Capitulo 1. El trato.
Capítulo 1.
El trato.
POV Adalia
Soy Adalia Walker, tengo 20 años, tengo una estatura promedio de 1,65 cm de alto, blanca, cabello n***o como el azabache, con ojos avellana y unas hermosas pestañas según las saque a mi madre, grandes curvas y unos atributos muy bien destacados. Perdí a mis padres con tan solo 8 años; lo que recuerdo de ellos es muy diferente a lo que vivo con mi tía Dennis, quien me mantiene encerrada en casa y solo me deja salir cuando tengo que ir al trabajo. No sé qué es la secundaria, ya que ella se encargó de que no recibiera ninguna educación. Últimamente, me he sentido muy débil y cansada a tal punto que a veces me quedo dormida friendo las papas del restaurante donde trabajo de noche y en la mañana en una pequeña pastelería donde trabajo de 6 AM a 6 PM repartiendo folletos y muestras de los postres que venden en el lugar. Esta mañana me he sentido muy mareada y ya casi termina mi turno en la pastelería. Saliendo de la pastelería, me dirijo al restaurante donde soy mesera desde las 6 PM a las 10 PM. Voy a entregar una orden a la mesa 8 donde un viejo de unos 60 años me toma de la mano, asustándome por su agarre.
—Hermosa, ¿tú no eres la hija de Albert Walker?
—SÍ —le digo, algo asustada.
—Yo soy un viejo socio de tu padre; toma mi tarjeta por si necesitas alguna cosa, se lo debo a tu padre, quien fue un gran amigo—me dice saboreando sus labios al verme los senos que se pronuncian por mi camisa apretada.
—Gracias, señor —le digo dejando la orden y colocando la tarjeta en la basura.
El viejo pidió varias órdenes antes de cansarse de insistir en que debía visitarlo en su empresa y dejó una gran propina. Salgo del trabajo y me dirijo a casa donde, al llegar, mi tía se encuentra en el sofá esperando para que le entre toda mi propina y así lo hago, ya que ella es la que cuida de mí, porque no sé defenderme por mí sola.
— Buenas noches, tía, esto es todo lo que recibí hoy —le digo, entregando cada dólar y ella me revisa para asegurar que no me guarde nada.
—¿Sabes que tu tía te ama? Como si fuera tu madre, cariño, todo esto lo compraré en el mercado para la comida. ¡Waoo ! ¿Quién te dio tanta propina, niña?
—Fue un señor, tía, un ex socio de mi padre que va todos los viernes a comer al restaurante y hasta hoy nota mi presencia.
—Waooo, me lo tienes que presentar —dice con una luz en sus ojos.
Así llegó el viernes y me sentía con mucha fiebre. Mi tía me llevó al trabajo donde atendía a los clientes hasta que llegó el viejo de nuevo y le mostré a mi tía quién era él. Ella se acercó a la mesa y se ha sentado a platicar por horas. Nunca había visto a mi tía sonreír tanto. El viejo no dejaba de verme y mi tía me miraba con mala cara, tanto que se levantó de la mesa y me pidió que no se me ocurriera acercarme a esa mesa más en toda la noche. Al terminar la jornada de trabajo volví a casa y ella esperaba para que entregara mi propina del día. Al entregarla, un fuerte escalofrío invade mi cuerpo y de inmediato caigo al suelo inconsciente.
*
Despierto en una habitación de hospital sola y sin compañía, solo una enfermera que al verme reaccionar se acerca a mí para revisarme.
— Joven, quédate acostada descansa. — Dice ayudándome acomodar en la camilla.
— ¿Mi tía DENNIS? ¿Dónde está?
— No lo sé, una señora vino hace horas, hablo con el doctor y salió de la habitación corriendo — Me dice tomando mi temperatura, sale de la habitación dejándome sola nuevamente después de revisar mis signos vitales.
Pasan las horas y no veo a mi tía en ningún momento, solo una mujer muy extraña entrar a la habitación y llama por celular avisando que desperté, dos horas más tarde veo a mi tía entrar a la habitación y el señor mayor detrás de ella.
— ¿Tía que tengo?— Pregunto asustada.
— Estarás bien, ¿Sabes por qué? — Me dice muy feliz.
— ¿Por qué tía?
— Porque el señor Héctor se hará cargo de todos los gastos médicos y te trasladarán en un momento a una buena clínica — Dice muy sonriente.
— ¿Quién pagará los gastos tía? No tenemos dinero.
— No te preocupes, tú solo recupérate pronto — Me dice dándome un fuerte abrazo el primero en toda mi vida.
Él solo se queda viéndome en silencio mientras muerde sus labios mirándome fijamente, media hora después fui trasladada a una clínica muy lujosa donde fui atendida de la mejor calidad, mi ansiedad se hizo presente cuando los pensamientos de la falta de dinero me invaden, un lugar así debe ser muy costoso y mi tía no trabaja, si le pidió prestado a ese señor no sé cómo le pagaremos, me siento asustada y muy nerviosa. Los días pasan y mi estado de salud cada vez va mejorando, pero me pidieron que me mantuviera bien alimentada, desde el día en el hospital no volví a ver al señor Héctor y mi tía siempre me habla de él, de lo bueno, caballeroso y adinerado que es, yo solo me mantengo distante hasta que saco mi mayor duda.
— Tía, ¿Cómo pagaremos este lugar? — le digo curiosa.
— Tú no te preocupes, tu tía tiene todo listo, ya cancelé todos los gastos y dentro de dos días saldrás de aquí y comenzaremos de nuevo — Me dice con una mirada que ocasionó temor en mi corazón.
***** Días antes *****
***** Restaurante *****
Narración.
—Necesito tu ayuda —dice Dennis, muy alterada.
—¿Qué necesitas?
—Que me ayudes con la salud de mi sobrina; soy lo único que tiene y está muy mal en el hospital y necesita un fuerte tratamiento para una infección que recorre su cuerpo.
—¿Qué ganaría si te ayudo?
—¿Qué quieres?
—La quiero a ella; si la ayudo y se salva, quiero que sea mi esposa.
—Pero es tan solo una niña, tan joven e inexperta, tan inocente y no es una chica estudiada, ¿por qué te importa?
—Porque es hermosa y quiero que ella tenga un hijo mío, un nuevo heredero que le haga compañía a mi nieto, quien es la luz de mi vida.
—Ella no sabría cómo ser tu esposa.
—Es eso o la dejaré morir en el hospital.
—Si ella se va, ¿quién cuidará de mí? No sé trabajar en nada.
—Te pagaré una pensión.
—Quiero mucho dinero, tanto que no tenga que trabajar nunca en mi vida. Quédatela, pero fírmame ese cheque ahora y será toda tuya.
—Bien, pero antes quiero todo firmado en un contrato, de forma que no podrás cambiar de opinión.
—Realmente no me interesa esa mocosa, te la puedes quedar si me pagas una buena suma considerable.
—Excelente, vamos a trasladarla a una de mis clínicas y luego te veré aquí para firmar, pero no debes decirle nada hasta que salga de la clínica con buena salud.
—Es una chiquilla tonta, hará lo que yo le diga.
— Perfecto, en una semana me casaré con ella y solo espero que cumplas tu parte del trato y te vayas lejos de su vida.
— Ok amor como quieras, tú solo dame ese cheque y me iré tan lejos que ella no podrá encontrarme nunca ni aunque quisiera.
Después del traslado se reunieron firmando el contrato que marcaría la vida de Adalia, todo un plan para obtener sus deseos ambiciosos, dos personas tan malvadas que solo el destino los haría pagar un alto precio por tanta maldad, Adalia no se espera nunca los golpes que su tía le tiene preparado donde el odio de un pasado dónde no es culpable la llevarán a sufrir la maldad de un hombre sin escrúpulos arrojándola a un abismo de depresión y dolor.