El amanecer volvía a irradiar con su anaranjada luz el horizonte, iluminando las copas de los árboles y llevándose ligeramente el frío de la noche. Merlyn estaba sentada junto a la hoguera, y la niña que rescataron, Iris, dormía apoyada en su pierna. La joven elfa la observaba, acariciando cariñosamente su cabello.
Varkolak se acercó a ella, observando aquella escena:
“Parece que la niña está bien. Pero vamos a tener que poner fin a la persecución, al dejarnos ver, no tenemos otra opción. Merlyn, tú tomaste la decisión de salvar su vida, así que espero que estés lista para afrontar las consecuencias y luchar".
—Lo sé, Varkolak. No vamos a huir, nos seguirán persiguiendo y algún día eso podría crear una desgracia. Hay muchas aldeas que pasaremos cerca y ellos podrían entrar en busca de
