Eran casi las nueve de la mañana, Sara ya estaba saliendo de casa en el auto, con Ainara y una pañalera lista, esta vez, llevaba absolutamente todo lo necesario y en doble dosis, para no fallar. Rodrigo insistió en llevarla pero ella solo permitió que enviara uno de los hombres en moto, que pudiera ir cerca del auto, pero no lo suficiente para incomodarla, solo como precaución, él no estuvo de acuerdo y no quería ceder.
- Entonces, llama a tu patrón y dile que si no puedo salir de mi casa, necesito que esté en este mismo momento aquí.
Rodrigo negada, él comprendía la intención de la señora.
- ¡Ah! Pero lo pones en videollamada, sin ni siquiera hablarle antes. Quiero ver los paisajes del interior del país, donde mi esposo trabaja arduamente.
- Señora, por favor... - Rogó - Yo solo cu
