-¿Les conté alguna vez como me enamoré de Charlie Loyer? -cuestionó Brenda a sus amigas mientras revisaba como le quedaba el atuendo antes de salir del vestidor.
Andrea la miró con ojos grandes y redondos.
-Woow, te ves genial.
-Diría que es el indicado -asintió Lexa.
-Definitivamente hará que Loyer se te lance encima -bromeó Maya.
Brenda suspiró.
-Eso estaría bien para empezar -dijo mirándose al espejo.
Maya se dejó caer sobre el cómodo sillón de la tienda, con su vestido aun puesto.
-Entonces ¿Cómo te enamoraste de Charlie? -preguntó.
Brenda se giró y alisó los pliegues de su vestido.
-¿Recuerdan lo que les conté que me sucedió en décimo grado?
Andrea frunció el ceño.
-¿La ves que te perdiste tratando de volver a casa?
Brenda asintió.
-Yo tenía cerca de un año de haberme mudado, pero aun confundía algunas calles -dijo jugando con la etiqueta-. Me confundí de parada y fui más lejos de lo que debía, así que tuve que bajarme para poder tomar el autobús de regreso, pero ya era muy tarde y había oscurecido.
Brenda vio como todas sus amigas la miraba con total atención.
-¿Qué pasó? -preguntó Lexa.
-Un grupo de chicos empezó a mirarme -suspiró-, y el autobús no venía así que empecé a caminar. No había autos alrededor y me estaba asustando porque esos chicos empezaron a seguirme.
-Bren…
-Tenía mucho miedo y me estaba resignando a que estos tipos me atraparían, pero entonces apareció este auto cuando me eché a correr y era Charlie -contó-. Me reconoció, supongo, y se detuvo. Él me salvó -suspiró-, bajó de su auto sosteniendo un bate de beisbol y me hizo subir mientras se aseguraba que ninguno de esos tipos se nos acercara. Fue tan … -se quedó sin palabras, en su lugar negó y agachó la mirada, jugueteando con el dobladillo de su vestido- no sé. Solo sé que algo se revolvió dentro de mí y desde entonces no podía evitar mirarlo. Quiero decir -se muerde el labio inferior-, por supuesto que lo había notado. Él es tan atractivo y tiene esta dulzura que es tan suya, pero no me había detenido a pensar tanto en él hasta que sucedió eso.
-¿Y por qué perdiste tanto tiempo con Jacob?
Brenda suspiró y se encogió de hombros.
-Supongo que no entendí lo que me sucedía con Charlie hasta después de esa noche -respondió-. Y no quería confundirlo con agradecimiento.
-Ahora que has aclarado tus sentimientos quieres ir tras el antes de arruinar tu ultimo año junto a Jacob -cuestionó Lexa.
-Exacto -asintió Brenda.
-Creo que es la mejor decisión que has tomado -dijo Andrea.
-Aparte de ese vestido, porque te prometo que Loyer no podrá fingir mirar para otro lado si llevas eso puesto.
Brenda puso los ojos en blanco.
-Supongo que esa es la señal para llevármelo.
-Por supuesto, mujer.
*
Charlie se ajustó la chaqueta del traje y acomodó su corbatín a su cuello. Aun no se podía creer que estaba metido en esa ropa, preparándose para asistir al baile de bienvenida, pero ahí estaba.
Se escuchó dos toques en su puerta antes de que se abriera. Sara entró y lo miró de pies a cabeza.
-Woow -dijo-. Te ves como un rompecorazones.
Charlie puso los ojos en blanco y le echó un vistazo a su hermana a través del espejo.
-Tú te ves hermosa -dijo Charlie-. Tendré que estar atento a las manos de Paul esta noche.
Sara puso los ojos en blanco, sin embargo, un claro sonrojo nació en sus mejillas.
-Bueno ¿Ya estás listo?
Charlie asintió.
-Si, si -dijo-. Vámonos.
Bajaron las escaleras y vieron a Paul de pie cerca de la puerta de entrada, junto a sus padres y los gemelos. Una sonrisa divertida tiró de la comisura de los labios de Charlie cuando vio la forma en que los ojos de Paul parecían salirse de sus orbitas al ver a Sara.
-Lean, Henry, creo que ustedes también irán al baile -advirtió su padre con fingida voz severa.
Paul carraspeó y se enderezó. Sus ojos se movieron hacia una pintura en la pared como si fuera la cosa más interesante.
-No será necesario, papá -dijo Charlie terminando de bajar los últimos escalones-. Lo tengo controlado.
Sara pasó a su lado, tropezando con su hombro, y se abrazó a Paul. Su madre aplaudió emocionada y se llevó el visor de la cámara a los ojos.
-Vamos a tomar las fotos ahora.
Les tomó unos quince minutos tomar todas las fotos que su madre exigió, y, cuando por fin los dejó libres, Charlie se ajustó la chaqueta y recogió las llaves de su auto.
-Diviértanse chicos -dijo su madre cuando salieron de la casa-. No vuelvan tan tarde.
-Y tengan mucho cuidado -advirtió su padre.
-Si, Paul corearon los gemelos con su tono bromista-, ten mucho cuidado.
-Eso no es gracioso, chicos -les gruñó su padre.
Charlie puso los ojos en blanco y se despidió.
*
-¿Pero que ven mis ojos? -la voz de Jane se escuchó como un murmuro debido a la música fuerte-. Charlie Loyer en traje, que me parta un rayo, te ves sexy.
Blair asintió de acuerdo después de darle una repasada.
-Eres la atracción de la noche.
-Eso es porque aun no me han visto a mi -dijo Sean, apareciendo detrás de las porristas.
Jane y Blair dieron la vuelta y le echaron una rápida mirada, para después hacer una mueca.
-¿Qué rayos llevas puesto?
Charlie escondió su sonrisa divertida detrás de su vaso de ponche mientras esperaba la defensa de Sean acerca de su nuevo atuendo.
-Pareces salido de un tiroteo -dijo Blair.
-Esto es la moda, chicas -respondió Sean.
-Si, por supuesto -bufó Jane- ¿Quién en su sano juicio viste un traje blanco con manchas rojas? Acabas de asesinar a alguien.
Sean frunció el ceño pensativo.
-Seria un buen traje para encubrir una asesinato -murmuró.
Charlie puso los ojos en blanco y le dio una palmada en el hombro.
-Está bien, hombre, no pienses mucho -bromeó-. Al menos no viniste con el traje de pandas, ese parecía pijama.
-¿Traje de pandas? -cuestionó Blair.
Charlie asintió.
-Un traje color turquesa con figuras de panda -respondió-. Sean se tomó como reto encontrar los trajes más extraños que hayan existido, y modelarlos.
-Oye -exclamó ofendido-. Son buenos trajes.
Charlie se encogió de hombros.
-Si tú lo dices.
Se dirigieron a la mesa donde Sara y Paul ya estaban sentados junto a Stefan y Tyler. Todos miraron a Sean con ceños fruncidos y sonrisas divertidas.
-¿Acaso ya es Halloween? -preguntó Tyler.
Sean puso los ojos en blanco y se dejó caer en su asiento.
-Ninguno de ustedes tiene sentido de la moda -gruñó.
Charlie soltó una suave risita y se sentó junto a su amigo.
-Al menos esta vez dejó la pedrería.
-Ja. Ja -murmuró Sean-, que gracioso.
*
La mirada de Charlie se desplazó a través del mar de estudiantes vestidos en sus mejores trajes para la noche mientras se divertían en la pista de baile. Encontró a Sara bailando junto a Jane y Blair, mientras los chicos custodiaban a la distancia.
-Oh, Charlie, mira quien llegó -la voz de Sean tenía ese tono molesto que solo podía significar una cosa para Charlie-. Tu chica está aquí.
La respiración de Charlie se atascó. Había estado buscando la cabellera rubia desde el primer segundo en el que atravesó las puertas del salón, pero no había tenido suerte. Ahora, sin embargo, pudo ver a Brenda Hastings en todo su esplendor luciendo como la chica más hermosa de la noche.
-Cuidado la baba, amigo -bromeó Tyler.
-Si, hay muchas personas moviéndose alrededor -acotó Stefan divertido-, no querrás que haya un accidente.
Charlie puso los ojos en blanco y volvió su mirada hacia al frente, donde vio que su hermana y sus amigas habían empezado a hablar entre ellas.
-Bueno amigos -suspiró Sean levantándose de su lugar y ajustando la chaqueta de su traje-, si me disculpan, iré a conquistar a alguna señorita que quiera tener el placer de ser mi acompañante esta noche.
-No creo que nadie quiera estar cerca de ti con ese disfraz.
Sean puso los ojos en blanco.
-Solo observa, pequeño saltamontes -respondió y se marchó.
Tyler se recostó contra el respaldar de la silla y siguió con la mirada a Sean, quien no tardó en conseguir una compañera para la noche.
-No sé cómo lo hace.
Stefan bufó y Paul negó.
-Yo tampoco lo entiendo.
Charlie se levantó de su asiento.
-Mejor vayamos con las chicas -dijo-. Aún nos queda toda la noche por delante.