Falsa Identidad

Capítulo 5

Termino de amarrar mi cabello para salir de inmediato a mi primer ensayo como bailarina. Me despido de Lily al salir de la casa que en este momento está cortando unas frutas de sus pequeños árboles que están en su jardín.

Antes de salir Lily me entrega una manzana lavada y mientras camino la como. Al llegar al Sensation's doy mi última mordida a la manzana y trago. Entro al salón y veo a pocas de las chicas que conocí ayer, me acerco a ellas y las saludo; ellas gustosamente me devuelven el saludo. De inmediato veo Jeff acercarse hacia nosotros con esa característica sonrisa que lo distingue, pero sus verdes ojos se enfocan en mi.

—Hola chicas —nos sonríe.

De igual manera lo saludamos, unas con agitar sus manos y otras con una cálida sonrisa.

—Hay que empezar a practicar mientras llegan las demás chicas —ordena y enseguida subimos al escenario.

Las chicas comienzan a practicar mientras yo veo sus pasos, Jeff sin dudarlo se acerca a mí.

—Te enseñare los pasos —asiento.

Nos alejamos de las chicas bajando del escenario. Primero me enseña a calentar y estirar, y luego me enseña los pasos básicos.  Me muestra como moverme; Jeff baila bien, hago lo mismo que él aunque menos profesional, el me ayuda en moverme más.

Después de dos horas de ensaño, Jeff nos da un descanso, las chicas y yo nos sentamos en el suelo.

—Aprendes rápido Emy —me felicita la pelirroja.

—¡Oh! Si, de pequeña tuve clases de baile —explico.

—Si te aprendes rápido la coreografía yo digo que saldrás pronto con nosotras.

—Todavía no, me falta experiencia, ustedes se ven tan sensuales en el escenario —alago a todas.

—Tú también eres sexy, eres bonita y tu cuerpo no es plano ni tosco —me elogia Pilar.

—Gracias.

Bebemos un poco más de agua y en seguida continuamos practicando, esta vez Jeff me obliga a bailar con las chicas para coordinarme e ir al compás de sus movimientos. Practicamos una hora más y ahí es cuando dejo de sentir mis piernas, el paso de la silla hizo que me lastimara mi espalda.

«Me duele el cuerpo», me quejo.

Después del ensayo Jeff nos deja ir. Las chicas se despiden y en seguida encamino mi paso, pero Jeff me detiene.

—Tú debes de practicar más.

«¿Qué? ¡No!, yo ya no puedo, siento que moriré.»

—Entiende que debes aprender rápido para que entres al escenario. Debo aceptar que aprendes rápido, pero te falta más sensualidad en tus movimientos para lograr alterar a la jauría de hombres.

—Entiendo que quieres que aprenda rápido, pero en verdad me duele el cuerpo.

—Solo unos minutos más. No tardaremos, si quieres después de llevo a tu casa —propone.

No me niego, me pagarán por practicar no como a las chicas, pero me darán dinero y tengo que hacerlo. Terminando, como dijo Jeff me lleva a casa, descanso y en la noche regreso para ver el show, y como siempre las chicas deslumbran bajo las luces del escenario.

***

La semana pasó rápido, he ensayado mucho e incluso ya tengo más movimiento. De Leo no sé nada y estoy demasiado preocupada, quiero llamarlo de mi celular, pero si lo hago lo pondré en riesgo. Trato de llamarlo por los teléfonos públicos, se encuentra en fuera de servicio intento llamarlo dos veces al día y sigue sin contestarme; solo espero que este bien.

Me encamino a Sensation's a seguir con mis prácticas, a partir de este momento en adelante ensayare junto a las chicas. Jeff el día de hoy nos pondrá una nueva coreografía.

Llegando al lugar nos enseña los pasos, cada paso es sencillo, pero lo que cuesta hacerlo es sensualmente. Después de dos horas termino cansada; bebo más de dos botellas de agua y en seguida salgo corriendo al baño. Termino de hacer mis necesidades, lavo mis manos y las seco con una toalla de papel, voy caminando por los pasillos distraída secando mis manos; sin darme cuenta me percato que hay otro pasillo, no lo había visto antes y tampoco he visto a gente caminar por ahí. Cambio de dirección y comienzo a caminar del lado contrario. El pasillo está solo y al fondo hay una puerta, es raro ver esto escondido.

Camino más hasta llegar a la puerta, empiezo a escuchar voces muy tenues, puedo distinguir que son de mujeres; pongo mi mano en el picaporte para abrir, de pronto la voz de una mujer mayor proveniente detrás de mí me detiene.

—¿Qué haces aquí? —asustada, giro inmediatamente soltando el picaporte.

Veo a la mujer. Su rostro se ve enojado, sus ojos castaños me miran mal; nunca había visto esta mujer.

—Te estoy hablando, ¿Qué haces aquí? —me habla de nuevo.

—Yo, yo solo... —no me deja terminar, toma de mi brazo bruscamente alejándome de la puerta.

—Suélteme —me quejo.

La mujer me jala alejándome de la curiosa puerta, suelta mi brazo y se gira hacia mi mirándome bruscamente.

—No debí entrometerme, pero no es para que usted me trate de esa manera —le reclamo.

—Mira estúpida, no sabes con quien estás hablando.

—Si sé con quién estoy hablando, con una…—no me deja terminar porque levanta su mano para golpearme, pero no lo hace.

— ¡Amalia! ¡Detente! —Jeff agarra el brazo de la mujer antes de que me golpee — ¿Qué crees que haces?

La mujer sonríe con amargura y de un fuerte jalón se zafa del agarre.

—Esta no sé qué hace aquí, está de entrometida en lugares donde no le corresponden.

—Jeff, yo solo me equivoque de lugar —me justificó —Mi intención no era otra.

—Déjala Amelia, ella ya se justificó —Jeff me defiende.

La mujer no muy convencida me mira mal y luego mira a Jeff.

—Ya hablamos de esto Jeff, tú no te metas en mis asuntos y yo no me meteré en los tuyos. Así que cuida a tus bailarinas de no meterse en mis asuntos o de lo contrario no responderé —Amelia lo dice amenazándome y de igual manera sus palabras le hacen recordar.

Él solo asiente, la mujer se va no sin antes advertirme con su mirada. Dejo de mirar a Amelia que se pierde para después poner mi completa atención en Jeff.

— ¿Estás bien? ¿No te hizo daño? —se preocupa por mí.

—Estoy bien, gracias por ayudarme.

—Bien, vamos a seguir.

Jeff me rodea mi espalda con su brazo y comenzamos a caminar hasta salir del lugar. Antes de llegar al escenario, lo detengo.

—Jeff —lo llamo, él voltea a verme.

—¿A qué se refiere esa mujer con sus asuntos? Como para ponerse de esa manera hasta llegar al grado de querer golpearme —desde que la mujer me amenazo sus palabras no salen de mi cabeza, quiero saber el motivo de su agresión.

—Emily, son asuntos que no nos incumbe y es mejor que no sepas.

—¿Por qué? —insisto.

—Solo no te acerques a ella, ¿Ok? —demanda.

No digo más y seguimos con nuestro camino. Después de ensayar regreso a mi habitación, me duermo unas horas y como siempre en la noche me despierto, me baño y salgo a Sensation's.

Como cada día veo con detenimiento los movimientos de las chicas, siguen deslumbrando en el escenario. Me da un poco de sed y camino hasta llegar al bar, pido una soda y mientras sigo viendo el espectáculo un hombre se sienta en una mesa a un lado de mí. Quito mi interés en las chicas y la poso en aquel hombre que lleva un traje gris, se ve que derrocha el dinero.

Una mesera se acerca al hombre y lo atiende, pero el muy desgraciado mete su mano por debajo de la falda de la chica, en seguida me altero y veo el rostro de pánico de la mesera. Me levantó por impulso para ayudarla, pero antes de que me acerque, la chica se aleja del hombre.

Veo cómo se va aterrorizada, me fijo en el hombre trajeado; con poca luz puedo ver sus rasgos, son delicados, sus ojos son rasgados y sus labios delgados, no puedo distinguir su tono de piel por la poca luz del lugar.

Regreso de nuevo mi mirada a sus ojos y me encuentro con sus ojos negros que me están viendo. Me impacto por su mirada y antes de que él hombre hago un movimiento Jeff llega a mi lado. Por su tacto reacciono y dejo de ver al misterioso hombre.

—Ven vamos al camerino, debo enseñarte algo.

Asiento y camino detrás de Jeff, por última vez volteo a ver al hombre y me encuentro con el profundo de sus ojos viéndome. Su profunda mirada me eriza la piel, una extraña sensación me recorre todo el cuerpo; dejo de mirarlo por lo apenada que estoy de que me haya capturado viéndolo, sin más continuó con mi camino.

¿Qué es lo que pasa en este lugar? Jeff dijo que solo son espectáculos para hombres, por qué aquel hombre tocó a la mesera y ella no dijo nada.