Rose Tristán me llevo hasta aquella mesa que estaba llena de lirios, deje el monitor del cuarto de Evie en la mesa de la entrada, debía estar pendiente de ella. Me coloca sobre la mesa, su mirada estaba oscurecida por el deseo y la mía debía estar igual, llevo deseándolo desde antes de llegar a Londres, él tiene algo me vuelve loca, que me hace desearlo tanto. Mis manos buscan el borde de su camiseta, mientras sus labios y los míos se encuentran en un intenso beso. Mis manos se cuelan bajo su camiseta y las deslizó por su torso, se estremece cuando siente mi toque y gruñe sobre mi boca, sus manos se cuelan bajo la falda de mi vestido, su tacto me quema, recorre mis piernas y su lengua encuentra la mía, gimo y sus dedos traviesos llegan a mis bragas, lo necesito con demasiada urgencia,

