Capitulo 1. El principio del final

957 Words
EPÍLOGO. La lluvia caia sobre los cientos de cuerpos tendidos en la tierra húmeda, el aire llevaba consigo un aroma a nostalgia ... -No!! - grito Sori mientras se lanzó a tomar su cuerpo que estaba cayendo de los aires y abrazarlo con fuerza contra su pecho la sangre de Edrielle salía de su vientre lastimado, la herida estába demasiado grande y profunda ya no había manera de sanarla, ni siquiera la magia de Sori podría salvarla de las garras de la muerte... - no te vayas, no te vayas...por favor quédate aun conmigo- Edrielle le regaló la última sonrisa que podía darle, su corazón latía cada vez menos, Sori podía sentirlo - quédate una vez mas a mi lado- Edrielle perdió el brillo de sus ojos su pecho dejo de respirar Sori busco con la mirada a Zaiya quien desde lo lejos solo lo miraba con un pesar en su mirada ella sabía que este momento era inminente y que esto pasaría tarde o temprano y que aunque Sori se lo rogara y lo implora ella ya no podía hacer nada... *** Era una noche helada dónde el frío espeso avisaba que el invierno ya estaba a la puerta, de repente la torre vigía hacen sonar el cuerno, todos los soldados salieron con las armas en posición de defensa y aún adormilados. - Toque de guerra, todos a sus lugares- dio la orden el rey Zhedrick mientras se dirigía al recinto de su pequeña hija- Edrielle no salgas de tus aposentos, tu único deber es contínuar con mi legado.- la miro firmemente a los ojos para que su hija obedeciera su orden ya que sabía lo obstinada que era ella. -Pero... padre..- musitó la pequeña princesa sabiendo que si padre faltaba el pueblo se levantaría en armas contra ella, le arrancarían la vida. -He dado una orden y lo menos que puedo esperar es que por primera vez hagas caso, quédate en el palacio y no salgas- le dijo su padre nuevamente mirándola de una manera desafiante mientras cruzaba la puerta y se dirigía a recibir la visita inesperada. Todos seguían con las armas listas para atacar pero al abrirse las puertas de la fortaleza se alcanzó a divisar a lo lejos a un solo hombre con apariencia muy extraña había algo inusual en ese hombre, sus cabellos eran color plata y llevaba una capucha que impida ver su rostro. -Asi recibes un viejo amigo Zhedrick- pregunto Sori con un tono de voz indiferente. -No me invitarás a pasar? no me invitarás aunque sea un trago?- pregunto nuevamente esa misteriosa voz. -Todos, bajén las armas!- el rey dió la orden a sus soldados presentes todos obedecieron a una sola voz. Los sirvientes abrieron las enormes puertas de madera del palacio que tenían el símbolo representante de la familia real y condujeron a los hombres a la salon principal, una vez ahí los sirvientes ofrecieron todo tipo de bebidas. -El té está bien- respondió cortésmente el hombre. - Ha que has vendido?- pregunto el rey con voz temerosa. -Sabes a lo que he venido, bien sabes por qué estoy aquí- contesto Sori con voz firme. se escucho al rey tragar saliva -he venido a cobrar mi deuda- el silencio invadió la salon y se miraron fijamente a los ojos el rey se quedó helado. -Me diras que no hay nada de valor que no me puedas ofrecer? - pregunto insistente Sori. - No he dicho eso, tengo tierras al este del país, son tuyas- contesto con voz temblorosa el rey zhedrick. -No me interesa tengo más de las que puedo conseguir, de verdad no hay algo de más valor que puedas ofrendar- seguia insistiendo aquel hombre. -Mi señor, es lo único que tengo...- hizo una pausa por un momento- ya sé!- exclamó - te entregaré mi corona- Se dibujo media sonrisa de aquel hombre. -Hay una doncella que continuará con tu legado, no es así?- -No es así mi señor, mis esposa murió hace ya varios años y como bien sabe nunca puedo concebir- contesto el rey tembloroso. -De acuerdo, entonces habrá una guerra-sin decir más el hombre se levantó de la silla y a antes de llegar a la puerta escucha gritar a la sirvienta que le sirvió el té. -Si hay una mujer su majestad! - le dijo mientras se mantenía en el suelo dando una reverencia e interponiendose en su camino. El rey quedó atónito ante sus palabras, no imagino cuánto era el odio que le tenían a la princesa, por qué se empeño en protegerla y ocultarla de el enemigo. -Calla!!- se escuchó el cristal de la copa de vino que sostenía en su mano chocar contra el suelo luego se escucho gritar al rey desde la punta de el comedor gigante. -aquello no es verdad - -Puedo ver el miedo en tus ojos y puedo leer tus mentiras, pero no volvere a insistir si has mentido fue tu decisión, espera a mis tropas mañana - le dijo Sori mientras avanzaba hacia la puerta. -Cuelguenla- ordeno el rey a su séquito de guardias que tenía a su lado una vez que el hombre haya abandonado el salón, dio la orden con un miedo notable en sus ojos. mas tarde el rey subió a los aposentos de la princesa edrielle. -Se aproxima una guerra que no podremos ganar, quiero que huyas del palacio en cuanto los rayos nacientes del sol salgan- le dió un beso en la frente a su hija y la abrazo fuerte. -Padre, yo...- titubeó la princesa. -No digas nada y huye sin que ningúno de los sirvientes sepan de tu paradero, hasta aquí a llegado la promesa que le hice a tu madre- el rey seco sus lágrimas y salió.
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