Besos De Sangre

Capítulo 10

Tic, tac.

El reloj seguía avanzando y yo seguía esperando a que Connor despertara. ¿Quien hubiera pensado que el estaría junto así? Amarrado y desmayado por los golpes, nadie, ni yo misma lo hubiera creído ¿O soy muy fuerte o el se dejo golpear? Es mas segura la opción número dos. El muy idiota sabe que se lo merece, se merece cada golpe que tendrá.

Pero a pesar que él me arruinó la vida, aun sigo tan malditamente obsesionada con él y no creó poder cambiar eso.

-¡Mami! ¡Tia Madison ya llegó!

Me lave las manos, me asegure de no dejar nada cerca de él, salí de la cocina y mi pequeña Abby me esperaba, tomo mi mano y ambas salimos, Madison bajo del auto junto a Aarón, se que viene por Connor, pero yo haré con él lo que quiera y eso nadie lo impedirá, ya tengo un lugar planeado para él.

—Llevala con los abuelos, también mándame el número de Deborah, necesitó hablar con ella —le dije y ella asintió, tomó a Abby de la mano y la llevó al auto, mientras tanto Aarón me veía atentamente.

—¿Dónde esta?

—Ahí dentro, todavía tengo cosas que arreglar con él —le dije y él asintió divertido.

—Tu obsesión por él, es tan...

—¿Tan qué?

—Interesante, tan interesante ¿Cómo reaccionaría Cárter si se entera?

—No me importa lo que él diga, ambos Pratt son unos mentirosos y esto no lo dejaré pasar fácilmente, ambos me destruyeron y ambos tendrán que lidear con eso.

Madison me dio una seña de que estaban listas, me di la vuelta y entre a la cabaña, cerré la puerta y camine nuevamente hacia la cocina, el lugar donde estaba uno de los chicos que hizo mi corazón latir.

—Ya deja de fingir, ya se fue Abby.

Me recargo en la encimera y lo veo levantar la cabeza con una sonrisa. Suelto una risa y me acercó a él hasta quedar a horcajadas sobre él.

—¿Sabes que te mereces todos esos malditos golpes?

—Si, lo se.

—Bien, ahora ¿Cuando piensas soltarte? —le preguntó haciéndolo reír, lo veo mover sus brazos, por unos minutos, hasta que consigue liberarse, pone sus brazos alrededor de mi cintura y me acerca mas a él.

—Sabes, aun tengo recuerdos de esa noche donde me drogaste.

—Lo se, me asegure que jamás olvidarás esa noche.

—¿Y si la repetimos?

—Soy una mujer casada Connor, además aun falta tu castigó —le digo, pero él se acerca a besarme y yo le regresó el beso.

—Repitamos esa noche y aceptare cualquier cosa.

Su beso se hace mas intenso, es tan adictivo y placentero. Connor Pratt siempre iba a ser mio, nadie cambiaría eso, Los gemelos Pratt son míos y de nadie más.

Las prendas comienzan a desaparecer de nuestros cuerpos, sus besos bajan por mi cuello, pero no lo dejo bajar más, tomo su rostro y vuelvo a besarlo. Estando así con él, me hago dos preguntas ¿De quien me enamoré? ¿De quien me obsesione?

Sus manos tocan cada lugar de mi cuerpo y cuándo menos lo pienso, él ya esta dentro de mi. Nuevamente lo vuelvo a sentir, vuelvo a tener a mi droga obsesiva, por que eso es él, una droga, es adictivo y me esta consumiendo poco a poco, me hace desearlo a cada instante.

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Lo veo terminando de ponerse la ropa, nuestro momento se a acabado y él lo sabe, es momento de arreglar una cosas y se que no sera nada fácil. Me recargo en la pared haciéndolo sonreír, se acerca a mi y yo también me acercó, pero pongo en su cuello un cuchillo deteniéndolo, pero yo también me detengo al sentir algo presionándose en mi cuello.

Connor pratt tenia un cuchillo en mi cuello, así como yo lo tenia en el suyo.

—¿Donde estuviste todos estos años? —me preguntó haciéndome sonreír.

—Por aquí y por allá, en cada momento buscaba al responsable de la muerte de mi hijo, pero no pensaba en que fueras tu, el maldito responsable.

—¿Quien te dijo que fui yo?

—Aarón.

—Ese estúpido dirá cualquier cosa para verme muerto —dijo y se acercó un poco más a mi, sin importarle el cuchillo en su cuello —Solo te diré una cosa Cielo, Yo no mate a ese bebé.

—¿Que me asegura que lo que dices es verdad?

—¿Y que te asegura que lo que te dice él es verdad? ¡Por dios Cielo! Ese bebé pudo ser mio, se que lo que te dije estuvo mal, pero era la única manera en que estuvieras a salvó.

—¿Mantenerme a salvo de que?

—Me quieren muerto, mi propio hermano mayor, también lo hace. Tu vida corría peligro, tal vez no te ame, pero eres importante para mi, pudiste ser la madre de mi hijo.

—¿No me amas?

—No, yo solo te quiero.

Asentí, mientras bajaba el cuchillo y me alejaba un paso de él. ¿En quien debería confiar?

—Tal vez no me ames, pero eso no cambia en que tu seas mio, eres mio y de nadie más.

—Tan malditamente posesiva —dijo sonriendo.

—Además no es como si me importara que tu me ames, estoy casada con Cárter y estoy segura que él si me ama, así que con eso me basta —le digo haciendo que pierda su sonrisa. Valla, valla, no soy la única obsesionada.

—¿Amas a Cárter?

—No lo se, tal vez lo ame, tal vez tu solo seas una obsesión, no lo se.

—¿Me estas dando celos?

—¿Sientes celos?

—Por supuesto que si, por mucho que no te ame, eso no cambia que te quiera solo para mi.

—Hay cariño, tu me amarás, estarás dispuesto a hacer cualquier cosa por mi, matarás por mi, vivirás por mi y sobre todo, morirás por mi, eso lo se, es solo cuestión de tiempo.

El suspiro y negó, le miro y asintió acercándose a mi. Me quitó el cuchillo y los voto al suelo.

—No eres la misma y se que no es mi culpa ¿Que te paso cielo?

—Eso jamás lo sabrás Connor, ahora tienes aproximadamente dos días para irte y esconderte.

—¿Por que lo haría?

—Por que vamos a jugar Connor, si te encuentro, recibirás tu castigó y creeme, no sera nada bonito. No te vas a librar tan fácilmente de mi Connor —le dije haciéndolo reír.

—Ya veremos nena.

—Volverás a mi Connor, te tendré a mi lado y te enamorarás, así como Cárter lo esta, ustedes son mios y de nadie más —le dije acercándome a su cuello, repartí varios besos ahí y me aleje para mirarlo a la cara.

—Si volveré, pero solo para darte lo que perdiste.

—¿Y eso será?

—Un hijo —dijo haciéndome que lo vea divertida —Tu y yo tendremos un hijo Cielo y eso nadie me lo impedirá.

—Ya lo veremos Nene, no olvides que estoy casada con tu hermano —le digo haciéndolo reír.

—Por mucho que estés casada con él, que seas su Reina, eso no cambiará nada, por que para mi, eres mi Diosa, esa jodida Diosa que se mete de bajo de mi piel y me hace anhelarla más de lo que debería. Si él es tu esposo, yo puedo ser tu amante —dijo haciéndome reír.

—Si después que te vallas no te encuentro en dos semanas, te salvaras de tu castigo, si no, sufrirás —le digo y él asiente.

—Bien —dice y me besa por última vez —Te esperó en la que fue nuestra casa mañana, me tengo que despedir adecuadamente de ti.

—Ahi estaré —le digo y él sale de cocina, me quedo en silencio hasta oír la puerta principal siendo cerrada, después el sonido del auto alejándose, tomo mi teléfono y marco el número de ella.

—¿Diga?

—Victoria, soy Greicy Montecarlo ¿Crees que podamos vernos en dos días en Las vegas?

—Por supuesto, estoy muy interesada en conocerte.

—Yo también lo estoy, estaremos en contacto.

Término la llamada y salgo de la cocina, sonrió al recordar todo lo que pase en esta cabaña y también recuerdo ese día, donde fui torturada para saber de él.

—¿Donde esta Connor?

—¡No tengo idea! ¡Maldita sea! ¡Ese idiota me dejo hace mucho!

—No te creó, traigan la droga.

Apartó todo eso y salgo de esa cabaña, subo al auto y emprendo marcha hacia el hospital nuevamente, dejando atrás todo eso que viví, lo bueno y lo malo.

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Llegué al hospital donde estaba Madison y Aarón. ¿Y que te asegura que lo que te dice él es verdad?. La pregunta de Connor llega a mi cabeza, tal vez tenga razón, no conozco lo suficiente a Aarón. Los chicos Pratt son todo un misterio.

—¿Cómo están? —le preguntó a Madison.

—Ya están estables.

—Bien, en dos días tenemos que estar en las vegas, me reuniré con Deborah.

—¿Y Connor? —me preguntó Aarón.

—No es tu asunto.

Aarón Pratt no es de mi agradó y eso lo tiene que saber muy bien. Por mucho que el sea el único que me puede llevar con Cárter, soy capaz de matarlo, si descubro algo fuera de lugar.

Media hora después, Aarón se despide y se va, la noche esta cayendo, los chicos aun no despierta, por lo que decidimos ir al hotel a descansar.

—Dime ¿Connor sigue estando igual de guapo? —me preguntó Madison haciéndome reír.

—Por supuesto, el muy maldito sabía que solo secuestrando a mi hija, haría que yo fuera a él, sola.

—Te conoce bien.

—Así como yo, también lo conozco bien.

Ambas reímos y comencé a contarle lo que había sucedido, con él las cosas eran interesantes, tan apasionadas y placenteras. Con Cárter las cosas eran intensas, románticas, todo de ensueño. Con Christian todo era normal, amaba el sexo con él y me encantaba tenerlo junto a mi.

Los tres chicos eran completamente diferentes y eran todos míos.

Al llegar al hotel, Abby se acercó a mi para platicarme todo lo que hizo con sus abuelos. La abuela había preparado la cena y justo cuando iba a la mesa, me llegó un mensaje de Connor.

¿Vienés a cenar conmigo?

Sonreí divertida, una rica cena y por que no, una larga sesión de Sexo con él. Era un buen plan.

—Abuela, no podre cenar, tengo una salida importante —le dije y ella asintió, me fui a la habitación para bañarme y cambiarme de ropa.

Al salir de la habitación le dije a Madison a donde iba, también que le avisará si pasaba algo con los chicos, salí del hotel y emprendí marcha hacia esa casa donde uno de ellos me llevó, malditos hermanos Pratt, maldita la hora en que me hicieron amar y obsesionarme por ellos.

Mata a Connor.

No, aún no.

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Llegue a la casa y sin tocar entré, sabía que el dejaría la puerta abierta, todo estaba en silencio, pero ya sabia donde estaba, camine directo a la cocina, solo para verlo cocinar.

—¿Aún recuerdas mi comida favorita? —le pregunte, a lo que él volteó a verme sonriendo.

—Jamás lo olvidé.

Connor Pratt en definitivamente era el peor, él es y siempre sera esa droga que no podre dejar.

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•Carter•

Odiaba el encierro, odiaba estar sentado sin hacer nada, pero sobre todo, odiaba no estar con ella. Aarón llego hace unos minutos, pero Edmond se lo llevó para hablar y no pude preguntarle por ella.

¿Cómo estará mi Reina? ¿Me odiará? Estoy seguro que me odia, yo también lo haría si le hubiera mentido tanto. Pero no podría permitir que Connor me la quitará, no podía. Ella es mía y de nadie más.

La puerta de la habitación se abre y entran mis dos hermanos.

—¿Y Cielo? —le preguntó y el ríe divertido.

—Jamás pensé que Cielo hubiera cambiado tanto.

—¿A que te refieres?

—A que Cielo, esta malditamente obsesionada con Connor, que no le importa que él no sea su esposo.

¿Cielo y Connor?

—¿Que pasó?

—Sucede que el idiota de tu gemelo, secuestro a su hija y cuando ella fue por ella, solo llamó a su amiga para que fuera por la niña y ella quedarse con Connor.

—Y Cielo, esta con Connor en este momento.

—¿Donde está? —le preguntó a Edmond.

—Según los informantes, ellos están en su antigua casa —dice pasandome su celular, donde hay fotografías de ella entrando a la casa.

En la información también dan su número de teléfono, no pierdo el tiempo y le llamó.

—Yo no te recomiendo eso hermano —dijo Aarón, pero solo lo ignoré.

—¿Diga?

Cierro los ojos al escuchar su dulce voz.

—Cielo.

Silencio, eso hubo por un par de minutos.

—No esperaba tu llamada Cárter —dijo haciéndome sonreír, siempre siendo tan inteligente.

—Quiero verte.

—Lo siento tanto, pero en este momento estoy ocupada, muy ocupada.

Lo siguiente que escuchó son besos y sus risa de ella.

—Te la prestó en otro momento Hermano

La llamada termina y yo solo puedo apretar el celular con rabia. Ese maldito esta tocando lo que es mío. Ella esta con él. ¿Ella lo prefiere a él?

—Están juntos ¿Verdad?

—Si...

—Te lo dije hermano.

Tengo que salir de aquí, tengo que recuperar a la mujer que amo, tengo que alejarla de él, no importa que tenga que matarlo.

Me recuesto en la camilla y suspiró, tengo que tranquilizarme, tengo que planear todo muy bien. Tengo que sacar a Connor Pratt de nuestras vidas de una vez por todas.

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•Desconocido•

—¿Los han encontrado?

—Si, señor, ambos están juntos.

—Bien, mantenganlos vigilados, quiero saber todos sus movimientos a cada momento.

—Si señor.

Lo escuchó salir de mi despacho, tomó un trago de mi bebida, mientras nuevamente veo su foto, tan hermosa que es y él es tan idiota, no merece a una musa como ella.

Me costó años encontrarla, pero por fin la tendré junto a mi, se lo advertí a ese chico Pratt, ninguno de ellos dos la tendrá, ella solo sera mía.

—Πολύ σύντομα θα γίνεις δική μου, όμορφη γυναίκα μου.