Me he equivocado de ventana, querida.

332 Words

Cuando Hudson volvió del baño no hicimos ningún comentario. Fue bastante tranquilizador no tener que explicar que me hacía sentir tan nerviosa que preferí dormir en la bañera que cerca de él. Después de aquello, me quedó claro que no podría hacer más el ridículo y me limité a dormir sin preocuparme al respecto. Ya que mi reputación estaba en el subsuelo no me importó arriesgarme y me quedé mirando a Hudson. Estaba tumbado hacia el otro lado, tenía unas vistas perfectas de su espalda ancha y musculada. Mis ojos estaban empezando a cerrarse cuando de repente se abrió la ventana bruscamente. Hudson se levantó de golpe y yo di un salto de la cama para coger el bate de béisbol que tenía junto a la mesilla de noche. Los dos nos quedamos perplejos al ver que quien estaba intentando subir por

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