Existen días tan extraños que ni siquiera puedes procesar lo que sientes. Sara ni siquiera pensó en que sus días pasarían de ser aburridos a estar llenos de rarezas y situaciones sin precedente.
Pasaron el día entre risas y recuerdos amorosos de la juventud. Hablaban de todos, burlándose hasta más no poder sobre las cualidades tanto físicas como psicológicas de cada uno.
Era común que se divirtieran cuando estaban juntos, más cuando Berta estaba en el centro de la reunión. Ella era carismática al extremo. Divertida y muy amable.
La tarde se asomaba y Sara se sentía inquieta por no volver a casa, pero disfrutaba tanto de la compañía que pronto olvidó el tiempo y se relajo nuevamente. Ainara pasaba de los brazos de Berta a los de Jorge, Sara la tuvo muy poco, ayudo a atender a los clie
