hice, lo conseguí, entre a Berkeley, aunque decidí posponerlo por la boda, Luke quería que fuéramos de luna de miel y esas estupideces que ahora no eran más que un sueño. -Berkeley. -¿Planeas por casualidad… -Si, arquitectura, aunque, me gustaría ser paisajista. Una leve sonrisa se curvo en sus labios. -Deberías visitarme algún día, la empresa tiene un excelente programa de pasantes.- se enderezo y me entrego una tarjeta de presentación, en él venia el nombre de la empresa. -No creo que sea buena idea. -¿Por qué no? me gustaría ver tu carpeta. -Aún no he ido a la universidad. -Eso significa que tienes tiempo libre para aprender de alguien que sabe lo que hace. Intenté decir algo, pero nuevamente sentí que esto ya no se trataba de trabajo, había algo debajo de toda esa belleza que me atraía como el polen a las abejas y definitivamente caería si no fuera el padre de Luke. -Tengo que irme.- me levante del taburete y me di la vuelta, caminando hacia la puerta. Respire y exhale en silencio cuando sentí sus pasos detrás de mí, tome la perilla de la puerta, pero no abrió entonces recordé que esta maldita puerta tendía a trabarse, siempre le dije a Luke que eso sería un problema, y vaya puto momento. -Mierda… ábrete maldita cosa.- susurre. -Permíteme.- estaba detrás de mí, el jodido dios griego tomo la perilla rozando mis dedos, quemando mi piel para grabarse en ella. Me di la vuelta para huir, pero ahí estaba, cortando mi paso, su pecho quedo pegado al mío, levante la mirada y su respiración golpeo mi cabello, olía tan bien que casi me desmayo, madera… cuero y licor, todos combinándose y arremolinándose en mi pecho. Su mano libre se levantó, su pulgar capturo mi labio inferior arrastrándolo, cerré los ojos, dejé de respirar. Se detuvo. -Vamos, es tarde.- la puerta se abrió y me rodeo saliendo de la casa. “¿Por qué tenías que cerrar los ojos Gisel?” Lo seguí detrás mientras él subía a su lujoso Audi, lista para otro round silencioso con el atractivo hombre que me doblaba la edad.
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