El comienzo

2264 Words
Mi nombre es saori, soy hija del emperador hitochi, soy de piel blanca con ojos azules, mi cabello, es de color castaño oscuro. Tengo 18 años, no soy una persona muy alta de estatura. Desde niña fui criada y educada de buena manera para convertirme en la esposa de un excelente hombre. Soy la prometida de un completo extraño, jamás he visto su cara, pero los rumores suelen decir que es muy despiadado con sus víctimas. —!Señorita saori! ¿!Puede bajarse de allá arriba?! En unos minutos llegará su padre y se enojara conmigo. —Miré hacía abajo y pude notar la cara completamente roja de mi amiga y también cuidadora suki. La cual gritaba furiosamente. —Mi padre no tiene porqué enojarse, Y por favor, eres mi mejor amiga, no deberías de llamarme señorita, simplemente llámame saori. -dije dirigiendome a suki. Cuando mi padre no se encuentra, me gusta ser como realmente soy, sin reglas, sin órdenes, sin perfecciones. —Lo sé !! Pero podrías lastimarte desde esa altura, no quiero que a mí amiga le pase algo malo, eres lo único que tengo... — Lo sé, pero ya lo he hecho muchas veces no tienes de que preocup- Cuando intentaba caminar en las ramas resbalé y caí al suelo, podía escuchar a suki gritar asustada, volteé a ver su pálido rostro, empecé a reír sentada en el suelo ante su expresión, lo cual hizo que ella también empezará a reír. —Uhm- Sentí mi cuerpo helarse al escuchar ese sonido, al voltear a dónde provenía ese sonido pude ver a mi padre de pie mirándome y a su lado mi tío. —Oh padre, has llegado... ¿Co-como te fue?... —Creí haberte dicho que si volvías a comportarte de esa manera estarías encerrada en tu cuarto sin beber ni una sola gota de agua. —No seas tan duro con ella hitochi. —no te metas en esto hermano. Bajé mi mirada, mi padre levantó su mano y llamo a uno de sus soldados. El cual es una persona realmente atractiva, su cabello es de color n***o al igual que sus ojos, su piel es muy pálida, es alto, mide 1'84 y tiene 20 años, es tan solo 2 años mayor que yo. —Kenta llévatela, quiero que la encierres, y que no la dejes salir de su habitación, espero y te encargues de que no beba ni coma durante 2 días hasta que aprenda a ser una señorita. —Padre, no puedes hacer eso, yo-.-dije dirigiendome a mi padre —Te lo advertí, ningún hombre querrá una mujer vulgar como esposa. —¿Vulgar?...- mi padre seguía mirándome fijamente y a los ojos. Volteó su mirada hacia kenta. —Llévatela, no la dejes salir.- dijo dirigiendose a kenta —Nunca aceptaré ser como tú deseas.- respondí con furia —!¿Acaso no me oyes kenta?! QUE LA LLEVES A SU HABITACION!. —Si señor. Kenta se acercó a mi con una sonrisa burlona en su cara y me sostuvo. —Suéltame idiota puedo caminar sin que me tomes de mi brazo.- golpee su mano fuertemente. —Jaja debiste escuchar a suki, te pedía a gritos que bajases de allí. Miré fijamente a kenta —No creo que tengas que dar tu opinión en esto. —Ciertamente, pero, lo hago porque quiero, no necesito tu permiso. Llegamos a mi habitación —Espero y te diviertas en tu encierro, princesa - dijo giñendo su ojo. —Afortunadamente te tendré a ti como mi guardian, por lo tanto también estarás conmigo y no podrás moverte de aquí, y si lo haces me escaparé ¡idiota!- dije mirándolo fijamente a sus ojos. Pude ver la molestia en la cara de kenta quien solamente hizo un chasquido con su lengua. —Te odio- alzó su mano y la dirigió a mi frente y con sus dedos me golpeó en ella. —Auch eres un gran- —JAJAJA- reía mientras cerraba la puerta de mi habitación Golpeé la puerta intentando abrirla solamente escuchaba a kenta reírse. Kenta, llegó a este palacio cuando yo tenía tan solo 4 años, llegó para proteger al rey y a su hija, fue entrenado desde muy niño, pero a veces suele ser muy insoportable, y cuando estamos cerca siempre discutimos. También es mi mejor amigo, y un gran guardian. Desde niño sabía muy bien el manejo de su katana, por lo cual fue enviado a la residencia de mi padre para proteger a su hija. Mi madre murió cuando tenía 8 años, mi padre no quiso decirme quién la asesinó, dijo que no era importante y que se encargaría de eso. Desde la edad de 8 años he estado sola, mi padre nunca está en casa, siempre estoy acompañada de kenta y suki, son mis mejores amigos y también mi familia. Luego de luchar tontamente para intentar abrir la puerta me dejé caer en el suelo —Oye kenta....- dije casi en un susurro —¿Que? —Tengo hambre... —Lo siento pero tú padre dijo que no te diéramos nada de comer ni beber. —¿Ni tan siquiera porque soy tu amiga? —¿Amiga?...-dijo susurrando. —¿que? No puedo oírte... —Está bien, toma esto.- abrió un poco la puerta y lanzo hacía mi un trozo de pan. —¿Eh? ¿Pan? Eso no... —"eso", era mi comida, si no la quieres con gusto puedes devorlverla.- sonrió sarcásticamente. Lo mire fulminantemente. —Gracias, supongo.-suspiré. Aún en el suelo, golpeaba levemente la puerta de mi habitación. —Eres realmente molesta.- dijo con una voz ronca. —Me molesta que te moleste.-suspiré Pude escuchar el suspiro de kenta —Oye saori.. —¿Que? No te devolveré el pan, es mío. —Oh dios, puedes quedartelo, solo quiero preguntarte algo. —Dime.- respondí rápidamente. —Los guardias dicen que tu padre te a comprometido con un hombre...- dijo en voz baja.-Y que pronto te casarás con el... —Kenta, yo no puedo negarme, lo he intentado muchas veces sabes cómo es mi padre... He intentado hacer que no me case con nadie, y aún así decidió tomar su decisión sin importarle lo que yo quisiera.. —Aún puedes huir conmigo, recuerda, de niños hicimos una promesa que estaríamos juntos siempre, y si te casas no te veré nunca más. —¿No es bueno para ti? Siempre discutimos incluso creo que me odias.-dije volteando a la puerta. —Te equivocas... yo no podría odiarte porque tú-. Guardó silencio rápidamente. —¿Kenta?.- dije susurrando mientras escuchaba unos pasos acercándose. —Espero y no le hayas dado nada de comer a saori, hasta que aprenda a comportarse, ¿Cómo se encuentra? —Está dormida señor, no ha bebido ni comido absolutamente nada. ~Wow gran mentiroso, si mi padre supiera que el me a alimentado ya estaría muerto por desobedecer sus ordenes.~ —Bien, cuidala, volveré pronto. —Si señor.- escuché los pasos de mi padre alejarse lentamente. —Kenta... Oye, kenta.- dije susurrando —Guarda silencio, aún no se aleja.- dijo con voz ronca. Pasaron unos minutos cuando kenta abrió su boca —¿Que esperas de tu prometido? —Uhmm pues, espero que sea todo lo contrario a tí, que sea guapo, tierno, cariñoso, y sobre todo que no sea un tonto. —Oh, pero ¿que dices? Muchas mujeres mueren por estar conmigo, soy perfecto, nunca encontraras a alguien tan perfecto como yo.-dijo casi riendo —Jajaja son solo mujeres tontas que se dejan llevar por tu atractivo físico.-dije riendo —¿atractivo físico? Espera... ¿Piensas que soy atractivo? - dijo riendo. Pude sentir mi cara ardiendo como fuego el cual cubrí con mis manos. —N-no!! Idiota, hermoso es mi prometido!!!-dije tartamudeando —No lo has visto nunca, así que no sabes cómo es. —Estoy segura que es muy atractivo, tendré hijos con el y sere muy feliz!!- dije con voz de niña. —¿Que acabas de decir? Yo no-. dijo sin terminar.- ya es hora de dormir saori —¿He? Te has molestado? Solo bromeo, sabes que no soy así. —No estoy molesto. —Puedo escuchar molestia en tu voz. —Duérmete, estaré despierto vigilandote. —No tendras frío? Está nevando... —estaré bien, duerme. —buenas noches kenta Sueño de saori —Tu cabello es muy hermoso saori, estoy muy orgullosa de tí.-dijo mi madre acariciando mi cabello. Cerré mis ojos, mientras mi madre cepillaba mi cabello —Eres una niña muy especial, y cómo premio te daré esto.- mi madre estiró su mano hacia mi Levantó mi mano y puso en medio de ella un collar de plata que tenía un diamante azul, con un extraño símbolo. —¿Que es esto mamá?-dije un poco confusa —Guardalo como un tesoro, ten.- dijo mientras ponía en mi cuello aquel collar de plata- se te ve muy hermoso, pero tienes que esconderlo, no dejes que tu padre lo vea. —¿Porque mamá?-dije dudando. —Es mi regalo para ti, siempre escondelo, toma.- sacó de su kimono una carta con un sello rojo.- quiero que lo abras cuando creas que sea necesario. Ya es hora de dormir saori, tu madre te ama mucho.- dijo mientras lágrimas rodaban por su rostro —¿Porque lloras mamá?.- pregunté confusa —Simplemente estoy muy orgullosa de ti, ya es hora de dormir mi niña.- dijo mientras me abrazaba. Cerré mis ojos y dormí —Desperté por un fuerte ruido fuera de mi habitación, podía escuchar gritos desesperado de las mujeres del castillo, kenta entro a mi habitación . —Saori quédate aquí, no salgas.- podía ver la sorpresa en su rostro. —¿que pasa kenta?! La señora kanae tu madre... Tu madre está... ——— Desperté asustada por el ruido en mi puerta, tomé el collar que me había dado mi madre y lo sujeté con fuerza. —¿Qui-quien está allí?-dije asustada —Shhh traje algo para ti. —Maldición kenta me has asustado... —tranquila, lo siento, quería darte agua, no has tomado ni una gota desde hace casi 1 día... —gracias kenta muero de sed.- kenta abrió un poco la puerta y dejo en el suelo un jarrón con agua. Bebi apresuradamente, mire los fríos ojos de kenta que me veían fijamente —Mucha gracias kenta —¿Volviste a tener ese sueño? —Sí... Nuevamente he soñado con mi madre y mi viejo yo de 8 años... Kenta recojio el jarrón y cerro rápidamente al escuchar unos pasos acercarse a mi habitación. Abre la puerta, quiero hablar con saori. —Si señor.- dijo asintiendo Mi padre entro a mi habitación, me miró fijamente y dijo —Preparate, conocerás a tu prometido mañana, espero y te comportes como realmente deberias, vendrán a traerte tu vestimenta, para que conozcas a tu futuro esposo. —Padre yo....- mi padre salio de la habitación sin escucharme Dejé escapar un suspiro mientras algunas lágrimas rodaban por mi rostro. —Saori no llores... Aún puedes huir conmigo... —Pueden matarnos a los dos ¿Acaso no lo entiendes?.- dije mientras me envolvia en mi cama.- mi madre se habría opuesto a esto. Escuché un largo suspiro desde la puerta. Solo quedan pocas horas para eso No quiero casarme con ese hombre. A la mañana siguiente —Despierta saori, ya vendrán por ti, ¿Saori? Despierta, tonta.- dijo mientras jalaba las sábanas. —!ayy por dios!, que molesto !! Estoy despierta. —Me alegra saber eso.- kenta se dirigió a la puerta y levantó su mano.- Chicas, pueden pasar, ya está despierta. —Todo por este estúpido compromiso.-pensé. Rápidamente entraron las doncellas de la corte, me levantaron y desvistieron rápidamente. —puedo hacerlo sola, ¿saben?.-dije mientras una de ellas tomaba mi ropa.. —Lo siento señorita, su padre nos encargó hacer este trabajo perfectamente. Dejé salir un suspiro, a fin de cuentas ellas no tenían culpa. al mirarme desnuda al espejo, mire mi marca de nacimiento que tengo en mi costilla izquierda, una de las doncellas miraba mi marca fijamente con sorpresa. —Puedo hacerlo yo misma.- dije nuevamente, mientras tomaba la ropa que me habían preparado para conocer a mi prometido . —Lo siento, no podemos permitirlo.- dijo mientras agachaba su mirada. —Maldición, como quieran. Minutos después de vestirme, las chicas salieron de mi habitación. Al mirarme al espejo, tenía puesto un yukata color rosa, muy maquillada para mí gusto, pero es lo que mi padre hubiese querido. —Puedo verte?- dijo kenta casi susurrando. —Adelante, antes que venga mi padre . Los pasos de kenta sonaban en mi habitación, El cual volteó hacia mi con cara de impresión. —Te ves muy hermosa, nunca te había visto asi- dijo sonriendo, ese hombre es muy desafortunado saori, se casará contigo, tendrá que aguantarte. —Eres un idiota, creo que quisiste decir que es muy afortunado de tenerme ~ Pude escuchar como kenta reía a carcajadas. —Bien bien, alístate, tu prometido ya está aquí, tienes que ir a conocerlo.-dijo en voz baja.- tengo que escoltarte hasta él. —¿Podrías mantenerte cerca? No quiero que te alejes, estoy asustada... Kenta se dirigió a mi mirándome fijamente a los ojos, con una expresión que nunca había visto de su parte. —Siempre estaré contigo saori, no pienso alejarme. Sonreí ante sus dulces palabras. —¿es una promesa? —es una promesa, como en los viejos tiempos.- dijo mientras sonreía.- ahora, vámonos, te llevaré a él. Kenta caminaba despacio hacia el lugar de encuentro, lo cual ya me estaba impacientando. —¿podríamos apresurarnos? Quiero terminar con esto ya. —eso harás saori, solo aguarda. Llegamos delante de una puerta, en la cual provenían voces. —Señor, la princesa ha llegado. Al abrir la puerta, pude ver a un chico de unos 25 años, alto de ojos grises, cabello café claro sentado delante de mi padre, tomaba té muy tranquilamente, dirigió su mirada a mi, se levantó rápidamente. —Es un placer conocerla, señorita saori.- dijo haciendo una reverencia.- mi nombre es Reiji.- Sus ojos se veían brillantes con gran intensidad ante mis ojos. Me apresuré a hacer una reverencia —Un gusto conocerlo, señor Reiji.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD