PARA SIEMPRE CONTIGO

"Pase lo que pase, ocurra lo que ocurra y suceda lo que suceda, yo cumpliré nuestra promesa de estar PARA SIEMPRE CONTIGO" Sergio sólo quería estar con ella para siempre, sólo quería protegerla siempre, amarla siempre y siempre hacerla feliz. Y es que él estaba seguro de que ella era para él. Estaba seguro de que era su destino. Creía con firmeza que, al otro lado de su lazo rojo, se encontraba ella. María era su hermoso y predestinado amor, era lo que él creía. Es por eso que se aferró a ella. Por eso es que se mantuvo siempre a su lado, en las buenas, en las malas y en las peores. Acompañándola siempre, escuchándola siempre, consolándola siempre, haciéndose daño todo el tiempo. Porque a Sergio le dolía que ella amara a otro, le dolía que lo besara a él, porque él no la merecía. Y, aunque al principio Sergio pensó que odiaba a ese sujeto porque María había decidido ser feliz con ese crío maleducado y arrogante, con el tiempo descubrió que, justo con en un principio creyó, Javier era un imbécil que solo hería a la que él amaba y que jamás sería capaz de hacerla feliz. Aunque ella no lo quisiera ver. Pero Sergio la amaba, él siempre la amó, desde el inicio, desde que descubrió la felicidad que amar a alguien te hace sentir. Por eso sabía que lo que María sentía por Javier no era amor, porque el amor solo da felicidad y Javier no provocaba su sonrisa, esa era completamente de Sergio. Aunque saberlo le salió caro: le costó mil lágrimas y un corazón en pedazos. Sergio volvió a ser su paño de lágrimas, resignándose a solo ser su mejor amigo. El que estaba siempre a su lado y le acompañaba en el camino. Sin ser más que compañía, sin ser más que los consejos que siempre van a parar al saco roto. Siendo siempre el que le ayudaba a levantar cada que ella volvía a caer. Es por eso qué, cuando María le dio un sí, cuando María prometió que intentaría amarlo de la forma que él la amaba, Sergio fue la persona más feliz. Es por eso qué prometió vivir para hacerla feliz. Es por eso qué prometió estar para siempre con ella. Pero Sergio no tenía del todo la razón, el amor no es solo felicidad, el amor tiene muchas facetas y algunas hacen daño, mucho daño. Eso es lo que Sergio se negó a ver y, a pesar de las mil señales, no quiso aceptar. Intentando proteger a la que más amaba, le quitó incluso la posibilidad de elegir por sí misma en muchas cosas, pues él había sido testigo de que las decisiones de ella no eran las más acertadas. Muchas veces antes la vio sufrir por elegir mal, es por eso que ahora que él tenía en sus manos la responsabilidad de cuidarla, la protegería incluso de ella misma, haciéndole, sin darse cuenta, daño también. La amistad que quizá no debió convertirse en amor estaba causando estragos en ambos, pero uno no lo veía y la otra lo soportaría para no lastimar al que creía solo hacía lo mejor para ella. Pero aguantar para siempre no es algo que pueda suceder, tarde o temprano ella estallaría, rompiendo esa hermosa mentira en que vivían, desatando el infierno y sellando el final. Pero, pasara lo que pasara, ocurriera lo que ocurriera y sucediera lo que sucediera, ambos cumplirían su promesa, él estaría siempre para ella, ella estaría siempre para él, aunque la vida les separase.