Capítulo 3
Ivonne ya tenía trabajando cuidando de Daniela, casi tres semanas, la niña ya la identificaba muy bien y se había acostumbrado a Ivonne muy rápido. Se llegó el sábado, solo desayunaba con Daniela y Rafael, tal parecía que era una pareja que conformaban una familia. Rafael no hacía ninguna referencia a que Ivonne fuera solo su niñera, su trato con ella era más bien como el de algún familiar o amistad. Después de desayunar cada uno hacía sus actividades, esta vez fue el día de descanso de Ivonne, que salió para ver a sus amigos e iria a visitar a su amiga Pía.
−Hola ya llegué –dijo Ivonne viendo que ya había gente en el departamento de Pía.
-Hola Ivonne. −Saludaba Liam, novio de Pía.
−¿Y Pía dónde está? –pregunto Ivonne buscándola por el departamento.
− Salió por unas botanas, pero no tarda en llegar, pasa mira te presento a mi hermano Matías.−Un chico alto de 1.78 metros cabello castaño, ojos color avellana, tés blanca, delgado con muy buen porte.
−Hola…− Saludo Ivonne, sin mucho afán.
−Hola. − Saludo Matías−. Así que tú eres Ivonne, me han hablado mucho de ti –dijo con una sonrisa en su cara.
−Sí… Espero que no mal –dijo Ivonne dirigiéndose a la cocina para ver que había preparado su amiga, que conociéndola de seguro la estaba esperando para que le ayudará.
−¡No, claro que no! De hecho, me dijeron que eras guapa, pero no me dijeron que tanto –comento un poco coqueto al decirlo.
−¡Yo guapa! –exclamo poniendo ambas manos a sus mejillas, muy sonrojada−. Muchas gracias…Por lo de guapa, pero nunca me he considerado así.
−Pues lo eres –dijo con cara de bobo viendo como Ivonne abría el refrigerador, para buscar ¿Qué preparar?
En eso llegó Pía…
−Hola amiga que bueno que llegaste, pensé que tu celador jamás te dejaría salir. –Mirando a Ivonne en lo que ponía las bolsas de compra en la cocina, sacando la botana y poniéndola en un recipiente para dárselo a los chicos, que veían la televisión.
−No seas mala es mi jefe, pero respeta que es mi día libre, así que solo me levanté y salí para venir a platicar contigo, solo que veo que tienes visitas. –Susurrando.
Los chicos se habían quedado en la sala y las chicas estaban en la cocina…
−Si es la final de la temporada de hockey, ya sabes que a Liam lo mata ver los partidos e invitó a su hermano, que de hecho quería conocerte –comento sonriendo.
−Conocerme ¡A mí! ¿Porque él querría conocerme?. – pregunto un poco sonrojada mirando hasta donde estaba Matías concentrado mirando el partido.
−Pues porque le dijimos que eres mi amiga, que eres bonita y soltera, pero bueno ya tendrás tiempo de conocerlo. Mejor cuéntame, qué es eso que te tiene muy preocupada, por lo que me comentaste por teléfono. –Dijo llevando una papita a su boca.
−Pues es que Rafael últimamente llega muy tarde y casi no está con su hija, digo sé que me paga para cuidarla, pero también ella lo necesita. –comento tomando soda de un vaso.
-Yo diría que no te metas en problemas, quizás él, cómo me platicaste que murió la mujer, solo quiera evadir el estar con la niña, por cuestiones de que la niña se parezca a ella. –Sacando la tabla para picar la verdura para la ensalada.
−¿Crees que eso sea? ¡Dios Pía, no lo había pensado! Si quizás sea eso, ¡Ay mi chiquita! Si vieras es un pedacito de cielo –dijo poniendo las manos en su pecho recordando a Daniela.
-Amiga no te enamores de esa bebe ¡No es tuya! Cuando el hombre decida casarse de nuevo, a ti te van a dar una indemnización y te será difícil desprenderte de ella, solo sufrirás cuando eso pase.
−¡Ay Pía! ¿Qué quieres? Es imposible cuidarla y no tomarle cariño, además ¿Qué puede pasar con quererla un poco?
−¡¿Qué puede pasar?! ¡Que te estrellaras en un cristal con la cabezota! Ivonne haz caso, busca otro trabajo, yo sé lo que te digo, vas a salir lastimada de todo eso. –Comento un tanto preocupada.
−¡Ay Pía! ¿Cómo no involucrarme? ¡Si ella me necesita! –exclamo suspirando.
−¡Escuche un suspiro!, ¡¡¡Eso fue un suspiro!!! ¡No!.. No…No, Ivonne Dávalos ¿Suspiras por la bebe o por el padre? –pregunto haciendo el amago con el cuchillo.
−Yo… Yo… Yo ¡Ay Pía! ¿Qué quieres? ¡El hombre es guapo! –exclamo pestañeando un poco.
−Definitivo− dijo Pía−. Debes salir corriendo de ahí, solo vas a salir lastimada, mira Ivonne el tipo puede ser guapo, pero el solo te verá como su niñera ¡La mujer que cuida a su bebe! Solo eso, no te va a ver como mujer. Él debe tener no sé, otro tipo de tu sabes… Mujeres más acorde a su estatus y tu pues no por menospreciar, pero no estás en su liga.
−Si… Lo sé, no te preocupes que nada va a pasar –dijo comenzando a mezclar los ingredientes para meter la carne al horno.
Regresando de nuevo a la sala, Matías no perdió el tiempo abordó a Ivonne ya que le habían contado que estaba soltera y que no tenía novio, tanto su hermano como su amiga Pía estaban tratando de emparejarlos. −Dime Ivonne ¿A qué te dedicas?, ¿Estudias o trabajas? –pregunto tratando de hacer platica con ella.
−Por el momento trabajo, aun no puedo estudiar, pero estoy ahorrando para eso, espero que el próximo año ya pueda ingresar ¿Y tú? –pregunto igual, poniendo atención a su respuesta.
−Bueno yo me estoy especializando en ingeniería en Robótica, pero ya trabajo para una compañía, me va muy bien. –comento sin apartar su vista de ella.
−¡Ay que padre! Debe ser difícil eso de la robótica –comento entusiasmada al pensar lo bonito que sería que ella pudiera entrar a estudiar.
−Más o menos como me gusta, pues no siento tanto, pero dime ¿Tienes novio? –pregunto con interés, queriendo saber más de ella, aunque sabía por Pía que no tenía, quería saberlo por ella.
−Eh… ¡No! De hecho no –contesto titubeando.
−¿Cómo? Una chica muy bonita ¡Sin novio! –exclamo sin poder creerlo.
−Pues solo me he dedicado a trabajar, antes estudiaba, pero ya no pude por falta de ingresos. –comento un poco pensativa.
−Vaya eso suele suceder, bueno espero que puedas entrar a la universidad, para que te realices como profesionista.
Así, estuvieron charlando hasta que llegó la hora de retirarse…
Ivonne se despidió de todos, para irse de nuevo a la casa de Rafael, cuando llegó Daniela estaba llorando, vio que Rafael estaba como loco preparando el biberón y lo que tenía en el horno se estaba quemando.
Lo primero que hizo fue correr a cargar a Daniela. −Ya mi chiquita, ya no llores, ya en un momento te doy el bebieron. −Daniela en cuanto la escucho se calmó.
−Vaya estaba al borde de la histeria, en verdad se ha acostumbrado a ti, ha estado muy inquieta todo el día, no ha parado de llorar –pronuncio un poco irritado.
−¿Por qué no me llamaste? Hubiera venido enseguida –hablo arrullando a Daniela.
−¡No! ¿Cómo crees? ¡Es tu día de descanso! No quería molestarte… –comento sacando lo que tenía en el horno ya quemado.
Ivonne le dio su biberón, sentándose junto con ella en el sofá. −Rafael, no sé… Si puedo hablar contigo. –Dijo un poco temerosa, pero necesitaba hablar algo que ya le estaba molestando más que se trataba de la niña.
Ivonne se había enamorado irremediablemente de la bebe, al grado de sentirla suya en tan poco tiempo, sentía un profundo amor hacia Daniela, que todo con respecto a ella lo tomaba muy en serio como si fuera su mamá.
−Claro ¿Pasa algo? Dime con confianza –dijo sentándose junto a ella en el sofá.
−Bueno es que he notado, que llegas muy tarde del trabajo y la verdad, no es que me moleste, sino que. −Un poco de nerviosa por lo que iba a decir−. ¡Ay bueno! Daniela necesita que pases más tiempo con ella, digo ella aún está muy chiquita, pero te extraña. –explico mirándolo a los ojos.
−Rafael se quedó en shock ante lo que Ivonne le decía, pero analizando comprendió inmediatamente su sentir. −Tienes razón, he estado sumido mucho en el trabajo, pero en verdad gracias por decirme esto, a veces me olvido que tengo a alguien esperándome. –Dijo un poco avergonzado−. Pero te prometo que trataré de llegar más temprano, además estoy abusando de ti, al tenerte todo el día cuidando de mi hija.
−Lo que dije, no es porque me molesté estar con ella, sino porque es tú bebe, después no va a querer estar contigo. –explico diciendo−. Como ahora que lloro porque me extraño, si se supone que eres su papá no debería llorar por mi ¿No crees? –pregunto susurrando lo último y mirándolo a los ojos.
−Me siento regañado, pero gracias por hacérmelo ver, tienes razón le he dado prioridad a otras cosas y no a lo verdaderamente importante. Mi trabajo me absorbido mucho, aparte que quizás el hecho de la pérdida de su madre, me ha hecho no querer regresar a casa. –Dijo un poco avergonzado, pero era una de las razones a la falta de interés, hacia regresar a su casa. El hecho de recordar a Marcia y todo lo que había sucedido en su vida, quería evadir esa parte sumiéndose en el trabajo, sabía que Ivonne cuidaba muy bien de Daniela y era también una de las razones, por las que se había vuelto un poco irresponsable de su hija. Pero ahora que Ivonne le decía que su bebe lo necesitaba, se dio cuenta que se estaba perdiendo grandes cosas, una de ellas el cariño de su bebe.
Ivonne terminó de darle de comer y le saco el aire a Daniela, la tuvo ahí con ella hasta que se durmió, la llevó a recostar a su cuna. –¿Quieres cenar? Vi que se quemó lo que tenías en el horno.
−Mejor voy a pedir la cena ¿Me acompañas? –pregunto llamando al restaurante.
−Sí, yo también tengo hambre –dijo al recordar que no ceno en casa de Pía, ya que Matías no le quitaba la vista de encima y se sintió cohibida.
La cena llegó como después de una hora, la cual la sirvió Ivonne. −Mmm huele delicioso.
−Si este restaurante hace muy buena pasta, abriré una botella de vino. –dijo en lo que comenzaron a cenar−. ¿Cómo estuvo tu día? –pregunto cordialmente.
−Bien fui a visitar a una amiga, se va a casar en tres meses, así que está como loca, con los preparativos de la fiesta. –comento devorando la pasta.
−Debe ser agobiante, yo no me case solo viví con la madre de Daniela, hasta que…−comento carraspeando, cuando iba a decir algo más sobre la madre de la niña, pero se detuvo, quería ser sincero pero le ganaba la vergüenza de que supiera la verdad.
−¡Hasta que falleció! No tienes que contarme, debe ser doloroso –comento alzando la mirada hacia Rafael.
Rafael levantó la mirada y se reflejó en sus ojos grises, era la primera vez que lo hacía, no se había fijado en lo bonita que era, simplemente se quedó ahí unos segundos. −Bueno sí un poco. − Bajando la mirada, carraspeando.
Para Rafael era muy vergonzoso dar a conocer, que había sido abandonado por la madre de su hija, más que lo había dejado por otro, eso para él había sido una humillación. Se sentía mal como hombre, el que en apariencia era guapo, exitoso, con un buen estatus, con una vida que cualquiera envidiaría y su mujer solo le hizo sentir que para ella, no le sirvió ni en la cama. Eso le había herido el orgullo como hombre, como esposo y padre, era una herida que estaba reciente, era la razón por lo que no quería decirle nada a Ivonne.
Terminaron de cenar e Ivonne se fue a su habitación, se bañó, se puso su pijama, se acostó quedándose dormida casi al instante, unas horas más tarde, escuchó que Daniela lloraba, se fue hasta la habitación de la niña y no estaba en su cuna, se fue hasta la recamara de Rafael, ahí estaba sobre la cama, rodeada de almohadas llorando.
−¿Dónde estará tu padre? –le pregunto a la bebe cargándola para que dejara de llorar−. Ha de estar en la cocina. −Bajo con Daniela en brazos hasta la cocina, no lo vio, puso a Daniela en su portabebés para poder preparar el biberón, después se le dio y la hizo dormir, subió colocándola en su cuna. ¡¿Dónde estará tu padre Daniela?! –se preguntaba molesta por haberla dejado sola ahí, se podía caer de esa cama y golpearse.
Cuando escuchó un ruido que provenía del despacho, se acercó y abrió la puerta lentamente, ahí estaba Rafael junto con una botella de whisky, muy tomado sentado en un mueble, ella se acercó y él se le quedó mirando, con unos ojos inundados de lágrimas.
Ivonne sabía que estaba sufriendo, que esa parte del corazón ella no podía ayudarlo, aunque quisiera, así que solo se acercó, tomó una caja de pañuelos que estaban en un cajón y comenzó a limpiar sus lágrimas.
−Perdón Ivonne, pero a veces no puedo con esto, todo me rebasa y me quiero morir –dijo sentado sobre sus piernas y haciendo puños sus manos, en señal de frustración.
−Sé que es difícil, pero saldrás adelante, recuerda que tu hija te necesita, debes salir de este hueco en el que estás, solo debes hacerlo. −Mirándolo a los ojos.
-Sabes no te he dicho, que eres muy linda. −Mirándola igual a los ojos, el tomo su cara y en un arrebato se acercó para besarla, saboreando sus labios invadiendo con su lengua la boca de Ivonne, que estaba en shock al sentir los labios de Rafael con los suyos. Estaba exhorta solo sintiendo como era absorbida por esa sensación indescriptible, pero en ese momento Ivonne solo sintió su aliento a licor, el sabor era fuerte y solo atino alejarse de él.
−¡¡Así no!! Lo siento… −Saliendo de ahí para ir a ver a Daniela, solo toco sus labios, pensando. −‹‹Deseo que me beses, pero no así y menos que no sepas lo que estás haciendo›› Solo llevo a la niña para que durmiera acurrucada con ella.
Al siguiente día Ivonne se levantó y preparó el desayuno, así como el biberón de Daniela, cuando apareció Rafael con un fuerte dolor de cabeza insoportable.
−Buenos días… − Tocando sus sienes, tomando el vaso de jugo hasta acabarlo y acercándose a Daniela, Ivonne instintivamente quitó a la niña de su alcance.
−¿Qué haces? Deja que la cargue ¡Si es mi hija!..
−¡¡¡No la toques!!! −Mirándolo con unos ojos que quería fulminar.
−Pero ¿Que hice?, ¿Porque estás tan enfadada? –pregunto al ver a Ivonne molesta y negándole que se acercara a su hija.
−¡Te parece poco! Ayer la dejaste sola en tu habitación y te fuiste a beber a tu despacho, si no querías cuidarla, me hubieras dicho, yo me la hubiera llevado a mi habitación.
−Perdón… Solo bajé a tomar una copa, no pensé que fuera a despertar –comento muy avergonzado.
−¡¡Eres un irresponsable!! Ella es un bebe, le pueden pasar mil cosas. –espeto muy molesta.
−Ok ¡Perdón! No lo vuelvo hacer, ya solo deja darle un beso, debo irme a trabajar –dijo un poco acongojado y más que nada apenado.
−Está bien, pero si lo vuelves hacer ¡Te mato! ¡¡Escuchaste!! –Le espetó fulminándolo con los ojos.
− Ya perdóname ¡Sí! No lo volveré hacer. −Acercándose a darle un beso a Daniela, saliendo de su casa, muy pensativo.− ‹‹Ojalá y no se enoje por el beso que le di ayer, realmente lo deseaba, pero esto no está bien, no debo de pasar la línea ¡Ella es la niñera de Daniela! Si paso la línea la única perjudicada será mi hija. Será mejor no mencionarlo ¡Si tan solo Marcia, hubiera cuidado así a Daniela! Yo hubiera sido muy feliz, más parece ella su madre, que la que lo fue›› −Susurro para sus adentros con un dejo de tristeza.
Ivonne igual pensaba. −‹‹¡No sé acordará de lo que sucedió ayer!›› −Suspirando−. Es mejor así, vamos Daniela creo que es hora de salir un rato al jardín.
En la noche, Ivonne estaba bañando a Daniela, pero como aún no se acostumbraba a bañarla en su bañera, mejor se metía con ella en la tina de baño, ahí estaba jugando con ella. − Eso es mi niña, el baño para que te refresques y duermas toda la noche.
Rafael había decidido que iba a regresar temprano a su casa, lo que le dijo Ivonne lo tomó muy en cuenta, así que llegó a su casa pero solo encontró mucho silencio, así que subió, tocó la habitación de Ivonne, pero no escuchó nada.
Fue hasta la habitación de Daniela y escucho ruidos en el baño abriéndolo, encontrando a Ivonne en la tina con Daniela, se quedó en shock de la vista que le regalaba donde un par de senos firmes y redondos se le presentaban en primera instancia.
Continuara…