Kellan tomó una respiración una vez fuera de esa casa. Dos de sus hombres estaban manteniendo la puerta vigilada.
— Ya no tienen que estar parados frente a su puerta. Quiero que me informen de todo lo que suceda sin ser visto por Christoffer Lancaster.
— Entendido, señor.
Kellan subió a su camioneta luego de dejar sus ordenes. La ruta ya estaba fijada. Solo había un lugar en este momento en que podría resolver y aclarar todo. Con el humor ennegrecido y la mente vuelta un caos, condujo hasta la mansión.
No sabia cuantas señales de tráfico se había saltado. Lo único que tenia en mente era en llegar a su casa. Con la mansión ya a la vista, la nubes gris que tenia sobre la cabeza fue volviéndose más oscura.
Descendió de la camioneta y traspasó la puerta negra. En cada lugar de esta casa h
