El apartamento estaba limpio, ella lo verificó un par de veces antes de sentarse delante del escritorio en el pequeño espacio que tenía destinado como estudio-biblioteca. El lugar siempre ha sido chico, pero Lorena pensó que para una sola persona, que trabaja todo el día y solo llega a casa a dormir, no era necesario más de dos habitaciones, con una sala comedor, mini cocina y un pequeño lugar de lavado, donde ocupa una lavadora y el tendedero minúsculo. Pero, ahora que estaba sentada, con una visual amplia del lugar, comenzó a divagar sobre la necesidad de mudarse. Se lo mencionaría a Julián, en algún momento debe hacerlo, pero no ahora, no ha ido a casa en dos días y lo más probable es que esté en situaciones difíciles. Por lo menos la tranquiliza con pequeños mensajes al móvil, donde co

