Octubre acabó en un parpadear de ojos y la noche de Halloween se pasó tan rápido que Charlie apenas lo sintió. Fueron solo un par de horas en los que pasó llevando a su hermanita pequeña a pedir dulces en el vecindario más cercano y luego reunirse con sus amigos.
El cumpleaños de Sean llegó dos semanas y media después de que Brenda y Charlie entregaran su trabajo de historia con la más increíble maqueta del curso. No hace falta decir que obtuvieron la mejor nota de toda la clase.
Blair aun no le había dicho oficialmente a ninguno de sus amigos (que Charlie supiera), acerca de su relación, pero Charlie la había visto de vez en cuando con Zoe en los pasillos de la escuela o en la cafetería donde solía ir a menudo con sus amigos o Brenda. No es como si lo estuviera ocultando tampoco, sin embargo, podía ver la mirada derrotada en Tyler cuando Blair estaba cerca y tenía esa sonrisa radiante.
Nunca supo que decirle a su amigo, así que solo le dio un apretón en el hombro y una sonrisa con la esperanza de levantarle el ánimo.
Sean se pasó todo el mes previo a su cumpleaños vociferando a los cuatro vientos acerca del, según sus palabras, próximo evento más inolvidable de la historia. Después de escucharlo referirse a que su fiesta sería más grandiosa que “Proyecto X” Charlie estaba preocupado de que su mejor amigo terminaría destruyendo su propia casa y los alrededores.
-¿Qué tan salvaje crees que se ponga Sean? -preguntó Paul llevando una papa frita a su boca.
Charlie entrecerró los ojos y se encogió de hombros.
-Ni idea -respondió-, pero espero que realmente no tenga punto de comparación con Proyecto X.
-Ha visto esa película unas cien veces solo esta semana -dijo Stefan mirando con atención a Sean que hablaba animadamente con un grupo de chicas a unos metros de su mesa.
Jane y Blair aparecieron poco después con sus uniformes de porristas y se dejaron caer con pesadez en sus asientos. Charlie notó como Tyler se removía en su asiento.
-Parece que no han tenido una buena mañana -se burló Paul.
-Ni me digas -bufó Jane-. Ya quiero que sea sábado.
Blair asintió.
-No creo que resista el entrenamiento de hoy -murmuró.
-¿Y que las tiene tan agobiadas? -preguntó Tyler.
Jane levantó la cabeza y sopló el mechón que le cubrió los ojos.
-Blair está con la menstruación y siempre ha sido muy quejumbrosa -dijo y Blair le gruñó-. Y yo tuve que pasarme toda la noche estudiando para la lección de química y aun así creo que salí terriblemente mal.
Blair sacudió la cabeza.
-No quiero ir al entrenamiento -chilló.
Charlie hizo una mueca.
-Pues no lo hagas -dijo Jane-, no es como si lo necesitaras, eres una de las mejores y de las favoritas de Brenda y la entrenadora.
-Ya, pero no puedo simplemente faltar.
Jane frunció el ceño mirando alrededor.
-¿Y dónde está Zoe?
Blair suspiró y sus hombros se hundieron.
-Su entrenador la llamó -dijo con un extraño tono de voz que Charlie nunca le había escuchado-. Está esta carrera y Zoe es su mejor corredora así que la tiene entrenando en cada segundo libre que tiene.
Charlie silbó.
-Ella es muy veloz -murmuró y Blair le sonrió.
-Ni que lo digas -respondió-. Cuando corremos juntas siempre me deja ganar, pero una vez le pedí que no lo hiciera y créeme que me dejó comiendo polvo.
Blair volvió a chillar y recostó la cabeza en la mesa suspirando audiblemente.
Tyler se inclinó, como si fuera a decir algo, pero un chico apareció junto a Blair y le tocó el hombro. La chica levantó la cabeza y pareció reconocerlo porque le lanzó una sonrisa.
-Hola Matt.
-Oye, Blair -respondió y extendió una bolsa de papel que se veía muy elegante y una botella de agua-. Zoe me pidió que te entregara esto porque el entrenador la retendrá por más tiempo y no podrá verte hasta más tarde -Blair asintió y aceptó la bolsa-. Me dijo que era tu kit especial.
Blair sonrió tiernamente.
-Gracias, Matt.
El chico asintió y se despidió.
-¿Kit especial? -preguntó Charlie.
-Es un kit de menstruación -respondió la porrista-. Zoe me lleva preparando estos kits desde hace un tiempo. Tiene pastillas para cólicos, tampones extras, toallitas húmedas, cosas esenciales, pero ella también coloca mis dulces favoritos -dijo y les mostró una tableta de Kit Kat.
-Ella es tan dulce -murmuró Jane y le lanzó una mirada a su novio-. Deberías tomar nota, cariño.
Stefan tragó su bocado de hamburguesa y asintió.
-Ella parece ser genial -murmuró Tyler.
Charlie lo vio juguetear nerviosamente con sus manos debajo de la mesa.
Blair lo miró y asintió con una suave sonrisa.
-Ella lo es.
Tyler asintió.
-Me alegra -dijo y sonó sincero.
Blair lo miró por unos segundos más y luego regresó su mirada a la bolsa. Charlie puso la mano sobre el hombro de su amigo y le dio un apretón reconfortante.
-¿Estás bien, grandote? -le preguntó en medio de un susurro.
-Si -asintió en respuesta-. Me alegra que este feliz.
Sara apareció y se abrió un hueco junto a Paul para poder sentarse a su lado. Miró brevemente la bolsa de Blair y sonrió.
-¿Es un kit?
-Si.
-Zoe es muy atenta, ¿eh?
Charlie frunció el ceño.
-¿Qué? ¿ya no es un secreto?
Blair también frunció el ceño.
-¿Qué cosa?
-¿Tu relación?
Blair soltó una risita.
-Nunca fue un secreto -respondió y miró brevemente a Tyler- … yo solo ….
Charlie comprendió y Tyler a su lado negó.
-Está bien, lo prometo -dijo él-. La verdad es que me gustaría conocerla mejor.
-A todos -dijo Charlie.
-¿Quieres estar del lado bueno de la hermana de Brenda, Charlie? -bromeó Jane.
Charlie puso los ojos en blanco.
-¿Por qué siempre creen que todo tiene que ver con ella?
-Porque siempre todo tiene que ver con ella -respondió la porrista.
Sara soltó una suave carcajada.
-Tengo entendido que Zoe también practica boxeo.
-Oh, si -asintió Blair-. Y es muy buena.
-No me pelearé con ella -dijo Charlie.
-No, hermanito -dijo Sara-. Te lo digo para que vayas con cuidado.
-Zoe le hace muchas bromas a Brenda, pero es muy protectora con ella así que será mejor que te pongas de su lado bueno -dijo Blair.
-Gracias por el dato -respondió Charlie-, aunque es innecesario.
Sean se acercó y se sentó en el espacio disponible.
-Hola, ¿de qué hablamos?
-De Brenda -dijo Blair con una sonrisa divertida mirando a Charlie.
Charlie puso los ojos en blanco.
-En realidad hablábamos de Zoe.
-Zoe -asintió Sean y miró a Blair-. Ella está buena, bien hecho Blair.
La porrista le sonrió.
-Gracias.
-¿La llevarás a la fiesta, verdad?
-Por supuesto.
-Genial -dijo Sean y luego miró al resto de sus amigos- ¿Todos listos para la más inolvidable fiesta de cumpleaños que haya existido después de Proyecto X?
-Por favor, no hagas volar tu propia casa -dijo Charlie-. Tu padre te mataría.
-Tu tranqui y yo nervioso -respondió Sean. De repente se levantó del asiento y se subió a la mesa llamando la atención de todos-. Solo quería hacerles el recordatorio de que este sábado es mi fiesta de cumpleaños y todos están invitados -luego miró a la mesa donde estaba Sofía y sus dos acompañantes-. Excepto ustedes tres -desplazó su mirada hacia Jacob y sus amigos-, y obviamente ustedes.
Cuando Sean se bajó, siendo alabado por todos sus compañeros, Charlie suspiró.
-Eso no me tranquiliza -murmuró.
*
Antes de las nueve de la noche de ese sábado, la casa de Sean estaba a rebosar de invitados. Charlie suspiró, sintiéndose nervioso y estresado por lo que podría pasar. Había visto “Proyecto X” una sola vez, pero sabía que al personaje principal no le iba nada bien al final de la película.
-¿Por qué la cara larga, Charlie? -preguntó Paul con voz burlona.
Charlie puso los ojos en blanco.
-Estoy preocupado por Sean -respondió.
Ahora fue el turno de Paul de poner los ojos en blanco.
-No pasará nada malo -dijo-. Mejor relájate y bébete una cerveza.
-Estoy conduciendo, amigo.
-No he dicho que te embriaguez, solo que te tomes una cerveza y te relajes -respondió Paul-. De preferencia en la piscina, donde vi que estaba Brenda con sus amigas.
-Todos ustedes son tan molestos.
-Vamos Charles -dijo Paul con una sonrisa divertida y le extendió una lata de cerveza-. Vamos a hacerte un tipo sociable con las chicas.
Salieron al patio trasero donde había mucha más gente. Algunos estaban metidos en la piscina y otros solo bailaban alrededor. Charlie encontró a Sean rodeado de un par de chicas.
-¿Ves? -señaló Paul-. No hay nada de qué preocuparse.
Charlie suspiró y se dejó arrastrar hasta su grupo de amigos.
-¿Dónde estabas, hermanito? -preguntó Sara.
-Estaba siendo un aburrido -respondió Paul sentándose junto a la chica-. Pero lo he traído con nosotros para que disfrute un buen rato.
Blair le sonrió.
-Deberías disfrutar de la fiesta, Charlie, tú mismo has dicho que quieres tener una gran experiencia en nuestro último año.
-Ya, pero no me gustaría experimentar la prisión.
-Eres tan dramático -bufó Sara.
Jane le sonrió burlonamente.
-Blair tiene razón -dijo su mejor amiga-. Tal vez deberías acercarte a esa rubia que está por allá y no deja de mirarte.
Jane ni siquiera disimuló la manera en que miró en dirección de Brenda, algo que tampoco pareció afectar a la porrista porque cuando Charlie siguió la mirada de su mejor amiga, se encontró a Brenda mirando atentamente en su dirección con una suave sonrisa plasmada en su cara.
Charlie sintió como un escalofrío le recorría el cuerpo de pies a cabeza cuando se dio cuenta que Brenda se acercaba con sus amigas.
-Hola, chicos -saludó la porrista.
Todos le respondieron con suaves sonrisas y las cuatro chicas se acomodaron fácilmente en el grupo. Jane le dio un golpe en el brazo después de que estuvo un buen rato sin decir nada, y Charlie apartó la mirada con las mejillas sonrojadas vergonzosamente.
La charla no se detuvo con la llegada de las cuatro chicas. De hecho, todas parecieron acoplarse muy bien y sin problemas. Maya y Andrea tenían una facilidad para integrarse en una conversación y aportar con anécdotas propias. Lexa era un poco más reservada, pero de vez en cuando se le escapaba una fuerte carcajada y Brenda … bueno ella era del tipo agradable que encantaba a todos. Así que si, ellas se acoplaron fácilmente.
No fue hasta que Sean apareció con las mejillas sonrojadas de tanto bailar y varias marcas de labial en el cuello, que la conversación se detuvo y todos lo alabaron.
-Gracias, gracias -dijo el chico y se dejó caer junto a Charlie-. Espero que me hayan traído buenos regalos.
-Pensé que con nuestra presencia bastaría -bromeó Stefan.
Sean puso los ojos en blanco y los demás se rieron.
-¿Y tú chica, Blair? -preguntó Sean después de ver quienes estaban presentes.
Blair se sonrojó, pero tenía una gran sonrisa en el rostro.
-Ella tenía que trabajar, estará aquí pronto -respondió.
Charlie vio la forma en la que la sonrisa en el rostro de Tyler cayó, y chocó su hombro con el de su mejor amigo. Sean parpadeó confundido en su dirección, pero antes de que alguno de los dos pudiera decir algo, una nueva voz llamó su atención.
-Oye, idiota -Sean y Charlie se giraron para encontrarse a una chica detrás de ellos mirándolos con una sonrisa divertida-. Feliz cumpleaños.
Sean suspiró y miró al cielo.
-¿Por qué me haces esto? Creí que estaba siendo buen chico.
Charlie bufó una risa y la chica puso los ojos en blanco.
-No seas ridículo -refutó la chica.
-¿Pero tú qué haces aquí?
-Quería verte por tu cumpleaños -respondió-. Entonces papá me dijo que te dejarían la casa todo el fin de semana y solo supuse lo peor.
Sean miró a Charlie y luego a su hermana mayor.
-Ustedes dos siempre suponen lo peor de mí.
-Eso es porque te conocemos, hermanito -respondió la chica y se acercó-. Charlie siempre ha sido más sensato que tú.
Las mejillas de Charlie enrojecieron cuando la atención de la hermana de Sean se posó en él.
-Hola, Ava.
-Es un gusto volver a verte, Loyer.
Sean le gruñó.
-Ya deja de mirar así a mi mejor amigo.
Ava sonrió divertida.
-Siempre es genial ponerlo nervioso.
-No es divertido para mi -respondió Charlie.
-Lo que digas -respondió Ava y miró a los demás-. Okay, reconozco algunas caras -dijo mirando a Sara y Jane que le sonrieron.
-Es bueno verte -dijo Sara.
-¿Qué tal Los Angeles? -preguntó Jane.
Ava se encogió de hombros y se sentó junto a su hermano.
-Viviendo el sueño.
Sean puso los ojos en blanco.
-¿Qué me trajiste?
-Mi presencia debe bastarte.
-Pues no lo hace.
-Eres tan infantil.
Charlie puso los ojos en blanco y dejó que los hermanos siguieran peleando.
-¿Ellos siempre son así? -preguntó Maya.
Sara soltó una suave carcajada.
-Eso no es nada.
Charlie asintió.
-¿Ava siempre ha sido tan linda? -preguntó Tyler en un suave susurro que solo Charlie pareció escuchar.
-Eso supongo -dijo mirando a su amigo sonrojarse.
-¿Cambiamos de lugar?
Charlie soltó una suave risita, pero aceptó y terminó quedando frente a frente con Brenda. Charlie la observó con detenida atención y notó la forma en que su ceño se fruncía con aparente molestia. No fue hasta que Blair les hizo saber que Zoe había llegado que Brenda apaciguó el profundo surco entre sus cejas.
-Hola a todos -murmuró Zoe con algo de timidez mientras escondía sus manos en los bolsillos de su chaqueta.
Charlie sintió a Tyler a su lado tensarse, pero poco a poco se calmó. Sus ojos se movieron nuevamente a la chica que parecía ver con calculada atención la reacción de su amigo. Parecía alerta por la forma en que sus hombros se veían tan erguidos y Charlie podía jurar que estaba aguantando la respiración.
Tyler suspiró y le lanzó una sonrisa que denotaba sinceridad, y fue ahí cuando Charlie notó que todos habían estado esperando la reacción del chico. Zoe pareció relajarse y aceptó los saludos de los demás con un asentimiento y una sonrisa de labios apretados.
-Oyeeee -chilló Sean emocionado-. Finalmente, Blair se digna en presentarte. Bienvenida a mi fiesta.
-Gracias -respondió Zoe.
Sean se levantó y alzó las manos por encima de su cabeza.
-A celebrar -vociferó haciendo que todos los que estaban en el patio rugieran de emoción y la música se intensificó-. Ahora si me permiten, tengo que ir a bailar con un par de chicas.
-Trata de evitar convertir esta noche en tu propio Proyecto X -le dijo Ava.
-Oye, esa es la intención.
Charlie puso los ojos en blanco cuando lo vio marcharse y poco a poco sus amigos se fueron formando en parejas y se levantaron de sus lugares para bailar al ritmo de la música que resonaba con fuerza.
Tyler chocó sus hombros y señaló en la dirección en la que se iba Blair con Zoe.
-Esperé demasiado y alguien mejor llegó a su vida -murmuró el chico, luego miró hacía Brenda-. No deberías esperar tanto si realmente crees que la quieres.
Luego se dejó arrastrar por Ava hacia el grupo de personas bailando.
Poco a poco todos se fueron y los dejaron solos. Brenda se levantó y se acercó a él con una sonrisa.
-¿Bailas conmigo, Loyer?
-No sé bailar.
Brenda puso los ojos en blanco.
-No puedo creer que no sepas hacer algo.
-Pues no soy Mr. Perfecto -bromeó encogiéndose de hombros.
-Podrías haberme engañado -dijo divertida-. Vamos, Charlie -susurró y estiró sus manos para que él las tomara-. Prometo ser gentil -bromeó.
Ahora Charlie fue quien puso los ojos en blanco, pero terminó tomando las manos de la porrista.
-No digas que no te lo advertí cuando haya aplastado tus pies.
Brenda le sonrió y tiró de él.
-Creo que puedo soportarlo.
Pero Charlie no estaba seguro de que su corazón pudiera soportar.
Iba a ser una noche muy larga.