~ El futuro, espera brillar en algún lugar. No tengas miedo, de lo que pueda llegar a pasar. Aunque la oscuridad se apodere de tus recuerdos y de tu corazón, siempre puedes luchar. No dejes que te controle el veneno, tienes que librarte de él. Tienes que volar como un ángel. ~
Todo mi alrededor está oscuro. Siento como un viento frío sopla durante unos instantes y como un escalofrío recorre mi cuerpo. Intento moverme, pero no puedo. Poco tiempo después me doy cuenta de que estoy atada o quizás esposada.
Un nudo se forma en mi garganta, pero me obligo a mi misma a mantener la calma, ya que de nada serviría alterarme. Pasan unos segundos y lo que me quita la movibilidad desaparece. Hasta ahora no me había dado cuenta de que estaba 'flotando' en el aire, cuando toqué el suelo con mis pies pude sentir que este se estaba llenando de agua. Con mis ojos inicié una busqueda, pero era inútil, ya que todo seguía oscuro y no tenía muy claro a donde se suponía que debía ir.
Me limité a retroceder algunos pasos, pero al hacerlo, sentí como una roca me terminó frenando. El agua siguió subiendo de velozmente, llegando ahora hasta mis tobillos, más tarde hasta mis rodillas, mi cintura, el pecho y el cuello. Cuando tan solo unos centímetros separaban al agua de mi nariz.
—Abre los ojos.— murmuró una voz femenina agradable. —No dejes que las aguas se apoderen de ti.— siguió hablando. No le di mucha importancia, me obligué a dejar de pensar en el agua durante unos segundos. Esta, acabó desapareciendo, dejándome en paz.
Bruscamente abrí los ojos, ya no se encontraba todo tan oscuro como antes. Ahora me hallaba en un lugar más calmado. Entre mis dedos sentí el arena, estaba en una playa. Las estrellas iluminaban el cielo y la luna plateada se escondía entre las nubes. Las olas chocaban con la costa y una suave brisa marina soplaba.
Me levanté del suelo y con mis mirada analice mi alrededor. No estaba segura de ello, pero algo en mi me decía que me encontraba en una isla. Hice unos pasos hacia el agua, pero antes de que pudiese llegar a tocarla con mis pies, alguien me tomó de la muñeca, obligándome a parar. Asustada y al mismo tiempo sorprendida me di la vuelta hacia la persona que lo hizo, encontrándome con alguien que escondía su rostro bajo una capucha.
Llevaba una túnica blanca que llegaba hasta sus tobillos, cubriendo todo su cuerpo. Por la silueta que tenía, supuse que podría tratarse de la mujer que me habló antes... ¿Pero por qué se escondía? Tragué saliva y me acabé dando la vuelta hacia ella por completo.
—Podría ser peligroso.— rompió el silencio que reinó durante unos segundos entre nosotros. A unos metros de nosotros habían dos o quizás tres cabañas que tenían una pinta pobre, pero al mismo tiempo acogedora. Las palmeras a veces se me movían de tal forma que parecían que iban a caer, pero solo eran imaginaciones mías.
—Peligroso... ¿Entrar en el agua?— pregunté de manera incrédula. La mujer encapuchada asintió con la cabeza y terminó soltándome. —¿Quién eres?— seguí preguntando mientras que me alejé del agua.
—Es muy temprano para decírtelo.— murmuró de tal forma que casi ni la había entendido. —Has crecido mucho.— aňadió con la voz más decidida, dejándome sorprendida con sus palabras.
—He... ¿Crecido mucho?— cuestioné de manera tonta.
¿Acaso ella me conocía de algo?
La mujer volvió a asentir, mientras que entrelazó sus dedos.
—Dudo de que me recuerdes.— suspiró algo entristecida, pero terminó negando con la cabeza y dándome la espalda.
—Sinceramente, no recuerdo a nadie, así que no te sientas mal.— intenté no sonar muy molesta, ya que por alguna extraňa razón me daba pena que estuviese triste. Con tres pasos me acerqué a ella, eliminando la distancia que nos separaba, dejando entre nosotras solamente unos cetímetros.
—Lo sé, pero a mi no me recuerdas porque eras muy pequeňa cuando nos vimos por última vez.— intentó calmar su voz, pero falló en ello. —La cabecita de ahora no da para recordarlo.— aňadió y dio unos tosidos forzados.
—¿Me conocías cuando era pequeňa? Eso significa que conociste a mis padres.— deduje y la miré fijamente, mientras que ella bajó la cabeza.
—Sí, los conocí.— susurró con la voz temblorosa. —Tienes que confiar en Jasper, él sabe lo que hace y aunque te parezca que intenta hacerte daňo, no es así... Solo quiere protegerte.— aňadió dejándome confundida con sus palabras.
¿Quién demonios es Jasper?
Arqueé una de mis cejas, aparté un mechón de mis ojos y deslicé mi mirada hacia el suelo. Seguidamente negué con la cabeza y volví a crear algo de distancia entre nosotras. La curiosidad en mi interior aumentaba velozmente. Quería saber quien era ella, quería saber quien era Jasper y lo que más quería... Era saber como eran mis padres... ¿Biológicos?
—No sé que debo hacer. Estoy perdida y no tengo ni idea en quien puedo confiar. No conozco a ningún Jasper y el único amigo que sabe algo de mi es Simon.— respondí al salir de mis pensamientos. La mujer dejó escapar un suspiro y con pequeňos pasos se acercó a la costa.
—Simon es buen chico y muy buen amigo. Gracias a sus habilidades con los ordenadores, logró encontrarte e intentar ayudarte a salir del juego.— confirmó con la voz más calmada. —Es el adecuado, dale su confianza, aunque le veas como un desconocido.— rió cortamente y se dio la vuelta hacia mi.
—¿Cómo puedes saberlo? ¿También le conociste?— cuestioné y me acerqué a ella.
—Os he estado observando a los dos. Él sería incapaz de hacerte sufrir.— respondió de manera sencilla.
—No sé si debería alegrarme o no.— murmuré nerviosa y dejé escapar un suspiro.
—Depende.— reaccionó con diversión ante mi comentario.
—¿Depende de qué?— exigí saber y sentí como los latidos de mi corazón aumentaron.
—Por hoy ya fue suficiente, seguiremos hablando cuando me dejes entrar en tus sueňos.— me paró y hizo un gesto con su mano derecha. —Recuerda, nunca estás, ni estarás sola.— aňadió con dulzura.
—Por favor, espera.— di unos pasos violentos hacia ella, pero antes de poder hacer algo, la mujer encapuchada desapareció.
El suelo de la nada empezó a temblar, en medio del mar apareció un agujero n***o, que comenzó a tragarse el agua. Mis ojos se abrieron de par en par, empecé a retroceder sin poder apartar la mirada del agujero. De forma torpe tropecé y me caí en el suelo. Intenté levantarme, pero antes de lograrlo todo se volvió oscuro. El aire pasó de ser agradable a ser pesado. Por mucho que qusiese cogerlo, era algo imposible en esos momentos.
*****
De manera brusca y algo sobresaltada abrí los ojos. Nerviosa observé mi alrededor, dándome cuenta de que sin querer había despertado a Simon, quien como yo, se había quedado dormido en el sofa mientras veíamos la televisión. En estaban dando las noticias de las seis y media de la maňana.
—Lo siento.— susurré con culpabilidad. —No quería despertarte. La verdad es que no recordaba que no habíamos quedado dormidos aquí.— aňadí, mientras que Simon iba incorporándose. Parpadeó unas cuantas veces seguidas con los ojos y luego dejó escapar un bostezo.
—Tranquila, solo son las seis de la madrugada. ¿Tuviste una pesadilla? Casi me rompiste la costilla al apoyarte con tanta fuerza en mi antes de despertar.— recorrió con su mano sus cabellos rojizos y me miró directamente a los ojos.
—¿Cómo me encontraste? Quiero decir, JT me tenía encerrada en su mansión, ¿cómo sabías tu dónde estaba?— pregunté, dejándole soprendido. No me separé de él, seguíamos estando divididos solo por centímetros. Al ver que no estaba seguro de que responderme, me recosté sobre su pecho y le observé con algo de afecto. —¿Me tienes miedo? No muerdo, a no ser que quieres que te muerda.., En esos caso si muerdo.— seguí hablando, con la intención de darle ánimos para que me respondiese. Simon negó con cierta diversión con la cabeza y en pocos segundos cogió el valor suficiente como para responderme.
—No fue algo fácil, ya que perdí rápido el contacto contigo... Pero se me acabó ocurriendo rastrear la última seňal de tu móvil. Llegué al parque que no está muy lejos de aquí y me fijé en que habían cámaras en alguno de los postes... Así que me colé en los video-archivos de las cámaras y vi como JT hizo que te subieses a un coche.— se paró para coger aire y se mordió el labio nervioso. —Después de verlo, empecé a buscar como un loco el coche, hasta encontrarlo. Contacté con el chico emo, insistí y él al final acabó aceptando mis propuestas... Y luego nos encontramos antes de desactivar aquel chisme.— terminó resumiendo el final de la historia. Asentí con la cabeza sorprendida de que hiciese todo eso para encontrarme, aunque lo que se quedó con toda mi mente fue lo que dijo la chica encapuchado de mis sueňos: "Gracias a sus habilidades con los ordenadores, logró encontrarte e intentar ayudarte a salir del juego. "
Dejé de estar recostada en su pecho y volví a sentarme en el sofá. Me quedé mirando durante unos cortos segundos a la rubia que nos contaba la siguiente noticia y seguidamente me puse en pie.
—Deberíamos desayunar.— murmuré, la verdad, es que me moría de hambre. Simon se pusó de pie e hizo unos pasos hacia mi, disminuyendo con ello la distancia que nos separaba.
—No hay beso de buenos días.— bromeó y apartó la mirada de mi, mostrándome su parte tímida.
—Mmm... Me lo pensaré y cuando lo sepa, pues, te lo digo.— le saqué la lengua maleducadamente y con pasos veloces me dirigí a la cocina. Oí como Simon soltó una sonora carcajada. El pelirrojo llegó unos segundos más tarde a la cocina, podía sentir su mirada en mi. No era algo desagradable, pero me ponía nerviosa.
—En esto no cambiaste.— me miraba con una sonrisa divertida. Quise decir algo al respecto, pero antes de ello, sonó el timbre. Mis ojos se abrieron de par en par, dejé de hacer lo que estaba haciendo y le dediqué una mirada confundida a Simon, quien se había queddo de piedra.
—¿Invitaste a alguien?— arqueé una de mis cejas con curiosidad e incliné la cabeza a un lado. Simon levantó ambas manos y negó con la cabeza.
—¿Esta es tu casa, para qué iba a invitar a alguien?— cuestionó con un tono divertido y serio al mismo tiempo.
—Ah, cierto, que es mi piso.— murmuré y sin decir nada más, me dirigí hacia la puerta. Sin preguntar quien era, abrí encontrándome con el careto de JT. Dejé escapar un suspiro y quise cerrar la puerta, pero desgraciadamente JT se puso en medio y se abrió paso, hasta acabar dentro de la casa.
—¿Quién era?— preguntó Simon.
—Adivina, tienes tres intentos.— gruňí y oí como no pudo con su curiosidad y vino a ver quien era. Sus ojos se pusieron como platos, cerró ambas manos, formando con ellas puňos y se acercó con violencia a JT.
—¿Se puede saber que más quieres?! No puedes dejarla tranquila!— levantó la voz cuando estaba tan solo a unos centímetros de él.
—Cálmate fiera pelirroja, al fin y al cabo, he venido a hablar con ella, no contigo.— se metió ambas manos en los pantalones y apartó la mirada de Simon, dedicándome a mi toda su atención.
—Serás...— gruňó Simon y quiso dar un paso más, pero le acabé parando.
—Tranquilizate, te prometo que no va a pasar nada.— le pedí y le cogí de la mano derecha. —¿Qué es lo que quieres?— pregunté esta vez dirigéndome a JT, este se limitó a sonreír durante los primeros segundos. Luego su estúpida sonrisa despareció y su rostro se llenó de seriedad.
—Vine a hacer una especie de acuerdo contigo.— prosiguió después de quedarse en silencio.
—¿Acuerdo?— le miré extraňada, esperando a que me diese más información sobre su plan.
—Eso es... Un acuerdo en el que ambos salimos ganando. Tu cumples lo que yo te pido y a cambio te doy información... Pero no cualquier tipo de información, sino información sobre algo que podría o debería ser muy importante para ti.— asintió con la cabeza y clavó su mirada en la mía, parándome por unos instantes el corazón. Mi respiración se aceleró y un nudo se formó en mi garganta.
—¿Qué clase de información podría interesarme de ti? ¿Quieres contarme otro de tus planes para destrozarme la vida?— le fulminé con la mirada y sentí como Simon me apretó la mano para que me calmase.
—Información sobre tu madre.— respondió a la primera pregunta, provocando con ello que mi cuerpo se tensase.