Gracias

527 Words
Ya había pasado una semana del primer desayuno y se había hecho una costumbre sentarnos desde temprano en la misma mesa para después salir juntos a recorrer la isla , conversar era muy fácil para nosotros , parecía que nos conocíamos de toda la vida, aunque nuestras profesiones no tenían nada que ver una con la otra nos interesaba lo que cada uno tuviera que decir. Él, médico, neurólogo, divorciado, sin hijos y cuarenta y nueve años. Yo, socióloga devenida en trabajadora doméstica por la crisis, divorciada, un hijo y cuarenta y cinco años. Y aquí estamos, diez días después de conocernos, sentados en la Pequeña Venecia, yo dentro de sus piernas con mi espalda recostada en su pecho, mirando el atardecer a la orilla del mar, mientras Daniel hace líneas imaginarias con un dedo a lo largo de mi brazo. - Amelia.¿Te puedo hacer una pregunta personal? - Vale. -Tu divorcio.¿ Porqué fue? Recosté mi cabeza hacia atrás sobre su hombro y cerré los ojos, respiré y hablé. -La versión corta o la larga. - La que creas que debas contarme. Yo solo escucho. - Pues un buen día dejó de hacerme el amor porque venía muy cansado de trabajar todo el día, después me dijo que me quería mucho pero que ya no me amaba, que yo era como su hermana y que era una persona muy importante en su vida y después supe de una novia veinte años más joven y con unos shorts más cortos que los míos. Pero con las tetas más grandes.- Me reí de mi misma. - ¿Y ahora, ya no piensas en otra relación? ¿Alguien más a tu lado?. Estuve callada, creo que mi cerebro hizo corto circuito y no sabía si contestar o hacer como que no había escuchado , y al ver que yo no decía nada, él siguió hablando. - Yo no te voy a engañar, me gustas y mucho, y creo que ya no tengo edad para andar haciendo largos cortejos, yo voy a cumplir cincuenta años y estaría más que encantado en compartir mis días contigo, mientras vemos a donde nos lleva lo que sea que tengamos. Seguí en silencio, con los ojos cerrados todavía y la cabeza en su hombro. - ¿Debo tomar tu silencio como un no? -No , no pienses eso, es que no sé, a esta edad ya no pensaba escuchar a más nadie decir que le gusto, ni a nadie proponerme ir a ver hasta donde llegamos. Creo que pensé que lo próximo que encontraría es un,"vamos a lo que vamos y esto es lo que hay". - No puedo creer que pienses así, tu eres hermosa y agradable, cualquier hombre puede ver eso, los tontos en esta historia son los que no se han dado cuenta de lo que en verdad eres. - Bueno , podemos intentarlo. Solo espero no terminar más rota , pensé, y recé en silencio para que no se hiciera realidad ese pensamiento. Dicho esto me pegó más a él abrazándome, rozó mi cuello con sus labios y casi en un susurro dijo un gracias en mi oído.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD