Connie Te das cuenta de que tu día no irá de la mejor manera cuando tu ahora jefe está detrás de ti esperando una respuesta y no sabes realmente qué decir. Yo me doy la vuelta con una sonrisa muy falsa y él está con los brazos cruzados y una ceja alzada. —Sigo esperando una respuesta, así que hablen ahora. La estúpida de la recepcionista empieza a hablar, pero tartamudeando. De verdad, esta mujer no le gira la ardilla como debe ser. —Je-jefe, verá, es que yo le de-decía... Yo volteo los ojos con fastidio, suspiro, carraspeo un poco y lo miro directo a los ojos. —Lo que sucede es que aquí la señorita, la vez anterior que vine, me confundió con una limosnera y ahora mismo le estoy preguntando si usted estaba enterado de eso. Yo volteo a ver a la mujer, que casi está temblando con los

