Julián esperaba en el lugar concretado con los hombres del Sur para el encuentro, después de salir de casa, de un, no muy dramático momento con Lorena. Ella había tenido tiempo para pensar acerca de lo que estaban viviendo y que, lo mejor sería no estar cerca de él, por su rechazo y para que ella viviera un embarazo armonioso, por mucho que le doliera dejar a su gran y único amor.
Sin embargo, ella no esperaba que Julián tomara la actitud amorosa y apacible. Eso desarmó por completo el discurso decidido y agresivo que ella planeo durante toda la tarde. Desde que llegó a casa, con su sonrisa amplia dibujada y con la actitud agradable como si algo muy bueno le hubiera pasado, ella entendió que no sería como lo planeo, que ni siquiera tendrá oportunidad de desahogarse por el muy, mal rato q
