Capítulo 3: Madura

1794 Words
Punto de vista de Olivia Connor intenta hablar conmigo mientras el coche sigue moviéndose hacia un lugar que será mi infierno durante los próximos seis meses. Saber que esto no es permanente es lo único que me impide perder completamente la cabeza. Si supiera que mi padre no se metería en problemas, volvería corriendo a casa en cuanto tuviera la oportunidad. Una mano en mi antebrazo me saca de mis pensamientos. Inmediatamente aparto su mano de mí. —Connor, quiero dejar esto claro. No me toques ni me hables. Puede que no tenga opción más que vivir los próximos seis meses con ustedes, pero eso es todo lo que obtendrán de mí. En cuanto pasen los seis meses, volveré a mi verdadero hogar con mi único verdadero padre. Miro a mi madre esperando que mis palabras la lastimen tanto como ella me está lastimando. Lágrimas corren por sus mejillas. —Eso es suficiente —dice Xavier, deteniendo el coche al costado de la carretera. —Fuera del coche, Olivia, ahora —dice. Estoy tentada a decirle que se vaya al diablo, pero algo dentro de mí hace que mi mano se mueva por sí sola para abrir la puerta. Salgo y cierro la puerta detrás de mí. Cruzo los brazos sobre mi pecho y me niego a mirar a Xavier. —Mírame, Olivia. Quiero asegurarme de que estás escuchando y la única manera en que sabré con certeza que lo estás haciendo es si me miras a los ojos. Lo miro y juro que sus ojos cambian de color, pero sacudo ese pensamiento de mi mente. —Sé que estás enojada, y tienes todo el derecho de estarlo. Esta situación no es fácil para ninguno de nosotros. Entiendo que amas a tu padre y quieres vivir con él, pero la mujer en ese coche es tu madre —dice. Se nota que Xavier es un hombre de carácter fuerte. La convivencia no será nada fácil. Voy a abrir la boca, pero él me silencia con una mano levantada. —Ella es tu madre y merece respeto. No eres una niña, Olivia. En seis meses serás una adulta y necesitas empezar a actuar como tal. La vida rara vez es justa, así que más vale que aprendas a lidiar con los golpes porque algún día podrías ser tú sentada en el coche y tu hija actuando como si te odiara. —Eso nunca seré yo, porque no soy infiel. Jamás traicionaría a mi esposo. Así que, por injusta que sea la vida, nunca seré ella. En cuanto al respeto, se gana, no se da simplemente. Perdí todo respeto por ella cuando te eligió a ti sobre mi padre. No te gusta mi actitud hacia ella, entonces mándame a casa. Estaré feliz de no volver a verlos a los tres en mi vida. Xavier frunce el ceño y me mira detenidamente. Xavier da un paso hacia mí y juro que siento que no puedo respirar. —Xavier, por favor. Quiero llegar a la casa —dice mi madre desde el lado del coche. Ni siquiera la escuché salir. —Entra en el coche y no quiero escuchar otra palabra negativa de ti durante el resto del viaje. —Me quedaré callada con gusto si todos me dejan en paz —digo deslizándome de nuevo en el coche. —Oli —empieza a decir Connor, y hago un gesto de cerrar mis labios antes de volver a mirar por la ventana. No estoy segura de cuánto tiempo más conducimos porque debí haberme quedado dormida. —Oli, es hora de despertar. Ya llegamos —dice Connor. Me siento rápidamente y casi me sorprendo al ver lo que solo puede describirse como una mansión. Afortunadamente, me detengo y mantengo mi rostro impasible. Empujo la puerta y me bajo. Un chillido fuerte me hace mirar hacia la entrada. Una chica joven y bonita con largo cabello rubio se apresura hacia mí. Antes de que pueda dar un paso atrás, me envuelve en un abrazo aplastante. —Oh Dios mío, eres tan hermosa. Te pareces mucho a tu mamá. Estoy tan emocionada de conocerte. He oído tanto sobre ti —dice, hablando a mil por hora. La chica parece simpática, pero no estoy para esos juegos. Así que actúo fríamente. —Becca, cariño, respira. La estás asustando —dice Connor. Ella se ríe y da un paso atrás. —Lo siento, estoy feliz de que finalmente estés aquí —dice. —Oli, esta es mi novia Becca —dice él. Lo miro con una mirada fulminante y su sonrisa se desvanece. —Lo siento, Olivia. Becca, esta es mi hermana, Olivia. Por mucho que quiera ser una bruja para castigar a Connor, no puedo. Becca parece dulce y muy diferente a las chicas con las que él normalmente sale. No me entiendas mal, es bonita, pero no es delgada como un palo. Tiene curvas y no debe medir más de un metro y medio. —Es un placer conocerte, Becca. Si no te importa, realmente solo me gustaría ir a mi habitación y llamar a mi papá. —Por supuesto, estoy segura de que hoy fue mucho —dice ella. —Vamos, Olivia. Te mostraré tu habitación —dice mi madre. La sigo sin decir nada. Cuando volvemos a entrar, me asombra el tamaño del lugar. Lo que es aún más sorprendente es la cantidad de gente que deambula por ahí. Mi madre empieza a contarme sobre la casa, pero la ignoro. No me importa este lugar, no es mi hogar. Subimos dos tramos de escaleras y caminamos por un largo pasillo. —Este es nuestro piso. Mi habitación está al final del pasillo. La habitación frente a la tuya es la de Connor y esta es tu habitación —dice ella. Empuja la puerta y, en otras circunstancias, me encantaría la habitación. La decoración imita la de mi habitación de verdad. Una gran diferencia es el tamaño de la cama. Mi cama en casa es de tamaño queen y esta debe ser una king. —Tienes tu propio baño por esa puerta. Asiento y me acerco a una gran ventana mirador. —La cena es a las cuatro. Connor te mostrará el comedor —dice ella. —No, no me uniré a ustedes para la cena. Comeré aquí. No vamos a ser una pequeña familia feliz, no importa cuánto quieras reemplazar a papá. —Olivia, amo a tu papá… —empieza a decir, pero la interrumpo. Me ofende que hable de mi padre, así que no me queda más opción que callara. —No te atrevas a decir que amas a mi papá. Eres una mentirosa y una engañadora. Puede que tenga que quedarme aquí porque el juez lo ordena, pero no quiero estar aquí. No quiero estar cerca de ti. Cumpliré mi sentencia en esta prisión y en el momento en que cumpla dieciocho años nunca me volverás a ver. Ahora, si no te importa, me gustaría llamar a mi papá. El único padre que me queda. Mi madre se sorprende por mi frialdad. Ella se paraliza por varios minutos. —Lo siento, Olivia —dice ella. —Esas son las dos palabras más inútiles del mundo. No arreglan nada. No cambian el hecho de que destruiste nuestra familia —digo antes de volverme hacia la ventana. El sonido de la puerta cerrándose me hace caer los hombros. Seis meses, Olivia, me repito a mí misma. Saco mi teléfono del bolsillo y marco a mi papá. Contesta en el segundo timbre. —Hola Oli, te extraño ya —dice él. —Yo también te extraño, papá. —¿Cómo es la nueva casa? —Es solo un edificio, papá. Incluso si fuera un palacio, lo odiaría aquí porque no estoy contigo. —Oh Oli, sé que estás enojada, pero no quiero que estés miserable durante los próximos seis meses. Algún día todo esto será solo un mal recuerdo. Por más enojado que esté con tu madre, ella te ama. No espero que la odies por mí, Oli. —No lo hago, la odio por mi cuenta. Ella destruyó todo. Es egoísta. Nunca la perdonaré. Ya era una joven adulta y sabía muy bien que las acciones de mi madre destruyeron todo. —De acuerdo, hablemos de otra cosa por ahora. Hablamos durante una hora de todo, desde películas hasta la escuela. Temo ir a la nueva escuela, pero mi papá quiere que la acepte. Cuando cuelgo, me recuesto en la cama y cierro los ojos. Un golpe me hace sentarme. Miro mi teléfono y veo que son más de las cuatro. Me deslizo fuera de la cama y camino hacia la puerta. Cuando la abro, espero ver a Connor, pero en su lugar está Xavier. —Es hora de cenar —dice él. —No tengo hambre, y ya le he dicho a mi madre que no comeré con tu pequeña familia. —Olivia, estoy tratando muy duro de tener paciencia contigo, pero cada vez que haces llorar a tu madre, se hace más y más difícil. —Sus emociones no son mi problema. Ella creó esta situación. Si todos me dejan en paz, entonces no heriré los sentimientos de nadie. —Basta, no seguirás hiriendo a mi esposa. Sus palabras me hacen retroceder tambaleándome. —Xavier —La voz de mi madre, lo hace girar la cabeza en su dirección. —¿Esposa? Ni siquiera está divorciada todavía. —El divorcio se concretó hace cinco días, y nos casamos hace dos días. Así que madura, Olivia. Esta es la realidad. No seguirás hiriendo a tu madre sin consecuencias —dice él. Miro entre él y mi madre antes de girarme y correr al baño. Cierro la puerta con llave y me deslizo hasta quedar acurrucada en el suelo. —¿Qué diablos, Xavier? ¿Cómo te atreves a decirle eso sin hablar conmigo primero? Esa es mi hija, y no tenías derecho. —Tengo todo el derecho. Soy el jefe de esta familia y el Alfa —dice él. —Tienes razón, eres el Alfa, pero yo soy la Luna. Vete y asegúrate de llevar una manta y una almohada porque no dormirás en mi cama esta noche. —Evelyn —dice él con voz más suave. —Vete ahora, Xavier—dice ella. Unos segundos después, un golpecito en la puerta me hace contener los sollozos. Me niego a dejar que ella me oiga llorar. —Olivia, lamento que eso haya pasado. Xavier nunca debió haberte dicho eso. Por favor, abre la puerta para que podamos hablar, Oli —suplica ella. ¿Por qué no me dijo mi papá que el divorcio se había concretado? Mi madre sigue golpeando, pero ni siquiera puedo decirle que se vaya.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD