Capítulo 2: No puede ser

1846 Words
Dos días después Perspectiva de Olivia —Yo sé que no quieres verlos, Oli, pero todos necesitamos sentarnos y hablar. El divorcio está sucediendo, y no quiero que tomes una decisión para no herir mis sentimientos. Ella es tu madre —dice él. Mi padre es demasiado benevolente con mi madre. Otro, en su posición, actuaría de una forma vengativa. Sé que le duele, pero sigue siendo buena con ella. —No, ella dejó de ser mi madre hace dos días. Puedo ver que quiere decir más, pero un golpe en la puerta lo hace moverse para abrirla. —Hola Charles, gracias por aceptar sentarte y hablar. —Solo acepté por Oli, Evelyn. No estoy segura de qué esperaba, pero definitivamente no era que Xavier entrara en la habitación detrás de mi madre. —¿Qué diablos está haciendo aquí? Él no es parte de esta familia. Me voy si él se queda. —Oli —Empieza a decir mi madre. —Olivia. Ya no puedes llamarme Oli. Dolor y tristeza pasan por sus ojos, pero no puedo preocuparme. —Olivia, sé que estás molesta, pero no vas a faltar al respeto a tu madre —dice Xavier. ¿Y quién metió a este tipo? Escucharlo hablar me ofende muchísimo. —Ella no es mi madre. Solo acepté hablar con ella porque mi papá me lo pidió. Honestamente, no tengo nada que decirles a ninguno de ustedes. Me quedaré con mi papá hasta que me gradúe y luego iré a la universidad tal como planeé. No lo abandonaré como lo hicieron Evelyn y Connor. —Olivia, por favor. Te amo —dice mi madre. —Deberías haber pensado en eso cuando engañaste a papá. Me vuelvo hacia mi padre. —He dicho todo lo que tengo que decir. ¿Puedo ir a mi habitación? —Olivia, por favor solo ven a sentarte y hablar con nosotros —dice Connor. —No, estás en el mismo barco que ella. Elegiste a una infiel sobre nuestro padre. Ya no eres mi hermano. —Basta, ya no eres una niña, Olivia. Las cosas no siempre salen como planeamos, y necesitamos aprender a adaptarnos. Ahora baja aquí y actúa como una adulta —dice Xavier. Lo miro mientras la ira burbujea dentro de mí. —Que te den. No eres nada para mí. No puedes decirme qué hacer o cómo actuar. Me doy la vuelta y un gruñido bajo me hace girar a tiempo para ver a mi madre envolviendo sus brazos alrededor del imbécil. —Muy bien, Evelyn. ¿Por qué no dejas que te lo haga frente a papá? Nunca supe que eras un monstruo. Me alegra haberme dado cuenta ahora. Todos pueden irse porque ya terminé de hablar. No pienso decir más. —Olivia, si no bajas aquí y hablas de esto, no tendremos más opción que llevar a tu padre a la corte por la custodia —dice Xavier. —Xavier, por favor —dice mi madre. —No, Evelyn. Esto no está en discusión. Está actuando como una niña consentida. Ni siquiera te está dando la oportunidad de explicar por qué está pasando todo esto —dice Xavier. —Está pasando porque mi madre es una p*ta que engañó a mi padre. —Oli, ya basta. Sube las escaleras, y subiré en un minuto —dice mi padre. Sé que esas palabras la hirieron, pero no me importó. Subo las escaleras pisando fuerte, pero no voy a mi habitación. En cambio, me siento en el rellano escuchando el resto de la conversación. —No volverás a entrar en mi casa y amenazar a mi hija, Xavier. No me importa lo que seas o de dónde vengas, pero esta es mi casa y ella es mi hija tanto como desearías que fuera tuya —dice mi padre. Hago un gesto de victoria, orgullosa de mi papá por enfrentarlo. —Charles, por favor, no empeores esto —dice mi mamá. —¿Empeorar qué, Evelyn? Has destruido completamente nuestras vidas, has alejado a Connor de mí, y ahora estás tratando de llevarte a Oli. No importa la razón, estás hiriéndome a mí y a Oli. Tú eres la que rompió los votos que me hiciste sabiendo que esto podría pasar. No voy a obligar a Oli a ir contigo —dice él. —Papá, nadie me va a alejar de ti. Te quiero, pero la manada es donde pertenezco. Siempre seré tu hijo —dice Connor. ¿De qué demonios está hablando con eso de la manada? ¿Está Xavier en algún tipo de secta? —Charles, Evelyn y yo nunca quisimos hacerte daño. Sé que no entiendes la atracción de nuestro vínculo, pero no se puede controlar —dice Xavier. ¿De qué demonios está hablando? —Honestamente, Xavier, no me importa. Ella hizo su elección, pero no voy a obligar a Oli a dejar el único hogar que ha conocido —dice mi padre. Las respuestas de Connor y Xavier son demasiado extrañas. Quiero saber qué pasa, pero no logro entenderlos. —Entonces no nos dejas otra opción. Olivia necesita estar en la manada cuando cumpla dieciocho. Con lo que haces, estás poniendo en peligro a ella y a nuestra especie. No va a escuchar, Evelyn. Deberíamos irnos —dice él. —Charles, no quise hacerte daño. Amaba nuestra vida juntos. Nunca esperé encontrar a Xavier —dice ella, con la voz quebrándose en cada palabra. —No es suficiente, Evelyn. Me destruiste y no tengo más opción que mantenerme fuerte por Oli —dice él. El sonido de la puerta cerrándose resuena en el silencio. Miro por las escaleras justo a tiempo para ver a mi padre apoyarse contra la pared. La forma en que se mueven sus hombros me indica que está llorando. Me duele el pecho al verlo. No creo haber visto a mi padre llorar así. Bajo las escaleras y rodeo su cintura con mis brazos. Al principio se tensa, pero luego se gira para abrazarme. —Vamos a estar bien, Oli —dice. No sé si está tratando de convencerme a mí o a él mismo. Dos semanas después —Oli, date prisa, o llegaremos tarde. Eso no se verá bien ante el juez —grita mi papá desde abajo. Fiel a su palabra, Xavier hizo que mi madre solicitara la custodia completa al tribunal. No tengo ninguna duda de que, a mis diecisiete años, el juez me preguntará dónde quiero vivir. Caray, en seis meses cumpliré dieciocho y nadie más que yo tendrá voz. Solo espero que después de hoy mi madre nos deje en paz. El viaje al juzgado es en un silencio cómodo. Ambos estamos perdidos en nuestros propios pensamientos. Mi papá apaga la camioneta y yo me dispongo a abrir la puerta. Su mano sobre mi antebrazo me detiene. —No importa lo que pase hoy, Oli, quiero que recuerdes que te quiero. Siempre serás mi Oli. —Papá, no te preocupes. Ningún juez me va a obligar a vivir con mamá. No soy una niña que no puede pensar por sí misma. —Lo sé, pero solo quiero que recuerdes lo que dije —dice él. Odio la tristeza que veo en sus ojos. Al ver a mi padre así, la culpa recae sobre mi madre. La veo como la culpable de todo. Me acerco a él y lo abrazo. —Te quiero, papá. Pase lo que pase. Él me besa en la frente y ambos salimos de la camioneta justo a tiempo para ver a mi antigua familia y a Xavier acercarse por la acera. —Oli —Llama Connor, pero no le hago caso. Entramos y tomamos asiento detrás de una mesa larga. Unos minutos después, el juez toma asiento en el estrado. —Estamos aquí hoy para determinar la custodia de Olivia Crocker. Ambas partes presentarán las razones por las que solicitan la custodia total y yo determinaré lo que es en el mejor interés del menor —dice el juez. No toma mucho tiempo para que ambas partes expongan sus razones y, honestamente, las de mi madre no fueron convincentes en lo más mínimo. —Ella es mi única hija y una joven debería estar con su madre. Charles es un buen padre, pero no entiende por lo que pasa una joven en este momento de su vida —dijo ella. Qué montón de basura. La jueza pidió mi opinión y el abogado de mi padre habló en su nombre. —Bueno, esta decisión nunca es fácil. Hay muchos factores que entran en juego al decidir sobre la custodia de un menor. He revisado ambas peticiones y he tomado en cuenta todo lo que se presentó aquí hoy. En el caso de la custodia de Olivia Crocker. Se otorga la custodia exclusiva a Evelyn Crocker —dice la jueza. Inmediatamente me pongo de pie. —No, no me iré con ella. No me iría con ella, aunque el juez lo decidiera. Ella golpea el mazo y mi padre me alcanza. —Sé que estás molesta, Srta. Crocker, pero mi decisión es definitiva —dice ella. Mi padre me abraza y las lágrimas corren por mis mejillas. —Todo va a estar bien, Oli. Sé que estás molesta, pero son solo seis meses. Luego nadie tendrá voz sobre dónde vives —dice él. —No, papá, por favor no me hagas ir con ellos. —Oh, cariño, desearía poder evitar que esto sucediera, pero escuchaste a la jueza. Solo recuerda que son solo seis meses —dice de nuevo. —Oli —dice Connor. Me doy la vuelta y veo simpatía en sus ojos. —Oli, es hora de irnos —dice Connor. —No me voy ahora. Tengo que recoger mis cosas y asegurarme de que papá esté bien. Sé que no te importa él, pero a mí sí. —Oli, me importa —Empieza a decir. —Mentira, ahora tienes a tu nuevo papá. Solo déjame en paz. Ya te dije que no soy más tu hermana. —Olivia, ya basta. Te vienes con nosotros ahora. Enviaré a alguien por tus cosas —dice Xavier. —Seis meses, Oli, y hablaremos todos los días —dice mi padre. Le doy un beso en la mejilla antes de darme la vuelta. —Está bien, me voy, pero me aseguraré de que todos deseen haberme dejado a mí y a papá en paz. Paso junto a Connor y Xavier. Mi madre intenta alcanzarme, pero rápidamente la esquivo. Cuando llego a la acera, espero a que me alcancen. —Este es el coche, Oli —dice Connor. —No sé cuántas veces puedo decirlo, pero no me llames Oli. De hecho, no me hables en absoluto. Me meto en el asiento trasero y me abrocho el cinturón. Me concentro en la ventana mientras las otras puertas se cierran a mi alrededor. —Olivia, sé que estás enojada. La fulmino con la mirada antes de volver a mirar por la ventana. Lo dije en serio. Van a desear no haberme querido en su casa.
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