—No lo olvides, no se lo des a nadie, Cad, quiero que te lo quedes tu. —Es la voz de Lenna, estoy segura de ello, pero suena como un susurro, como si estuviese muy, muy lejos de mi. Intenté moverme pero era algo imposible. —Gracias, amiga... No me olvides, por favor. —Añadió después de permanecer unos minutos en silencio. —¡Lenna! ¡Lenna espera! ¡No te vayas! Tengo que salvarte... —de la nada alguien sacudió con mi brazo, pero más que una sacudida, me pareció un pésimo intento de hacerme cosquillas. Negué bruscamente con la cabeza y con la mano libre le di una fuerte palmada a la mano que me sostenía del antebrazo izquierdo. —Hey despierta, peliazul. Vamos, solo es una pesadilla. —Abrí de manera inmediata los ojos y confundida observé mi alrededor. Mi respiración era agitada, pero el s

