Prologo

3945 Words
Aren Brengtsson.Ubicación: Prisión de Helheim - Norte de Noruega (Año 2012). (Día de extracción – Día de los juegos) La brisa fría golpea parcialmente mi rostro cubierto con una bufanda con estampando de calaveras, mientras observo por la ventanilla del vehículo erizando hasta el último jodido vello de mi cuerpo. Desvió la mirada hacia el horizonte donde la nieve cae del cielo con la única intención de cubrir todo con su blancura y sus gélidas pinceladas. A unos cuantos kilómetros delante del convoy soy capaz de ver la montaña que mantiene oculta la prisión donde los asesinos más peligrosos del mundo se encuentran recluidos. Esos que no respetan la vida de nadie, esos que no tienen una pizca de empatía en sus venas. Esos enfermos que han quitado vidas a diestra y siniestra con distintas intenciones, en su mayoría diversión. Aunque no soy muy distinto de ellos, este es mi trabajo, fui entrenado para esto y no es solo un mero capricho o una necesidad para poder vivir, aunque indudablemente disfrute de ello. — ¿Brengtsson cuantas veces has estado en este lugar? — pregunta a mi lado Alvar uno de los pocos novatos que han sobrevivido la prueba final este año. — Con esta es la decimotercera vez…— murmuro fijando mis ojos en el portón n***o que nos la bienvenida. — ¿Vienen aquí anualmente no es así? — indaga una vez más con curiosidad. — Deja de hacer preguntas Burén…— lo reprende Melker dándole una mirada desagradable al novato. — Lo siento señor…— se disculpa el joven desviando sus ojos hacia el suelo del vehículo blindado. — ¿Listo Aren? — pregunta en tono burlesco dedicándome una mirada altanera. — Siempre Bunderson…— me limito a responder sin mirarlo. Es mi superior desde hace poco más de un año y es la primera vez que volvemos a trabajar juntos. Este tipo no me agrada y por ello me cago en él y en sus órdenes solo ocupa ese lugar porque el día de la prueba para tomar el liderazgo de nuestro equipo el hijo de puta jugo sucio. Mis ojos se desvían a la hermosura que está sentada a su lada quien me sonríe de lado antes de desviar sus ojos hacia Melker. — ¿Cómo vamos a proceder este año? — pregunta mientras juguetea con una navaja en su mano. — Los juegos tienen varias horas de haber concluido en teoría, para el momento que entremos seguramente ya la situación estará estable, debemos buscar al objetivo y extraerlo…— posa sus ojos en mí y sonríe con arrogancia — estas a cargo del novato ya que te preocupas tanto en responder sus dudas…— mis labios se curvan en una sonrisa y asiento. — Tienes que seguirme el paso Alvar no voy a cuidar tu culo…— Seren ríe suavemente llamando mi atención. Me pierdo en sus ojos y esos labios que más de una vez he deseado probar, nuestras miradas se encuentran y termina guiñándome un ojo seductora. Rio suavemente negando con la cabeza, coquetea conmigo teniendo al tipo que la folla junto a ella. — ¿Algo más? — indaga nuevamente Seren. — No quiero bajas, utilicen los sedantes, es suficiente con las muertes no podemos darnos el lujo de terminar con la mina que nos provee oro…— comenta con frialdad antes de suspirar y ponerse su casco, asentimos al mismo tiempo mientras Melker vuelve a verme — ¿Equipo de extracción? — indaga mirándome serio. — Seguro y completo…— despego mis ojos de el idiota que se cree el mejor del mundo y me fijo en como el convoy se detiene delante de un enorme edificio de color n***o. Es una fortaleza que se encuentra entre dos montañas que se encuentran cubiertas de nieve, un espeso bosque a la izquierda de este, se encuentra lleno de trampas letales que te matarían en cuestión de segundos. El muro de acero n***o mide cerca de 20 metros de altura y se pierde entre la neblina que lo rodea. — Que empiece la diversión…— murmura con voz sensual Seren activando un botón en el chaleco que cubre su pecho y hace parte de su equipo. De inmediato uno de los intercomunicadores que utilizamos se inundan con el tema de Highway to hell de ACDC. Sus labios se curvan en una sonrisa pícara cuando baja su casco y cubre su rostro, impidiéndome continuar admirándola. Todos nos ponemos en pie y nos disponemos a bajar del camión. Pronto estamos corriendo hacia el muro rodeando las puertas laterales de la prisión, nos dividimos en dos grupos, Melker y Seren como siempre y yo con el novato. Es una misión que hacemos con pocos hombres aunque vienen algunos otros hombres ellos se encargaran de la limpieza. Una vez posicionados escucho la afirmación en nórdico de Seren dando luz verde para ingresar a las instalaciones. Al momento se desliza una pesada puerta de metal hacia arriba dejando delante de nosotros un pasillo oscuro. De inmediato el olor a sangre se hace perceptible y una brisa gélida golpea mi rostro cubro mi nariz con la bufanda y doy un paso hacia el interior mientras Alvar a mi espalda respira profundo y ríe suavemente. — El dulce olor de la sangre… — No te distraigas…— murmuro activando el modo infrarrojo de mis lentillas — este lugar es malditamente engañoso y además en cada esquina puedes toparte con la muerte. Mientras andamos por el pasillo principal el ritmo de la batería de ACDC nos hace compañía, electrificando mi cuerpo y acelerando mis latidos. Seren es así, cada jodida misión que lleva a cabo lo hace con buena música de fondo. La música es una de las cosas que podría definir su personalidad y no hay momento en su vida donde creo que no esté presente lo que me hace desearla aún más. Es una perra con estilo y además es tan malditamente letal que sencillamente es perfecta e irresistible. Pero la muy hija de puta se fijó en Melker, maldito con suerte. En la primera división del pasillo conseguimos los primeros restos de los juegos, seis cadáveres en el suelo mutilados. La sangre se extiende en el suelo dejando una laguna de esta a mis pies. Los mal llamados juegos no son más que una prueba de supervivencia que le hacen a los reos y consiste básicamente en la unión de los bloques de la prisión, es decir las puertas que dividen el bloque masculino del femenino son abiertas y estos tienen acceso a cada uno de los bloques y áreas que comparten normalmente por separado. Este día los reos literalmente pueden enfrentarse entre ellos, dejar salir su naturaleza asesina, a los más fuertes se les permite tomar alguna de las mujeres y tener relaciones con ellas. De allí la verdadera razón por la que estamos aquí, esas pequeñas oportunidades que surgen de los juegos y sobreviven después de la unión y nacen. — Vaya que son salvajes aquí…— se queja Alvar, trayéndome de regreso a la realidad. Muevo con mi bota una de las cabezas que están en el suelo para admirar el trabajo de quien sea que haya hecho esta pequeña masacre para conseguirme que me ha tocado jodidamente el lado femenino de la prisión. Odio venir a este puto lugar. — No te descuides este infierno es peor que cualquiera que conozcas…— le advierto a Alvar. No he terminado de advertirle cuando de la esquina derecha una mujer con apariencia enferma se atraviesa en nuestro camino. Lleva ropa harapienta, sucia y desgarrada. Tiene sangre en sus brazos y manchas de la misma en el resto de su cuerpo. Sus ojos fijos en el arma que sostengo, estos lucen vacíos, ausentes. Su boca se abre ligeramente y el reconocimiento llega a su expresión cuando nota lo que es sonríe de forma psicótica y da un paso en nuestra dirección. — Tengo contacto con los jugadores…— informo a Melker. — Vaya que tienes suerte…— responde Seren — seguimos en blanco de este lado…— sonrió al notar el fastidio en su tono. Estar en el bloque femenino aunque es ciertamente peor que estar en el bloque masculino tiene sus recompensas. El paquete que debemos extraer esta de este lado… eso si ya finalizo el juego y sobrevivió. Respiro profundo mientras presto atención a los movimientos sigilosos de la mujer delante de mí. — ¿Le disparas o no? — cuestiona Alvar a mi espalda. — Aun no…— murmuro con media sonrisa en los labios, es hora de divertirse un poco. La mujer lo nota y es todo lo que necesita para lanzarse contra nosotros de forma salvaje, en cuanto está a la distancia correcta tomo el arma la elevo y le doy con el mango inferior justo en la nariz. Un grito adolorido se desprende de su garganta para luego soltar un gruñido y una maldición en francés. Rio cuando se pone en pie, la expresión enloquecida me divierte y la sangre baña su rostro. — Vamos preciosa…— la incito cosa que la hace enloquecer aún más. Se lanza una vez más sobre nosotros pero esta vez la recibo con una de mis botas sobre el abdomen, su cuerpo se hecha hacia adelante por el impacto y un montón de sangre sale de su boca ensuciando el uniforme de Alvar antes de caer al suelo. La mujer cae al suelo de rodillas, sonrió antes de ponerme detrás de ella y apuntarla con mi arma en la espalda. Elevo mis ojos para ver a Alvar quejarse mientras limpia su uniforme, pongo los ojos en blanco para luego disparo y de inmediato cae el cuerpo de la mujer. Me giro y continuo mi camino por los intrincados pasillos de la prisión, me conozco estos muros a la perfección uno de los enteramientos para poder subir de nivel es aprenderse el plano de la prisión. De otra forma jamás te enviarían aquí porque morirías, es un jodido laberinto lleno de trampillas y habitaciones donde la mayor parte del tiempo los asesinos se ocultan. Entrar aquí es una sentencia a muerte si no conoces cada recoveco. Después de casi veinte minutos, nos topamos con un amplio espacio, es una de las primeras cámaras que sirve a los prisioneros para “convivir” pero no es más que otra sala de tortura. En ella hay varias mujeres riendo mientras patean a otra que se encuentra en el suelo. Están tan ensimismadas en el acto que ni siquiera se dan cuenta cuando entramos y las vamos derribando una a una con los sedantes. En esta habitación me detengo unos minutos más, mientras mis lentillas hacen el trabajo de mostrarme a la perfección cada rincón poco iluminado. — Despejado…— le indico a Alvar — separémonos de esta forma ocuparemos más espacio y lo haremos en el menor tiempo posible, odio estar en este maldito lugar…— me quejo en un murmullo ronco señalando el pasillo de la izquierda. Tomo el de la derecha y empiezo a moverme con mayor rapidez, mientras en mis oídos inician los acordes espectaculares de la guitarra eléctrica y puedo ver a Seren con una sonrisa en los labios moviendo sus dedos sobre el mango de la navaja mientras Walk de Pantera nos acompaña. — Contacto con los jugadores…— informa Melker. — Hora de patear culos…— ronronea Seren. Soy capaz de escuchar cómo se pelean al otro extremo de la prisión gracias a los distintos equipos que llevamos y se perfectamente que se han topado con un gran número de reos. La diferencia entre ellas y ellos es abismal. Las mujeres que están encerradas en este lugar no solo están dementes, también son de alguna escalofriante manera escurridizas y son pocas las que trabajan en equipos. Los hombres por otro lado, suelen aliarse para mantenerse con vida más tiempo y ganar en los juegos, aunque al final deban enfrentarse los mejores. Suelen actuar casi todo el tiempo de esa forma. Mi recorrido se torna aburrido cuando son pocas las mujeres con las que me topo. Este año por lo que nos informaron la prisión no estaba tan repleta como las primeras veces que las visite. Finalmente algo de acción se presenta cuando me encuentro con una mujer en mitad de uno de los pasillos. Esta de espaldas a mí y sostiene en su mano una navaja, eso me hace fruncir el ceño. Pocas veces los reos tienen armas, a menos que las confeccionen ellos mismos pero ella sostiene una navaja de mango y brilla en la poca iluminación. — ¿Vienes a matarme? — murmura con un marcado acento ruso. — No…— respondo dando un paso en su dirección. — ¿Qué haces aquí? Los juegos terminaron — murmura, aún está dándome la espalda, pero su cuerpo tiembla ligeramente. — Si, puedo verlo, aunque es obvio que tú te has divertido bastante…— comento mirando su alrededor donde hay un montón de cadáveres. Mis ojos se pasean por el espacio encontrándome literalmente con una carnicería. Hay cuerpos desmembrados, viseras esparcidas en el suelo, los charcos de sangre coagulados están por todos lados haciendo apeste a ese olor metálico. Me fijo una vez más en la mujer que se ha movido ligeramente, inclinando su cuerpo al frente, este se estremece un poco y sus brazos se sacuden con cierta brusquedad, los eleva a su cabeza y presiona con fuerza hasta que su voz se escucha nuevamente, esta vez esta es temblorosa, insegura. — Tenia razones para hacerlo…— murmura en voz baja. Un sollozo se escapa de sus labios, haciendo que mi piel se erice, suena cargado de dolor y desesperación, después de algunos segundos eleva su rostro hacia el techo y suelta un grito que reverbera en todo el ambiente para luego caer de rodillas sobre uno de los cadáveres, mi ceño se frunce aún más cuando sus manos regresan a su cabello y empieza a tirar de el con fuerza. Tira de el con desesperación como si quisiera arrancarlo de su cabeza. Pronto empieza a golpearse con ambas manos a los costados de su cien. — Tenía que hacerlo, sino lo hacia el moriría — murmura con frenesí entre jadeos desesperados — tenía que hacerlo, tenía que hacerlo, tenía que hacerlo…— jadea constantemente. Doy una mirada a mí alrededor y noto que hay más cadáveres de los que puedo contar o identificar. Miro sorprendido nuevamente la espalda de la mujer, es imposible que ella sola haya acabado con todos ellos. Ella continúa auto agrediéndose con demasiada brutalidad. — Emboscada…— escucho de pronto a Alvar decir en la radio. — ¿Qué? — pregunto incrédulo. — Estoy acorralado en uno de los cubículos del lado este, permiso para cambiar a municiones letales…— pregunta con ansiedad y dudo un instante. No está en mí autorizar dicha orden y por lo que asumo Melker debe estar jodidamente ocupado en este momento y tampoco entiendo la necesidad de Alvar por cambiar de municiones. — Resiste hasta que Bunderson confirme…— me limito a responder. — Copiado — devuelvo mi atención a la mujer. Pero para mi sorpresa ya no está de rodillas en el suelo. Esta frente a mí sorteando los cadáveres. — Un guapo y sexy hombre en uniforme…— murmura con una sonrisa coqueta. Su rostro está cubierto de sangre y mugre, su cabello está completamente despeinado y alcanzo ver algunas zonas de su cuero cabelludo enrojecidas y sangrantes. Realmente ha logrado arrancarse el cabello. Su ropa esta rasgada en distintos puntos además tiene unos manchones húmedos a nivel de sus pechos, eso llama mi atención, para detallar mejor el área porque algo escurre de sus pechos y no es sangre. — Confirmación visual del receptor…— comento, seguro que debe ser leche. — Sabes lo que tienes que hacer…— responde Seren en un jadeo. — Copiado… — Vaya, vaya, han enviado a los malos…— comenta divertida, antes de patear con su pie una pierna, que rueda hacia un costado en un charco de sangre. — ¿A cuántos asesinaste? — pregunto con curiosidad. — No lo sé — ríe un poco pasea sus ojos a su alrededor — perdí la cuenta cuando llegue a 25…— responde encogiéndose de hombros. — ¿Dónde está? — pregunto tratando de hacer esto más fácil y no perder más tiempo aquí. Su ceño se frunce y ladea su rostro, deteniendo sus pasos, estamos quizás a unos cuatro metros de distancia, de pronto sus facciones se vuelven agresivas y sin pensarlo ni un segundo se lanza contra mi gritando como loca. — ¡No van a quitármelo es mío, es mi pequeño! — sus ojos abiertos como platos llenos de rencor y odio puro. En cuanto la tengo a un metro de distancia disparo, no tengo ganas de seguir aquí, me asquea y me fastidia, el dardo da de lleno en su pecho, se detiene de golpe al sentir el impacto y desvía sus ojos hacia el pequeño dispositivo de luz azulada que se activa y deja el sedante en su torrente sanguíneo. Sus labios sonríen ampliamente pero no cae, lo que me hace fruncir el ceño. — Bloque masculino controlado…— reporta Melker. — Jamás van a separarme de el…— jadea la mujer dando un paso torpe en mi dirección. Una de sus manos va a su pecho y veo como intenta quitarse el dispositivo adherido a su piel mientras que eleva la otra mano empuñando la navaja. Sus ojos reflejan fiereza y puedo ver cuánto desea evitar que dé con mi objetivo, protegerlo a pesar que aquí no le espera nada más que la muerte. — Lo siento, nada de lo que hagas me impedirá llegar a él — sonrió — o ella…— sin previo aviso lanza la navaja hacia arriba, sorprendiéndome. Mis ojos siguen el movimiento del arma pero el movimiento de su mano derecha llama mi atención en el momento justo evito otra cuchilla que es lanzada en mi dirección, el ruido del metal chocando contra el metal se escucha con fuerza a mi alrededor, elevo el arma una vez más y disparó dos tranquilizantes extras. Uno del lado derecho de su pecho y el otro justo sobre su corazón. Sus ojos se abren como platos y de pronto empiezan  salir un montón de lágrimas, mientras niega con la cabeza con lentitud y extiende una de sus manos en mi dirección más su rostro se ladea hacia un costado mirando hacia el otro extremo de la habitación cubierta de cadáveres, finalmente su torso cae al suelo. Sus parpados luchan por no cerrarse, las lágrimas continúan saliendo sin control pero alcanzo a escucharla murmurar con dolor. — En la oscuridad…— sus ojos se cierran y yo respiro profundo. Es primera vez que me topo con alguien como ella, nunca antes había tenido que disparar más de un dardo a algún reo y ella recibió tres antes de caer. Sin duda alguna una mujer interesante. — Receptor derribado, procedo a la búsqueda del objetivo…— paso junto al cuerpo de la mujer y me muevo entre los cadáveres en busca de lo que nos trajo aquí. Para mi sorpresa el lugar no solo tiene cadáveres de mujeres, también hay hombres, lo que me confirma que los juegos por alguna razón este año fueron más brutales y también creo que le dieron más ventajas a los hombres, este lado del bloque femenino está muy lejos de la puerta lo que me dice que tuvieron que haber tenido tiempo de entrar y moverse con libertad. Una vez confirmo ese detalle al contar más de un cadáver masculino, cambio las lentillas a rayos xs y me dedico a escanear el área. Los muros son imposibles de traspasar con estas lentillas pero soy capaz de ver los huesos de cada cuerpo en el suelo y además de ello notar el movimiento, cosa que capto justo en la esquina más alejada de la sala. Sonrió mientras sorteo las extremidades y cuerpos mutilados que se encuentran regados en el suelo hasta que finalmente estoy lo suficientemente cerca del lugar donde algo se mueve debajo del suelo. La satisfacción me invade al conseguir el objetivo aún con vida. Desactivo las lentillas y me permito agacharme para mover uno de los cuerpos que se encuentran sobre lo que asumo es una especie de trampilla. Cuando tomo uno de los brazos del cadáver y tiro de el para moverlo este me queda en la mano y suelto un bufido dejándolo al otro lado, con mis botas termino de apartar el cuerpo donde una pequeña madera se encuentra tapando un agujero en el suelo. Me inclino para poder tomarla, al moverla e iluminar el interior con una de mis linternas un espacio oscuro me recibe donde un pequeño bulto se encuentra envuelto entre telas asquerosas. Me inclino un poco más para lograr mover las telas y al hacerlo doy con una pequeña cara redonda, sus cachetes regordetes están bañados en sangre y su cabello es un pegote de sucio y sangre seca. Sus pequeños ojos parpadean tratando de adaptarse a la luz y sonrió al ver como remueve sus manos entre el montón de tela que lo cubre. — Objetivo localizado, procedo a la extracción…— comunico. — Copiado, de camino al exterior…— responde Melker mientras continuo quitando las telas que cubren al pequeño — Burden ubicación…— pregunta pero no hay respuesta — Alvar, ubicación — exige una vez más y rio suavemente, al no escuchar la respuesta del novato. — Eres un maldito…— me espeta Seren ante mi burla. Pero la ignoro apoyando mis rodillas en el suelo encharcado de sangre, la viscosidad de esta se siente a pesar del uniforme y me siento ligeramente incómodo. Estiro mis manos dentro del pequeño agujero y toco la piel suave y cálida del pequeño que yace en medio de la oscuridad. Con cuidado de no lastimarlo lo tomo debajo de sus brazos haciéndolo de las axilas y lo alzo. Cuando finalmente lo retiro del agujero y puedo ver su rostro este está más cubierto de sangre del que pude ver anteriormente, de hecho todo su cuerpo está cubierto de sangre seca y fresca, su pequeña boca se abre y cierra mientras balbucea un poco. Respiro profundo ante la imagen que me da y una extraña sensación se abre paso en mi pecho. Nunca antes había extraído un bebe de este lugar que se encontrara así de tranquilo en medio de tanto caos y muerte. — Espero seas igual de duro y fuerte como lo es tu madre…— murmuro acunándolo entre mis brazos. Tiro del contenedor en mi espalda y lo acomodo en el suelo donde, procedo a iniciar la desinfección del mismo. Después de algunos segundos una pequeña puertecilla se abre dándome acceso al interior del contenedor, acomodo al bebe en el fondo cálido y acolchado antes de sacar la jeringuilla de mi chaleco y clavarla en su cuello., hace un puchero pero es todo antes de quedarse dormido. — Serás grande y fuerte pequeño — murmuro porque tengo la sensación y la certeza que este niño no será como ningún otro de los asesinos que hemos tenido en la organización — por ahora duerme Kol…
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