El vuelo terminó y ella calculo unas tres horas de viaje. Ni siquiera había amaneció por completo y el clima se percibía aún más caluroso de lo que vivieron en la ciudad de partida. Todos bajaron de la avioneta, quedando solo la pareja adentro, por qué conversaban. - Necesito llamar a casa. - Te conseguiré un teléfono. Espera un poco. - Él sonreía complacido. -No, no voy a esperar. Lo traes ahora o me devuelvo caminando a buscar a mi hija, Enzo. - Nena, ten calma. - Se divertía con la actitud de la joven. - Ya Rodrigo se fue a solucionar eso. No te vas a devolver a ningún lado. Ya estás conmigo y de aquí no te vas.- Los dos estaban de pie y Enzo la abrazó para besarla con pasión. Mientras acercaba a ella, su m*****o erecto. -¡Oye! - Chillo y él soltó una risa ruidosa. -¿Que
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