Capitulo 2

1633 Words
Me voy directamente al gimnasio, entreno kick boxing, mi entrenador se llama Noah, es un hombre grande y muy fuerte, me da unas palizas un poco fuertes, pero jamás lo dejo irse sin un golpe. Tengo una pequeña maleta en mi casillero, porque vengo tres veces a la semana y normalmente saliendo de la oficina. —Terry, que bueno que verte, creo que hoy me ha tocado entrenar con novatas, ahora si que venga la acción —dice Noah sonriendo sobre el ring. —Muy bien, entonces empecemos. Entrenamos por más de una hora y este día no lo deje golpearme, al contrario, se llevo varios golpes y una caída, así que voy muy feliz sintiéndome triunfadora y él solo sonríe. Llego a mi apartamento, me doy una ducha y ceno algo ligero para empezar a empacar, le marco a mi hermano para darle la sorpresa. —Hola hermanita espero que tengas… Lo interrumpo antes de que me de un sermón. —Antes que me digas nada, quiero avisarte que mañana salgo para allá. —Que excelente noticia ¿cuántos días vienes? —Bueno, eso es lo malo, que voy en un operativo y solo serán dos días, pero prometo darme un tiempito para ir a verlos. —Bueno, si no hay de otra, está bien, con tal de verte aunque sea una hora. Conversamos por un rato más y en cuanto colgamos me pongo a preparar mi maleta, como no puedo ir vestida con mi traje pongo ropa más cómoda y menos formal ya que se vería muy extraño que vaya vestida como voy al trabajo. Termino y me voy directamente a la cama. Por la mañana me levanto muy temprano, ya que estoy lista preparo dos cafés, uno con azúcar y otro sin azúcar, en eso tocan el timbre, abro la puerta porque sé que es Morgan. —Buenos días Terry, ¿estás lista? —me pregunta y me quita la taza de café de las manos, menos mal que era el que no tenía azúcar. —Claro, voy por mi maleta. —Este café si esta muy bueno, ya ves, nada te cuesta no ponerle azúcar. Sonrío. Morgan toma mi maleta y nos vamos al aeropuerto. Por suerte no tardamos en abordar, nos acomodamos en los asientos y Morgan se queda viéndome. —¿Qué pasa? —le pregunto. —¿Crees qué podamos hacer la cita hoy mismo? —No lo sé, tal vez, llegando a Atlanta marcamos para ver si nos la dan. —Mis padres viven aquí en Atlanta, me gustaría ir a saludarlos, por mi trabajo casi no los visito. Me sorprendo mucho al escucharlo decir eso, no tenía ni idea donde vivían y eso que ya tenemos algo de tiempo trabajando juntos. —Qué coincidencia, mi hermano y su familia también viven aquí, espero que tengamos oportunidad de visitarlos. Al llegar a Atlanta tomamos un taxi para ir al hotel que nos reservaron, como soy la Sra. Morgan sólo reservaron una habitación, nos registramos y al entrar nos damos cuenta que es una suite nupcial. —No se supone que ya estamos casados, ¿para qué una suite nupcial? —cuestiona Morgan. Suelto una carcajada porque tiene razón. —Bueno, podemos decir que es nuestra segunda luna de miel, y que estamos festejando la próxima adopción de nuestro bebé, además, recuerda que tenemos dinero, si no cómo íbamos a pagar la adopción. —Si tienes razón, voy a darme una ducha. —Esta bien, voy a llamar para ver si puedo hacer la cita. Él me ve de arriba para abajo sin disimular. —Con ese traje sigues pareciendo un detective, no pareces una ama de casa feliz y enamorada. —Si, y tú vestido de rebelde, seguramente pareces un buen padre de familia. Se ríe y se mete al baño. Logro agendar la cita para esta misma tarde, entro a la habitación para tomar mi ropa y me topo con Morgan saliendo del baño, solo trae la toalla enredada en la cintura. Su cabello está mojado, su pecho perfectamente esculpido tiene gotas de agua, y yo no puedo quitarle la vista de encima, creo que hasta me estoy saboreando porque de repente, hasta sed me dio. —Está bien que estemos fingiendo ser esposos, pero frente a mi puedes disimular cuánto te gusto. Reacciono y me pongo de todos colores, él me sonríe muy sexy. Entro al baño furiosa dando un portazo y escucho su carcajada. Me doy una ducha rápida y me pongo un pantalón de vestir beige, y una blusa roja, lo que hace que mi cabello parezca aún más rojizo. Me pongo un poco de maquillaje y me dejo el cabello suelto. Al salir, Morgan está listo, trae un pantalón de mezclilla y una camisa blanca, muy ajustada a su cuerpo, por primera vez no trae su chaqueta de cuero negra. Está tan entretenido en el teléfono que no se da cuenta que ya estoy lista. —Logre hacer la cita, tenemos tiempo de pasar a comer algo antes. —Muy bien. —Si todo sale bien, por la tarde podremos visitar a nuestras familias. Cuando voltea a verme no puede disimular sorpresa. —Wow que cambio. Se levanta y da la vuelta a mi alrededor. —Ni siquiera imaginaba que había debajo de tu traje y ni qué decir de tu cabello suelto, se ve increíble. —El día de hoy soy una mujer casada, así que no puedo ir con mi traje habitual para el trabajo. —Pues perfecto Sra. Morgan, démonos prisa que estoy hambriento. Al decir la última frase no deja de ver mis labios, me pongo nerviosa y tomo mi bolso rápidamente para irnos. Cuando bajamos del elevador, él pone su mano en mi cintura para guiarme al restaurante, y siento un cosquilleo por todo el cuerpo, creo que mi cara está tomando el color de la blusa que elegí. Empezamos a comer y hablamos de los planes para la entrevista, ya que estamos listos, tomamos un taxi para ir a la dirección que nos indicaron. Llegamos y al entrar nos recibe la recepcionista. —Buenas tardes —saluda amable Morgan—. Tenemos una cita con el Sr. Torres. La recepcionista le sonríe coqueta a Morgan, y le da indicaciones para llegar a la oficina del Sr. Torres. —Deberías respetar a tu esposa, estamos a punto de adoptar a nuestro primer hijo y tú estás coqueteando descaradamente. —Yo no estaba coqueteando, era ella, yo solo fui amable. Necesito paciencia, este hombre me vuelve loca, nos tomamos de la mano como si fuéramos una pareja enamorada y feliz. Llegamos a una enorme oficina y el Sr. Torres nos está esperando, se acerca a nosotros y nos saluda con efusividad. —Señores Morgan, pasen por favor, es un placer tenerlos aquí. Como ya hable con su esposa anteriormente —dice viendo a Morgan—. Me gustaría darles un contrato de privacidad primero que nada, también hay algunas cláusulas que me gustaría que siguieran antes de seguir con la adopción. Morgan toma los papeles y empieza a leer detenidamente. —¿Cuánto tienen de casados? —me pregunta el Sr. Torres. —Tenemos dos años —le contesto como lo habíamos planeado anteriormente. Es el tiempo que tenemos trabajando juntos, así que lo decidimos para no tener problemas a la hora de contestar. —¿Y están seguros que ya es tiempo de adoptar un bebé, no les gustaría tener sus propios hijos? Esa pregunta me saca un poco de concentración y Morgan lo nota. —La verdad ya lo hemos intentado y cómo no hemos tenido resultados, los dos preferimos la adopción ¿necesita nuestra acta de matrimonio? Volteo a ver a Morgan asombrada, no contábamos con está situación. —Si, me gustaría que el pequeño que van a adoptar esté legalmente registrado dentro de un buen matrimonio. —Bueno, es que nosotros no creemos mucho en un papel firmado, para nosotros lo que cuenta es el amor que nos tenemos —aseguro convencida o al menos trato de parecerlo. Morgan toma mi mano y la besa. —Exacto, somos de los que no creemos en la importancia de un papel. El Sr. Torres nos ve con curiosidad. —Pues es un requisito indispensable, podrían hacerlo por su próximo bebé. Los dos nos sorprendemos al escuchar su sugerencia. —Tenemos todos los requisitos, ¿no puede hacer una excepción? —cuestiona Morgan. Él niega con la cabeza. —Lo siento pero no, estás son las reglas, tienen tiempo para casarse, el bebé aún no nace, así que ya saben, si quieren la adopción con nosotros necesito un certificado de bodas. Puedo esperarlos unas semanas, no creo que tengamos ningún problema, solo que no tarde más tiempo porque tenemos muchas personas interesadas en adoptar. Morgan y yo nos ponemos de pie. —¿Podemos llevarnos el contrato para leerlo? Volveremos con todo firmado y el acta de matrimonio, como usted sabe, no somos de aquí y solo planeamos el viaje por dos días, no pensamos que se nos fuera a complicar la adopción. El señor Torres nos observa con detenimiento. —Está bien, no se preocupen, creo que por esperar unos días más no pasará nada, sólo les encargo los documentos con el cheque por la mitad de nuestros servicios, y al entregar el bebé, se hará el otro pago, ya que tengamos todo listo pueden decirme si van a querer una niña o un niño, o si les gustaría que se pareciera a su hermosa mujer. Morgan me acerca a él y me besa la frente. —Si gracias, ya que este todo listo le diremos nuestra decisión. Salimos de la oficina tomados de la mano y al subirnos al taxi los dos suspiramos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD