Hay mil teorías rondando por mi mente mientras entro a la habitación y la veo sentada en el sofá que tenemos allí abrazándose a sus piernas y llorando tal y como el día que la conocí en el entierro de sus padres —mi vida…— digo bajito acercándome a ella con cautela. Ella levanta su mirada completamente invadida por las lágrimas y verla así me parte el corazón —amor…— es lo único que me dice mientras que extiende sus brazos como pidiéndome que vaya junto a ella y así lo hago. Me siento a su lado en el sofá y ella me abraza con todas sus fuerzas como si su vida dependiera de esto —¿Qué fue lo que paso? ¿encontraste lo que te dejo tu padre? — indago. —Si… tenías razón, estaba en uno de los jarrones— responde entre lágrimas. —¿Y qué era lo que te dejo? Claro, si me quieres contar— cuestion

