Capitulo 1 - Helheim

4769 Words
Kol HelheimUbicación: Berlín (Alemania) presente (31 años después) Camino dejando una estela de gotas de sangre en el pulcro suelo, mientras abro y cierro mis manos acostumbradas al dolor, solo los muevo para circular la sangre por ellos, me detengo frente al espejo de cuerpo completo y me doy una mirada rápida. Mi pecho lleno de tatuajes tiene una capa de sudor y gotas de sangre salpican la tinta que cubre mi torso. Elevo mis manos para admirar mis nudillos, estos están ensangrentados y abiertos por la cantidad de golpes que acabo de descargar sobre el saco. — Hel tengo hambre iré por…— una sensual voz inunda el silencio y me hace despegar los ojos del hermoso tono carmesí que cubre mis manos — ay mierda Kol para algo están los guantes…— se queja Eivor acercándose a mi expresión reprobatoria. La rubia entra en el campo de visión reflejándose en el espejo, solo lleva una tanga y una blusa que cubre muy poco dejando expuesto su sensual, hermoso y trabajado cuerpo. Mis ojos se desvían hacia el Dragon tatuado estratégicamente en su glúteo y parte de su pierna. Ese tatuaje me gusta, creo que incluso mucho más que ella en general. Una caricia suave en mi mejilla me hace elevar los ojos para encontrarme con su mirada. — No tienes arreglo…— murmura con seriedad — y mis ojos están aquí arriba… — No me interesa ver tus ojos cuando tienes esta cosa expuesta…— respondo acariciando con suavidad la cabeza del Dragon tatuada sobre el costado de su glúteo. Su piel se eriza y sus ojos se cierran ante el contacto, disfrutando de la caricia que no es para ella sino para la obra de arte que lleva en la piel, luego de unos instantes suspira y vuelve abrirlos. — Te curare…— murmura con media sonrisa en los labios, pero aparto mi mano de entre las suyas y me giro para alejarme. — Vístete y vete…— respondo con simpleza. — Venga Hel no seas así…— se queja la rubia caminando en mi dirección. — Eivor no lo repetiré…— me detengo a mitad del pasillo que me lleva a otra área de mi departamento y me giro para verla. Nuestras miradas se encuentran y de inmediato detiene su andar solo necesita una mirada para entender que estoy hablando en serio. No la quiero aquí, ella eleva sus manos rindiéndose y bufa exasperada. — Haakon envió un mensaje dijo que vendría…— comenta pasando junto a mí con expresión seria, montando su máscara de frialdad. — Puedes decirle al idiota que no se moleste en venir, no lo dejare entrar…— ella ríe sin ganas y se gira. — No soy mensajero de nadie y tú tienes boca además es tu mejor amigo…— ante esas palabras mis labios se curvan en una sonrisa y niego con la cabeza. Eivor niega con la cabeza y suspira. — No sé para que nos molestamos en intentar acercarnos a ti… — Ni yo…— respondo caminando hacia la cocina y dejándola en el pasillo con expresión triste — cuando te largues activa el sistema de seguridad me importa una mierda que Haakon esté en la ciudad…— la escucho reír pero no responde nada. En la cocina camino hacia el lavavajillas y abro el grifo de agua fria, meto mis manos en ella y veo como esta aclara la sangre dejando expuesta las heridas en mis nudillos. El agua helada se siente como un millón de agujas incrustándose en mi piel pero lo ignoro. Una vez mis manos estan limpias cierro el grifo y las sacudo. Tomo un vaso y me sirvo un poco de agua. Después de algunos minutos Eivor entra a la cocina con el pantalón n***o del uniforme que utilizamos cuando vamos a las instalaciones, no entiendo porque le gusta usar tanto el jodido uniforme, pongo los ojos en blanco y niego con la cabeza mientras ella me sonríe con coquetería. Que manía la de esta mujer de usar esa jodida ropa. — Nos vemos Hel…— se despide desde lejos pero la ignoro. La escucho bufar a mi espalda y luego sus pasos alejarse, después de unos segundos escucho la puerta cerrarse y la voz electrónica me informa la salida de la rubia. — Elemento Dragon dejo el área — sonrió. — Al fin solo…— me giro y salgo de la cocina con el único propósito de hacer una de las cosas que más me gusta además de matar. Camino hacia uno de los paneles incrustados en la pared del pasillo y presiono el icono de la nota musical, de inmediato la voz electrónica del sistema de inteligencia artificial se hace presente en el departamento. — ¿Qué deseas escuchar este día Hel? — sonrió. — ACDC — respondo girándome para caminar hacia mi habitación. — Buena elección Hel…— de inmediato los acordes de la guitarra eléctrica y la batería llenan el silencio. Con la música llenando cada rincón de mi departamento entro a mi habitación, la cual es un desastre de ropa regada en el suelo. Suspiro inclinando mientras tomo cada pieza que la rubia dejo desperdigada en él. Cada que Eivor viene tengo que recoger el desastre que deja detrás de sí. Si no fuera quien es hace años la habría enviado tres metros bajo tierra. Además debo reconocerlo, follar con ella es de cierta forma… interesante, pero es una jodida pesadilla cuando entra en modo “quiero cambiar a Kol”. Termino de recoger la ropa y la dejo en el cesto de ropa sucia, para luego ir hasta mi cama que evidentemente tampoco tuvo la delicadeza de hacer cuando se levantó. Estiro las sabanas negras y coloco el cobertor del mismo color una vez listo camino a mi baño y me deshago de mi ropa. Nuevamente el agua helada sale de la regadera empapando mi piel, las agujas frías clavándose con cada gota en mi cuerpo y esa puta sensación es el recordatorio que sigo vivo. Enjabono mi cuerpo con calma mientras la música continua llenando el ambiente y caldeándolo con el repiqueteo de la batería. El rock es uno de mis gustos adquiridos gracias a Aren. El bastardo que se ha encargado de intentar hacerme a su imagen y semejanza. Sonrió de lado ante el recuerdo de la última vez que nos vimos. — ¿Puedes actuar si quiera como si esto te importara? — sonrió. — No, no fingiré algo que ni siquiera sé cómo hacerlo…— respondo con simpleza, ganándome una mirada asesina por su parte. — Haakon es parte del equipo que entreno contigo, es tu amigo…— rio a carcajadas poniéndome en pie. — El cree que soy su amigo, pero no hay nada más lejos de la realidad, aunque no pierdo el tiempo con idiotas, que crea lo que quiera si eso lo hace feliz…— Aren pone sus ojos en blanco y bufa. — Debes ir a buscarlo…— me ordena y lo miro serio. Debe ser una puta broma no quiero cerca al imbécil de Haakon. — Envía a Lurleen seguro ira encantada…— camino hacia la puerta pero la voz de Aren me detiene. — Lurleen está en una misión, no hay nadie más — Aren no seas patea cojones envía a los gemelos…— lo corto tratando de quitarme la responsabilidad de ir a buscar al hospital al inútil de Haakon. — Los gemelos están al otro lado del mundo Hel…— bufo exasperado y me giro para enfrentarme a su mirada acusatoria. — Lo matare si se pone pesado…— advierto con expresión seria, haciendo que Aren sonría. — No puedes matarlo Hel… — Claro que puedo y no me llevaría ni dos segundos hacerlo — suelto en tono burlón. — Y si lo haces tendrías a toda la organización sobre ti…— nuestras miradas se enfrenta y el suspira — cosa que tampoco interesa — suelta con cansancio — debe haber algo que te importe Kol…— comenta con cierto tono que no logro identificar pero asumo que es tristeza. — Si, las hay…— respondo encogiéndome de hombros — matar, escuchar música, leer y tatuarme…— Aren me ve serio y niega con la cabeza. — Nunca logre hacerte sentir un poco de empatía…. — La empatía es un estorbo a la hora de matar, así que no es necesaria…— me giro y camino una vez más hacia la puerta — dejare a Haakon en su departamento y me largo…— le dejo en claro. — Como quieras Hel, te llamare si requerimos de tus servicios…— elevo mi mano antes que la puerta se deslice hacia arriba y me permita salir. Empatía; literalmente hablando significa la habilidad tanto cognitiva como emocional o afectiva de un individuo, en la cual este es capaz de ponerse en la situación emocional de otro, es decir ponerse en los zapatos del otro. Para mi ser empático solo significa una cosa, ser débil. En esta línea de trabajo la empatía es simplemente un desperdicio de tiempo. No solo porque no tiene sentido sentirla sino que realmente tampoco sé cómo serlo, al menos hablando de mí. Desde que tengo uso de razón nunca me he puesto en los zapatos de otra persona. Las veces que herí a mis compañeros de gravedad nunca me importo y aun hoy tampoco lo hace. Razón por la que al menos dos de ellos me detestan, no es mi culpa que nunca comprendieran que se trataba de eso, herir de gravedad. Mientras continuo perdido en mis pensamientos la música se corta y la voz electrónica de Erika me saca de ellos. — Hel tienes una llamada entrante de Aren…— pongo mis ojos en blanco y suspiro. — Dile que estoy follando…— respondo sin darle importancia mientras permanezco debajo del agua. — Dice que es importante y que mentirle a un superior conlleva grandes sanciones — responde la voz de Erika una vez más y suspiro. — De acuerdo comunícalo… — Eivor salió de tu departamento hace una hora…— la voz de Aren inunda todo el jodido lugar acabando con la armonía que había en el. — ¿Y eso que? — Que no puedes evitar tomar mis llamadas y mucho menos con esa puta excusa…— me reprende. — Erika dijo que era importante y no escucho nada que realmente me importe…— escucho un bufido y sonrió. — Tienes un objetivo…— mi sonrisa se ensancha. — Eso si me interesa… — Te espero en las instalaciones en hora y media, no llegues tarde… — Nunca llego tarde Aren — Y deja de llamarme así… — ¿Aren? — Pregunto riendo — ni lo sueñes…— lo escucho bufar una vez más y finaliza la llamada — Erika alista el auto y por favor desvía las llamadas al buzón de voz mientras termino de ducharme…— le pido a mi asistente virtual. — Claro Hel, ¿algo más? — sonrió. — Que siga sonando la música — Por su puesto Hel…— de inmediato la batería continúa llenando el espacio haciendo de mi ducha nuevamente un instante perfecto.   #   Detengo el auto delante del edificio n***o que se alza frente a mí, desciendo en el mismo instante en que uno de los asistentes de parking se acerca a mi le tiendo la llave y sin siquiera mirarme a los ojos la toma y se dirige al auto. Camino hacia la entrada principal desierta, me detengo frente a la puerta de vidrio que se desliza a un costado y me deja en el pequeño receptáculo de cristal donde se analiza mi identidad. Primero un escáner revisa mis pupilas, luego una pequeña aguja pincha uno de mis dedos y analiza mi sangre y finalmente se analiza mi voz. — Kol Helheim…— comento fastidiado por estos protocolos de mierda. Una vez tengo el paso concedido la puerta del frente se abre y un amplio pasillo se extiende frente a mí. El suelo n***o y las paredes grises me dan la bienvenida y continuo mi andar despreocupado, hasta la oficina de Aren en uno de los pisos superiores. Stillhet así se llama este edificio y como bien su nombre en nórdico lo dice el silencio reina en este lugar. Una vez alcanzo la oficina de mi supuesto superior esta se abre automáticamente para mi sorpresa una mujer de mediana edad se encuentra de pie al otro lado, es de ojos oscuros, cabello n***o azabache y una elegancia innata, sus ojos me recorren de pies a cabeza y al notar mi atuendo una de sus cejas se eleva. — Hel llegaste…— la voz de Aren se hace presente captando mi atención — Aren…— lo saludo posando nuevamente mis ojos en la mujer que no ha dejado de observarme. — Ella es Seren…— nos presenta. La mujer extiende una mano en mi dirección la cual observo pero ignoro, al igual que la mirada reprobatoria de Aren. — ¿Estas ocupado? — le pregunto centrándome en lo que realmente me trajo aquí. — Kol Helheim…— murmura la mujer captado nuevamente mi atención — ¿tienes claro que para entrar en las instalaciones debes usar el uniforme? — indaga con suavidad. — Creo haberlo leído en algún lugar…— respondo encogiéndome de hombros — cuando termines con tu cita me avisas iré por un trago…— me giro pero una mano sobre mi hombro me detiene. Cuando me fijo en los largos y delicados dedos que me sostienen noto el color n***o que llevan las uñas finamente arregladas de la mujer que acompaña a Aren. — Nadie me da la espalda y vive para contarlo…— su voz es filosa y amenazante. — Sigo vivo y eso en definitiva contradice tus palabras…— la miro sobre mi hombro y veo la sonreír de lado. — Has algo con tu mascota Aren, no tolerare otra insubordinación de su parte…— comenta pasando junto a mí. Cuando lo hace mis ojos se desvían a su culo, que está forrado en una falta de cuero n***o que se ajusta y se mueve muy bien al ritmo de su andar. — Dime que al menos te la follaste…— me burlo de Aren girándome para ver como admira a la mujer. — Acabas de insultar y desafiar al Drottinn…— murmura ganándose mi atención. Una de mis cejas se eleva y vuelvo a mirar a la mujer que en definitiva no creí que tuviese tanta importancia y mucho menos fuera alguien tan peligroso. — Creí que era un hombre…— comento rascando mi barba. — Pues no lo es, pasa…— dice haciéndose a un lado permitiéndome el paso a su oficina. Cuando entro esta exactamente igual que hace dos años atrás cuando nos vimos por última vez. Camino directamente hacia el sillón n***o de cuero y me dejo caer en él, subiendo mis botas sobre la pequeña mesa de cristal. — ¿Puedes explicarme donde está el uniforme? — pregunta con el ceño fruncido. — En algún lugar de mi departamento…— respondo indiferente. — Hel no sé cuántas veces te lo he dicho…— elevo una de mis manos y lo silencio. — Venga Aren a lo importante solo estaré aquí a lo mucho 20 minutos no me pondré ese puto uniforme solo para venir por un sobre con fotografías…— Aren pone los ojos en blanco y camino hacia su escritorio. Abre una de los cajones y saca un sobre transparente con una luz azulada. Lo observa un instante y sonríe con malicia. Luego se gira y me lo tiende. — Es tu objetivo…— inicia con cierto tono ansioso — solo hay una fotografía, una vez la verifiques debes destruirla, no puede quedar pruebas de ella en ningún lado…— me explica a lo que asiento. — Bien nos vemos…— comento poniéndome en pie. — No he terminado Hel…— me detiene haciendo que me gire para verlo. — ¿Qué más? — pregunto. — Debes saber algo importante sobre tu objetivo…— eso es curioso y particularmente extraño. Nunca comparten con nosotros más que una fotografía, el resto de la investigación debemos hacerla nosotros mismos, de esa forma nos evitamos filtraciones e inconvenientes. Solo tres personas conocen el objetivo, el cliente, el superior que te asigna el objetivo y el asesino. Y muchas veces dependiendo del objetivo el superior no tiene derecho a conocer la identidad del objetivo simplemente asignar al asesino. — ¿Qué es? — Este muerto — responde con una media sonrisa que me hace fruncir el ceño. — ¿Muerto? — pregunto algo confuso. — El objetivo está muerto Hel…— concluye dándose la vuelta — quiero un informe de tu avance en tres días — mi ceño se frunce aún más. Aren nunca pide informes de los objetivos, solo tenemos una misión asesinar y el tiempo que nos lleve o como lo hagamos no le interesa a la organización, el único fin aquí es cumplir con lo que nos han encomendado. — Nunca he dado un puto informe de lo que hago no empezare hacerlo ahora…— le dejo en claro, Aren respira profundo y se gira. — Es una orden Helheim y me importa una mierda que quieras o no cumplirla, lo harás…— elevo una de mis cejas y lo reto con la mirada — no me importara enviarte al puto agujero del que te saque para recuerdes quien eres…— sonrió ante sus palabras y humedezco mis labios. — Serian unas lindas y entretenidas vacaciones…— respondo girándome — si quieres un informe te traeré la puta cabeza del objetivo una vez la arranque de su cuello…— comento con calma deteniéndome en la puerta — y por favor has algo con las putas ganas que le tienes al Drottinn eres demasiado evidente…— lo escucho respirar profundo pero no dice nada. La puerta se abre y salgo al pasillo desierto, mientras escucho sus pasos seguirme. — Este objetivo es importante Hel…— comenta logrando captar mi atención una vez más. Me giro para verlo y ese brillo característico en sus ojos me recibe, esto es algo personal para él. Ladeo mi rostro y sonrió. Aren podrá ser mi superior pero también es alguien que sin duda alguna tiene un alto cargo en la organización. Aquí nos conocemos pocos, aunque sabemos que somos muchos, es parte de esto, es primordial no conocer la identidad de todo el que trabaja para organización, ser clandestinos es la clave del éxito de la organización. — Déjame hacer mi trabajo y tendrás lo que quieres…— le aseguro. Lo veo dudar un instante pero finalmente asiente, se gira y vuelve entrara a su oficina, una vez más Hel vuelve a ganar sobre Aren.   #   — Erika activa el protocolo de seguridad por favor…— le pido al entrar a mi departamento. — Bienvenido a casa Hel, el elemento idiota está aquí, protocolo de seguridad burlado y reactivándose…— en cuanto la voz de la inteligencia artificial me anuncia aquello mi cuerpo se tensa. Camino por el pasillo que lleva a la sala de mi departamento donde Haakon está sentado con un tazón de palomitas de maíz y las botas sobre mi puta mesa de cetro. — ¿Por qué Erika me llama elemento idiota? — cuestiona al verme. — ¿Erika como entro este idiota? — pregunto ignorando la mirada acusatoria de mi supuesto mejor amigo. — Sistema de seguridad burlado…— repite una vez más la voz electrónica lo que me hace mirar a Haakon que simplemente se encoge de hombros. — Informe de daños…— indico caminando hacia la cocina mientras escucho los pesados pasos del ruso. — Sistema de seguridad burlado… — Ya lo dijiste Erika quiero un puto informe…— respondo deteniéndome delante de uno de los panales de la pared. — Sistema de seguridad burlado… — Desde que llegue es lo único que dice…— comenta Haakon a mi espalda lo que me hace mirarlo un instante. Abro el panel de seguridad y como pensé hay una invasión de nanobots que decodifican el sistema, vuelvo a poner los ojos en Haakon que me ve serio como si no hubiese sido cosa de él. — Erika activa el protocolo inmune…— — Protocolo inmune activándose, buenas noches Hel… — Buenas noches Erika…— me giro para ver al inútil que tiene la mala costumbre de ignorar mi privacidad. — Yo también estoy feliz de verte Hel…— comenta con media sonrisa. — No sé qué te hace pensar que estoy feliz, así que hola y adiós, estoy ocupado…— Haakon ríe y me ignora pasando junto a mi directo a mi cocina. — Sabes conocí a alguien que me hizo acordar un poco de ti durante esta misión… — No me interesa…— respondo abriendo el refrigerador y tomando una botella de agua. — Solo que andaba en cuatro patas y era extremadamente tozudo…— continúa ignorándome. — Haakon toma lo que sea que viniste a buscar y lárgate ¿sí? — Protocolo inmune completo, buenos días Hel…— saluda una vez más la voz de Erika y suspiro. — Informe de vulnerabilidad del sistema — No lo intentes es tecnología nueva, agradécemelo luego…— me corta una vez más Haakon pero sigo ignorándolo. — Nanobots re programadores…— continua su explicación Erika a la cual le presto poca atención ya que el sobre en mis manos dentro de mi cazadora la acapara toda. — Erika programa el infierno tenemos trabajo… — Claro Hel, ¿necesitas algo más? — Ordena una pizza, me daré una ducha y por favor deshazte del idiota — Sigo aquí Hel…— ignoro a Haakon y me encamino a mi habitación con el pesado detrás de mí — vamos hombre tenemos meses sin vernos vamos por unas cervezas. — Erika activa el protocolo de intruso…— me giro antes de cerrar la puerta para ver a Haakon y este abre los ojos como platos cuando todo se oscurece a su alrededor. Yo cierro la puerta y rio suavemente en cuanto la voz de Erika me anuncia lo que tanto anhelaba probar. — Protocolo de intruso activado, intruso localizado…— unos segundos después se escuchan disparos en el exterior. Me giro hacia el cuarto de baño mientras empiezo a quitarme la ropa. — Erika por favor acompañemos la salida de Haakon del departamento con algo de música… — ¿Qué deseas escuchar Hel? Objetivo localizado…— agrega y otra ráfaga de disparos se escucha afuera. — Il Volo…— respondo, un instante después la voz de uno de los chicos tenor llena mis oídos. Después de algunos minutos más solo alcanzo a escuchar la música, cosa que me hace sonreír. — Intruso neutralizado… — Música para mis oídos… — ¿Hel el elemento idiota no se supone que es tu amigo? — pregunta la voz electrónica y suspiro. — El me considera su amigo, yo a él…— rio girándome para mojar mi cabello — no y la verdad la próxima vez que lo veas por el perímetro simplemente activa el protocola antes que se acerque al panel ¿de acuerdo? — Esta bien Hel, no comprendo los conceptos humanos de amistad… — Yo tampoco Erika…— respondo con simpleza. La música continua sonando hasta que finalmente termino de ducharme, cuando salgo tomo una toalla y empiezo a secar mi cabello mientras camino hacia mi habitación, el reguero de agua que dejo en el suelo me recuerda las muchas veces que el Gamla me castigo por hacerlo, supongo que algunas cosas nunca cambian sin importar lo que te hagan. Una vez en mi habitación tomo la cazadora de cuero y saco el sobre azul con la curiosidad latiendo en mi sistema. ¿Quién es este objetivo que tiene a Aren tan interesado? Presiono mi dedo sobre el pequeño lector de huella y al instante siguiente ciento un ligero pinchazo que es parte del protocolo de seguridad del sobre. Una vez realizado el análisis este se abre y se despliega un holograma delante de mí. Es una mujer de cabello ondulado castaño oscuro, ojos grandes de color miel, nariz perfilada y labios carnosos. Su expresión no me dice mucho, su mirada tampoco, parece una mujer común y corriente. Pero en esta línea de trabajo es muy sabido que no todo lo que brilla es oro. — Así que estas muerta…— susurro caminando hacia mi vestier cuando la voz de Erika interrumpe la música. — Hel tienes una llamada entrante del elemento idiota…— rio y por puro placer le respondo. — Comunícalo — Loco de mierda tu puta máquina me disparo…— es lo primero que suelta Haakon claramente cabreado. — No es puta y su nombre es Erika y es mucho más inteligente que tú…— me burlo. — Tengo una puta bala en el brazo Kol — Erika debiste apuntarle a la cabeza — Lo siento Hel creí que no quería que lo matara después de todo el cree que eres su amigo… — Genial ahora también tu puta maquina se burla de mi — Ya te dije que no es puta y se llama Erika — ¿Debo llamarla por su nombre cuando ella me dice idiota? — pregunta incrédulo. — Precisamente por esa razón es que te dice idiota… haces preguntas estúpidas — En serio Kol, por poco la máquina de mierda me mata — Una pena que no lo haya hecho… — No volverá a ocurrir Hel…— se disculpa Erika y sonrió. — En fin quería que vieras los nanobots y luego ir por unas cervezas, no entiendo a que le llama Eivor buen humor pero estas más irritable que nunca…— suspiro. — Si no dejas de molestarme le pediré a Erika que en vez del brazo te dispare en el culo, los nanobots ya los conocía…— suelto en tono burlón — no es tecnología nueva idiota… — Por favor esos nanobots están en la organización hace unos días…— se queja y rio. — Se de ellos hace tres meses idiota… — Deja de llamarme idiota — Erika hora de trabajar…— finalizo la llamada sin esperar alguna respuesta de Haakon que evidentemente ahora tendrá que ir a la organización para que revisen su brazo. — El infierno está listo y la pizza viene en camino ¿necesitas algo mas Hel? — Activa los protocolos de seguridad, nadie se acerca en un radio de metro y medio  y polariza las ventanas, no me comuniques ninguna llamada y encripta todas las entradas y salidas…— le pido mientras me giro y salgo de mi habitación cuando salgo evidentemente hay un pequeño desastre afuera. El hijo de puta de Haakon ha vuelto a liar mi departamento. — Y hackea la cuenta del idiota y transfiere el costo de los muebles que se arruinaron gracias a su visita… — De acuerdo Hel. Una vez estoy en la sala a la cual le llamo infierno incrusto el sobre en el panel sobre la mesa y de inmediato se enlaza con la computadora central de Erika abriendo el sistema personalizado de mi mente artificial. — Erika has una búsqueda facial en base a los parámetros óseos de esta imagen y avísame si consigues alguna coincidencia, limítate a Alemania luego expande el análisis país por país individualmente, cuando tengas una coincidencia quiero todo lo que haya sobre ella… — De acuerdo Hel, trabajando en ello…— me giro y amplio el holograma para ver a la mi nuevo objetivo. — ¿Si estas muerta como es que debo matarte? — me pregunto en voz baja admirando los rasgos de la mujer.
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