Emilio llegó al lugar donde la chica lo había citado, al principio le pareció un lugar normal, un restaurante como cualquier otro, solo el nombre llamó su atención, Dinner Dark, se podía leer en unas enormes letras doradas, Pamela había hecho reservación, así que en cuanto dijo su nombre lo pasaron inmediatamente a una sala, desde ahí las cosas se empezaban a poner extrañas, se dio cuenta que lo que había visto afuera, era tan solo una fachada. —Por aquí señor, permítame de favor, antes de entrar le colocaremos una venda, el lugar está completamente a oscuras, pero preferimos hacerlo. —Preferiría que no lo hiciera. —Es una política del establecimiento, si no permite que la coloquemos, no podrá entrar y su chica lo espera dentro, si llegará a quitarla de su rostro, deberá abandonar el es

