Mientras Celebna se encontraba ayudando a la abuela. La madre de la chica en cuestión reunió a sus hombres e instruyó para que investigarán quién era el sujeto que había traído Roci. Las órdenes se cumplieron y alrededor de 7 individuos se movieron para revisar los últimos pasos de Roci.
La investigación los llevo hasta el distrito comercial donde sus pistas terminaron; en sí, les fue imposible investigar, el distrito está construido de tal forma que si alguien hacia preguntas que no fueran direcciones, mercancías, etc. Las personas se alertaban y cerraban sus bocas manteniendo un ojo en los fuereños.
Las palabras de Celebna también alertaron a Roci quien en vio su propia gente para vigilar el distrito comercial. Por supuesto sin mencionárselo al chico de ojos negros ya que en su opinión el merecía tener una vida tranquila. La situación llego a tal punto que los grupos se encontraron frente a frente y el conflicto fue inevitable, ambos bandos tuvieron bajas y más de un herido, pero la información llego a las manos de Roci quien no perdió el tiempo.
— ¿Madre nos has llamado? —Pregunto su hijo—.
—Si, por favor tomen asiento. ¿Cómo está la niña?
—Oh, madre ella está mucho mejor, sin duda será una gran princesa, su temple es imparable. —Canturreo la esposa del hijo—.
—Eso quiere decir que la persona que traje fue de gran ayuda.
—Por supuesto madre; es más, quiero preguntarte. ¿Dónde lo puedo encontrar? Sin duda se merece una recompensa, no solo ayudo al rescate de mi hija, también gracias a él se descubrió toda una red que había contaminado el castillo.
—Si lo que has dicho es verdad hijo, ¿por qué enviaron a un grupo de asesinos tras él?
—No comprendo. ¿Qué dices madre?, yo sería incapaz, le debemos mucho para.
—Tal vez tu no fuiste pero Arbna sí. ¿Verdad querida? —Interrumpió a su hijo—.
La reina quien había estado callada durante toda la charla no pudo responder ante las palabras de la reina madre, Roci.
—Arbna. ¿Dime que hiciste?
—No hace falta que diga nada. —Roci chasqueo sus dedos y al instante aparecieron dos guardias sosteniendo a un hombre que portaba la marca de la reina—.
—Madre, de seguro hay una explicación para esto. Arbna, di algo, ¿por qué fuiste tras un benefactor?, ¡responde! —la reina quien ya estaba cediendo ante la presión no soportó más y se derrumbó—.
Derrotada la reina no le quedó otra más que hablar.
—Al principio lo hice por coraje. Durante tantos años nadie me había hablado y tratado como él lo hiso pero, después pensé bien las cosas y si había dado tales resultados el sería de gran ayuda en el proyecto “héroe” y. —las palabras se cortaron debido a un fuerte golpe dado sobre la mesa—.
— ¡De eso nada! —Alzó la voz Roci—.
—Madre, Arbna tiene razón. La magia que él uso nunca la había visto, tal vez.
— ¡he dicho que no! Que esto se les meta bien en la cabeza Serb, dejen en paz al chico, si me llego a enterar que intentan algo contra él les juro que conocerán porque me llaman, “la juez del equilibrio”.
Palabras más palabras menos los reyes por primera vez habían sentido miedo, por primera vez comprendieron que ellos solo son personas privilegiadas que tenían el honor de guiar una nación.
Han pasado 3 semanas desde que Celebna fue a la casa de la abuela Roci y si no fuera por su instinto en este momento ya hubiera sido capturado por los hombres que no paran de buscarlo; sinceramente, esta situación ya lo estaba hartando. Quien diría que por ayudar a una de las personas que más se preocupó por él, lo pusiera en un predicamento.
Actualmente Celeb se encontraba frente al edificio de “La Unión”. Era aquí donde aquellos con trabajos de subyugación o sigilo se inscriben y así poder hacer misiones de cacería, protección, búsqueda; en sí, hay una gran variedad de asuntos de los que se pueden hacer cargo los aventureros registrados.
Él tenía planeado algún día registrarse para buscar la verdad sobre sus padres. Lamentablemente el destino tiene otros planes; además, la protección de la abuela Roci no durará para siempre. Sin pensarlo más abrió la puerta del edificio encontrándose una escena que no se esperaba, para su sorpresa todo estaba limpio, ordenado, zonas muy delimitadas para cada asunto, incluso alcanzo a ver como los aventureros que entregaban algún tipo de criatura eran dirigidos a otro lugar. La verdad el joven se esperaba un sitio algo atiborrado, lleno de hombres musculosos peleando entre sí o algo más animado.
Le restó importancia a esos estereotipos y se dirigió a la ventanilla de registro.
—Buenos días joven, mi nombre es Rosa, yo seré su asesora en el proceso de registro por favor podría proporcionarme su identificación.
También fue una sorpresa para Celebna la amabilidad de la señorita por lo que en un instante le entrego sus dos identificaciones, la de residente y la de comerciante. Ellas las tomo con ánimo pero al ver la identificación de comerciante frunció el ceño.
—Joven Celebna Andel. Parece que se equivocó de ventana, su pongo que usted busca anunciar alguna misión por lo tanto.
—Espere. —A Celebna no le quedo de otra que interrumpirla—. Yo vengo a realizar el examen de La Unión. —Al parecer sus palabras no le agradaron ya que su rostro se oscureció, en definitiva la chica estaba muy molesta—.
—Tal vez no lo entiendas pero, tienes idea de cuantos comerciantes vienen a quitarnos el tiempo en afán de ahorrarse unos centavos, acepte lo que es y vallase antes que lo corra.
— ¿Qué está sucediendo aquí? Rosa.
La voz era calmada pero llena de autoridad. Detrás de la muchacha llamada Rosa se encontraba un hombre de unos 40 años, cabello n***o ojos café claro, media 1.85 y su cuerpo mostraba lo bien ejercitado que estaba.
—Maestro, no lo vi llegar.
—Eso lo note, ¿dime qué pasa?
—No es nada, este joven comerciante quiere realizar el examen de La Unión y yo.
—Y tú lo estabas corriendo verdad.
—Bueno, no, si, digo, solo quiero que no muera inútilmente
—Esa no es tu decisión. Escúcheme joven, la única diferencia entre un examen normal a un comerciante es el costo, es decir generalmente cuesta 7 monedas de cobre, por lo tanto para ti serán 2 monedas de oro.
Esto era una locura, Celebna no veía la diferencia entre el método de la recepcionista al del maestro para decirle que se largara.
Celeb Miro a los dos funcionarios con indignación antes de colocar sobre el mostrador las 2 monedas de oro; por lo que, no tuvieron otra opción que registrarlo para la prueba. Por su parte ellos se recuperaron rápidamente del pequeño shock que el joven comerciante les ocasiono al colocar como si no fuera nada las monedas de oro.
—Está bien, si es lo que quieres eso tendrás, yo mismo te evaluare.
Al parecer el maestro se había enojado debido a que no funcionó su método pasivo/agresivo. El chico siguió al maestro hasta una sala donde por fin pudo ver algo que se esperaba. El sitio estaba dividido por zonas, magia, lucha, invocación, elementales, etc.
—Maestro, no tenía que traerlo ya estaba por ir a la recepción por los aspirantes. —Decía uno de los evaluadores mientras se acercaba al maestro—.
—Te equivocas Markus, a este chico lo evaluare yo.
Tal afirmación hiso que todo sonido se detuviera creando un silencio pasajero seguida de murmuros y cuchicheos. Esta situación molesto aún más a Celebna, el pinche maestro seguía con su táctica pasiva/agresiva y sus palabras se lo confirmaron.
—Joven comerciante, quise darte la oportunidad de retirarte pero tu terquedad fue mayor; por lo tanto, yo te mostraré el honor de ser un aventurero. —El Maestro solo hiso que los murmullos se incrementaran, incluso no faltaron las burlas y uno que otro señalamiento cosa que ponía a Celeb muy molesto—. Bien chico, escoge tu arma y démonos prisa tengo asuntos que atender.
Celebna estaba por contestarle pero una voz lo llamo.
—Celebna. ¿Eres tú? Escuche que el maestro estaba en el salón de pruebas y al verte supongo que alguien resultó muy herido.
La persona que lo llamo, era un caballero que hace un tiempo ayudo mientras Celeb recolectaba plantas. El silencio se hiso tal que el chico podía escuchar el latido de su corazón.
— ¿Lo conoces Yavier? ¿Conoces al joven mercader?
— ¡Que si lo conozco! ¿Enserio me preguntas eso Geibriel? No recuerdas el reporte de hace un tiempo, allí te explicaba que un joven nos había salvado la vida, si no fuera por él, mi equipo no estaría vivo, incluso te pedí que lo buscaras para darle una recompensa a lo que tu estuviste de acuerdo.
Sin duda el maestro fue tomado con la guardia baja al punto que nos supo cómo responderle a uno de los aventureros más prestigiosos d la Unión.
—Entonces. ¿Quién es el herido? ¿Necesitan ayuda?
—Te equivocas Yavier, estamos aquí porque el joven comerciante solicito el examen de La Unión. —Celebna noto como sus conocidos cambiaban sus miradas de calidad a unas duras como la roca para luego decir, “está bien, esperaremos a que termines”—. Muy bien, ¿en que estaba?, es verdad, escoge tu arma.
—Yo utilizo espadas gemelas y una vara. —Informo Celebna—
—Sí, sí. Lo que sea, puedes utilizar lo que quieras.
—Entonces puedo usar estas dos espadas de madera.
—Es enserio, por todos los dioses. Si, puedes usarlas, ya te dije que puedes usar lo que quieras, es más te las regalo.
Todo apuntaba a que algunos comerciantes intentaron pasarse con La Unión y el maestro se había dispuesto hacer de Celeb un ejemplo para el resto; sin embargo, si el buscaba un ejemplo él le daría un ejemplo, sin pensarlo dos veces coloco las espadas tras su espalda.
— ¿Estás listo? —Cuestiono el maestro—.
Celebna asintió a las palabras del maestro quien en un parpadeo desapareció y al siguiente segundo tenía su pierna sobre su brazo, el cual estaba protegido por una de las espadas de madera. Inocentemente Celeb le sonrió mientras que con la mano libre tomaba la otra espada en un intento de hacer un corte ascendente.
Empezando por la entrepierna hasta el cuello. Por supuesto él era un maestro y con unos simples pasos hacia atrás esquivo el movimiento sin antes sudar frio debido a que lo evito por milésimas. De nuevo Celeb le sonrió; ya que, el movimiento anterior en verdad tenía como objetivo darle impulso y si en el camino conseguía dañar su orgullo solo sería un bono.
Teniendo el impulso deseado Celeb dio un giro tomando la espada que momentos antes protegió su brazo y ahora impactaba las costillas del maestro haciendo que esta vez tomara varios metros de distancia, mientras se tocaba el sitio en un afán de aliviar el dolor.
Los ataques continuaron, pero esta vez eran más rápidos. Sin duda aprendió la lección y por algo era el maestro por lo que le fue inevitable a Celebna recibir daños. Parte de su ceja y labios sangraban, su ropa presentaba rasgaduras y desgaste pero, esto se ponía cada vez más interesante; ya que, el mismo maestro no se encontraba mejor que el postulante.
Es más, Celebna estaba seguro que estaba peleando con un par de costillas rotas. Una patada del maestro mando a volar al chico varios metros y en un intento de priorizar su seguridad y de los otros pasantes estaba por usar magia; sin embargo, durante su vuelo se dio cuenta que todos los instructores habían suspendido sus evaluaciones dejando toda el área para ellos, dejando al resto como simples observadores de su evaluación.
—No te distraigas mocoso. —Por los pelos Celeb logro esquivar el puño dirigido a su cara por lo que decidió tomar distancia—. Sin duda me sorprendiste chico. As durado más de lo que espere, incluso admito que tienes buena resistencia, velocidad; sin embargo, para ser un aventurero se necesita más. Dime. ¿Por qué no regresas con tus padres? Estoy seguro que ellos deben de estar buscando a su niñito. Te imaginas lo preocupados que deben estar o talvez ¿ellos te mandaron a este sitio?-.
Celebna se descoloco por un momento, no sabía si el maestro lo estaba probando o insultando, pero de algo si era consciente, se había metido con sus padres y eso no lo dejaría pasar por lo que tiro las espadas de madera y sacó su vara.
— ¿Qué sucede, te rindes? ¿Qué es eso? ¿Otra arma? Sabes, si cambias ahora mismo de arma quedaras descalificado.
—Parece que al maestro le afectaron los golpes en la cabeza, ¿acaso no recuerda?, usted me dio permiso de utilizar lo que yo decida, incluso me regalo las espadas de madera. —Celebna respondió también en un tono de provocación haciendo que el maestro retorciera el rostro—.
—No, no lo he olvidado. Desafortunadamente para ti mi paciencia se terminó te mostraré el potencial de un aventurero, es hora de terminar este examen.
—Creo que por fin estamos de acuerdo “maestro”.
El primero en realizar su movimiento fue el maestro, quien al ser un invocador recito el llamado de uno de sus familiares. “Aquel que surca el cielo, aquel que maneja el viento a su antojo, ven a mi gran señor de las alturas, Eolos yo te invoco”. Una majestuosa ave apareció sobre el maestro con un suave aleteo, el animal era tan hermoso que su sola presencia te brindaba calidez.
— ¿Ahora cuál es el problema amo inútil?
—Déjate de tonterías Eolos, démosle una lección a este chico. —Apuntando a Celebna—.
Eolos era consciente que su amo hasta cierto punto era estúpido pero con buen corazón por lo que se intrigó y acudió al llamado; sin embargo, al ver al chico que estaba frente a él se cuestionó seguir con su actual amo, si bien no era una deidad total, Eolos tenía la capacidad de juzgar las situaciones delicadas y la que tenía entre manos no era nada buena, observo al chico con detenimiento y fue desechando teorías, por ejemplo; “no es demonio, no es divino, sin duda es humano”, así continuo por unos momentos hasta que se decidió por la diplomacia.
— Buenas chico, mi nombre es Eolos y tu ¿eres?
—Mucho gusto Eolos, mi nombre es Celebna Andel.
—Un gusto en conocerte Celebna Andel, dime. ¿Qué hiso el inútil aquel para enojarte tanto? —la gran ave apunto con su ala al maestro quien estaba muy sorprendido, al igual que todos en el salón, sin duda era la primera vez que observaban a un familiar hablar con otra persona que no sea su maestro—.
—Respondiendo a su pregunta. Todo empezó en el momento de solicitar mi acreditación para ser un aventurero a partir de allí se juntaron un cúmulo de circunstancias, terminando con mi paciencia cuando se metió con mis padres-.
Eolos escucho a Celebna con mucha atención mientras mentalmente se daba contra la pared al tener un maestro tan estúpido.
—Entonces Eolos. ¿Usted intervendrá en el examen?
—Eh, yo, intervenir, ni loco. Las estupideces se las dejo al idiota de mi maestro, yo solo tenía curiosidad, fue un placer conocerte y espero tener la oportunidad de charlar contigo en otras circunstancias.
—El gusto fue mío Eolos. Por supuesto, cuando quiera seria grandioso tener una buena charla.
La majestuosa ave levanto un suave vuelo hasta colocarse nuevamente sobre su maestro para luego desaparecer. Celebna estaba con su vara en alto listo para bloquear cualquier ataque del maestro; sin embargo, Geibriel solo se tapó la cara con una de sus manos mientras soltaba unas fuertes carcajadas.
—Es todo, es todo, me rindo joven comerciante. No, no, Celebna Andel bienvenido a La Unión, ¡pasaste el examen!