(Horas después) La palabra eternidad la conozco cuando ella está lejos de mi bajo las circunstancias en las que nos encontramos. Si bien ocuparme de nuestros hijos y organizar todo con Ignazio para que contratara al hacker me ha mantenido ocupado, no puedo dejar de preocuparme por ella. La llamé dos veces ya, y las dos veces me ha dicho que estaba todo en orden y que simplemente estaba buscando algunas cosas, pero nada más que eso. Tomo a Gianna entre mis brazos y con mucho cuidado agarro el biberón que he preparado para ella y me voy a sentar al sofá para darle de comer antes de que esta pequeña se quede sin pulmones de tanto llorar… —tranquila princesa, papi ya te esa por dar de comer— le digo perdiéndome en su mirada que ya ahora descubrimos que es verde al igual que su madre, y ella

