Nicoló
Cuando le hice la propuesta a Connie, pensé que lo iba a tomar de la peor manera, pero para mi fortuna no fue así. Cierro los ojos y suspiro. No sé por qué, pero el rostro de esta chica siempre aparece en mi mente. Se veía molesta, decepcionada, pero aún así dio todo por su familia, y eso es admirable, pero a la vez tonto. Se va a sacrificar por alguien que el día de mañana le puede dar la espalda. En fin, es su vida, no la mía. A mí lo que me interesa es que voy a poder cumplir con la estúpida petición de mi padre.
Aunque solo de recordar lo que ella me ha pedido, cierro los puños, pues no podré gritarle a la cara a Mireya que su hija sí ha estado en mi cama sin necesidad de estarse ofreciendo se como una prostituta barata, como lo es ella. Pero eso ya lo arreglaré después. No c
