Rose . . . Mientras nuestras miradas conectaban, el móvil sonó de nuevo, era Marc. El debe de preocuparse porque no respondo. —Tristán —mi voz salió como un susurro. —Dime… —pidió con su voz ronca, sin apartar su mirada de mi. —Debo responder —dije. —Responde, solo tengo sujeta tu cintura, pero no me alejare —lo miré una última vez antes de responder la llamada. —Rose ¿Cómo estas? Llamaba para saber si aun quieres que te lleve por tu padre, dime la hora y yo llego por ti y tu hija —Marc dijo muy animado. Tristán inclinó aun más su rostro hacia mi, poniéndome aun más nerviosa, sentí su aliento en mi cuello, mi piel se erizo, sus dedos se movieron tras mi espalda cerca de mi trasero. Quiero alejarme, pero no puedo. —Bueno… sobre eso, no te preocupes no es necesario que me l

