Rose
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Thomas seguía junto a la puerta y no apartaba su mirada se de mi.
—¿Qué es lo que quieres? ¿Piensas quedarte ahí parado todo el día o me dirás a que has venido? —rompí el silencio ya que parece que el ni sabe que decir o se ha quedado mudo.
—¿Desde cuando tu y el..? —pregunta y sonrió —¿Me engañaste con mi hermano? Dime…
—¿En serio vienes a pedirme explicaciones? Eres un sinvergüenza, no tengo porque responder a tus preguntas —digo con firmeza.
Thomas da dos pasos hacia delante pero no se acerca a mi, al menos no demasiado.
—¡Joder! —gruñe —Me viste la cara de idiota —murmura.
—¿Acaso tenias otra? porque fue la única que pude ver —me mira aun más furioso.
—¿Te estas burlando de mi?.
—Thomas, deja el berrinche o lo que sea esto y lárgate de aquí, no se que diablos
