Susan llegó con el pedido de su señora y se lo entregó. Ya había caído la noche. Se había quedado fuera de la habitación de su esposo. Miro la puerta con indecisión. Quería entrar y ver que su esposo estuviera bien pero… No quería, ¿qué era lo que no quería¿ ¿Entrar y que este la rechazara? O ¿por qué sus suegros le dieron esa mirada? Lo que no quería era que él supiera que ella vio su rostro, porque desde el primer segundo él había evitado eso a toda cosas, sabía que las posibilidades de que Kellan se enojara eran muy altas. Se armó de valor y puso todos esos pensamientos en el fondo de su mente. Ya vería como lidiaría con eso. Lo más importante ahora era entregarla este pequeño objeto que significaba tanto para su marido. Amy abrió la puerta lentamente sin hacer ruido. Dentro del

