Seremos dos (segunda parte)

466 Words
Julián se puso de rodilla ante los expectantes ojos de la joven, ella le miraba extrañada sin conectar aún las ideas de lo que sucedía, la escena se desarrollaba ante los vecinos que llegaban a curiosear el acontecimiento.  -Tú eres lo que siempre soñé y nunca imagine tener, no quiero pasar una noche más sin tenerte a mi lado, quiero que seas la mujer que acompañe mis días y la madre de mis amados hijos, quiero todo contigo mi muñeca, todo lo que la vida tenga para ofrecernos.  Para este momento, la realidad ya le había explicado lo que estaba pasando, ella solo pudo mirar hacia atrás, donde reposaban los pétalos, la cena y su propuesta de matrimonio.  -Sara Borges, ¿quisieras ser mi esposa? Ella sonrío divertida y asintió con la cabeza, comenzó a llorar y él se levantó de inmediato para acercarse a abrazarla. Los vecinos comenzaron a aplaudir mientras la pareja sellaba el compromiso con un beso. -Te digo que sí, pero tienes que cerrar los ojos.  Él joven obedeció extrañado mientras ella le guiaba por el salón hasta llegar al comedor, le dejo allí indicándole que esperará y regreso a la puerta para cerrarla ante los curiosos vecinos que aún permanecían allí.  -Lo siento. - se disculpó.  Caminó hasta él de nuevo y tomo la caja del reloj que compro para él, se arrodillo y le pidió que abriera los ojos.  - ¡Ya! Aún más expectante que ella, el rostro de Julián no salía del asombro, su novia decidió proponerle matrimonio justo el mismo día que él lo hizo, realmente esto no era mas que otra prueba del destino de que ellos merecían estar juntos, estaban destinados a estar juntos.  -Por supuesto que si mi muñeca, no tienes ni que pedirlo, aunque para serte sincero, la idea de que lo hayas pensado me hace mucha ilusión.  -Te confieso que tuve miedo de pensar que me rechazaras. -¿por qué haría yo eso? -Bueno no, es que Patricia me sembró la duda, puedes creer que comentó sobre, que pasaría si me rechazaras. Julián frunció el ceño, se tomó un momento y soltó una risa burlona mientras negaba con la cabeza. - ¿Qué sucede? -Patricia me ayudo a organizar todo Sara abrió los ojos un poco más de lo normal, como solía hacerlo cuando algo le sorprendía o cuando las ideas se conectaban en su cabeza.  -A mí también. - soltó la joven resignada Los dos rieron a carcajadas mientras disfrutaban de la velada encantadora que estaba destinada a darse, como cuando algo sucederá pase lo que pase. Sin embargo, aunque todo este alineado, algunas de las decisiones que tomemos pueden alterar ligeramente los designios, y en ocasiones, no es tan ligero el cambio, y no es tan positivo el resultado. 
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