Mila estaba a mitad de la partida, concentrada en tratar de vencer a su madre, mientras Catherine se recostaba en el respaldo de su sillón, observando el tablero. Notó lo enfocada que estaba Mila en su próximo movimiento y sonrió. El cansancio empezó a invadir su mente, pero se resistió. Quería terminar el juego con su hija. —Piensa bien tus movimientos antes de hacerlos —dijo Catherine en voz baja. Mila levantó la mirada para responder, pero se detuvo al ver a su madre pálida y delgada. Había notado su pérdida de peso y la caída de su cabello, pero cada vez que lo mencionaba, Catherine se negaba a hablar del tema. —Te ves cansada. ¿Quieres que detengamos el juego? —preguntó Mila, preocupada. Catherine negó con una media sonrisa. —Antes de terminar la partida, quiero decirte algo —dij

