“Dios mío”, pensó para sí mismo. Se pasó ambas manos por su cabello rebelde y despeinado, y luego miró hacia Mila, quien estaba quieta en el mismo lugar, intentando controlar sus lágrimas en silencio. Mila debía de estar aterrada. Ella era igual que él, nueva en esta etapa, era… John se sentó sobre sus talones cuando se acercó a ella, acarició ambas mejillas limpiando al mismo tiempo esas lágrimas. — ¿Ya está confirmado? —preguntó John, intentando no romperse. Mila levantó su mirada de la nada, hacia los ojos grises aterrados de John. Tragó saliva y negó. —Yo… me hice todas las pruebas, hay que esperar tres minutos… —Mila apenas podía entender sus palabras. Si se asomaba, vería la verdad. — ¿Cuánto tiempo ha pasado? —Mila quedó suspendida en el tiempo por unos segundos. Miró de nuev

