Rose
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Eran pocos los días que llevaba trabajando aquí y ya me estaba acostumbrando a la rutina, me despedía de mi bebé cada mañana y por la tarde la arrullaba en mis brazos mientras inhalaba ese aroma a bebé tan delicioso que ella desprende.
Esa mañana salí con una sonrisa del departamento, la niñera llega tan temprano como se lo había pedido, el cielo estaba hermoso, tomé una foto en mi móvil, era de esos días que parecían que sería hermosos llenos de alegría, a pesar de la sensación que había tenido el día anterior cuando Marc me trajo hasta mi departamento, presentía que todo iría bien o al menos eso quería creer, fui tan ilusa, ya que al salir del trabajo me di cuenta que no debí ignorar lo que sentí, que la sonrisa con que me levante esta mañana había desaparecido. Marc se o
