Capítulo 23. Las cosas claras. Al escuchar esas palabras, mi corazón se rompió en mil pedazos. Realmente, al final de todo, la prefiero a ella. Él aún la ama y la mandó a buscar. Siento mi salud inestable; no puedo entender cómo, a pesar de todo lo que hemos vivido, él aún la busque a ella. Siento mi cuerpo temblar mientras mis lágrimas apuntan a salir sin control. Intento levantarme cuando siento su agarre en mi mano entrelazando nuestros dedos donde besa la palma de mi mano. —Sí, es así, señor, no hay ningún inconveniente; yo estoy dispuesto a correr con los gastos, si usted me asegura que llegará bien. —Me atrae hacia él, sosteniéndome del muslo de mi pierna, donde una fuerte sensación eléctrica recorre mi cuerpo. —Sí, en este caso prefiero que sea directamente a casa; no quiero q

