—Anda, tómalo —pidió Alicia entregando el dinero de la sesión a Ángela.
—No, cómo cree —dijo la chica, negándose a aceptarlo—, nosotros quedamos en que le ayudaríamos tanto como podamos, así que no le puedo aceptar esto.
—Ustedes han hecho muchísimo por nosotros —dijo Alicia, poniendo el dinero en la mano de la chica, y cerrándola también intentando que ella no se lo devolviera otra vez—, y estoy demasiado agradecida, pero no por eso me siento cómoda recibiendo más.
Ángela le miró, luego miró el dinero en su mano y sonrió casi con amargura.
» Si te digo la verdad, siento que nos hemos estado aprovechando de ustedes. Desde el inicio, yo no estaba de acuerdo con recibir su ayuda, pero mi marido dijo que lo hiciera por ustedes, no por nosotros, y luego de un tiempo, con tanto gasto, la
