Ahora que los reinos viven en una aparente calma, los campos se ven más verdes que nunca, los frutos en los árboles parecen entender que ahora pueden crecer grandes y fuertes, es una calma en la que ya no hay miedo de caminar cercanos a los lagos, incluso parece que el cielo se ve más azul que nunca y que el sol calienta lo justo, lo necesario, como para sentarse en el fresco pasto y contemplar las nubes, esto es lo que se podría nombrar como una época dorada, llena de florecimiento y un importante aporte en el diálogo diplomático de los reinos, ahora parece ser que la única preocupación es mantener la tranquilidad mediante tratos pacíficos.
Lastima que la vida no es así de simple, no se acaba una guerra y todo se vuelve pacifico, para nada es así, siempre va a existir la necesidad de tener más poder, todos siempre quieren poseer más, es parte de la esencia humana, siempre se quiere, se necesita, más.
Todas las historias deben de componerse de más de una parte, se necesita conocer y entender todos los componentes, es más que claro que para todos creer que hay un bueno y un malo es lo más simple, pero no hay idea más errónea que esa, la gente suele ser víctima de las circunstancias y actúa para sobrevivir.
Es sin sentido creer que esa torpe idea sobre los buenos y los malos es real, hay una explicación, por más absurda que sea, sobre el inicio de las guerras, sobre la búsqueda de poder, debemos dejar esto claro antes de comenzar, deben de quitarse de una vez por todas esas ideas de cuentos de hadas y no es por que me interese en lo más mínimo lo que piensen de mí en estos momentos, le aseguro que lo que menos quiero es dejarme como un princesa que ha sufrido las tempestades que no merece, muchas cosas malas que me han pasado me las he ganado y otras cosas son las que sencillamente me han convertido en lo que hoy soy, me ha forjado el carácter a base de fuego y tierra, solo así se pueden forjar los buenos reyes y reinas de la historia
Hablar de mi en este preciso instante es sin sentido, ustedes ya tienen una idea muy clara sobre mi y mi familia, saben que soy la princesa cruel en la cual no han podido confiar, eso lo se mejor que nunca, mi intención no es cambiar su opinión sobre mi, al contrario conocerán un poco sobre mi y como me volví una princesa cruel.
Se que todos están aquí para saber si Gyda ha sobrevivido y si han perdido a su amada (o tal vez odiada) protagonista, se que les interesa saber como se las ha tenido que arreglar Keelan Dager, el príncipe de fuego, con la nueva princesa Melione y como va su vida ahora que se a convertido en el rey que ha lograda la calma en lo que parecía ser una guerra sin final, también deben estar esperando una explicación para saber lo que ha pasado con aquel extraño reino de hielo, el reino del rey Alexey Kald, saber si ese lejano reino ahora es habitado o si simplemente es el patio de juegos de unos reyes aparentemente pacíficos.
Tantas cosas deberían tener su explicación, entender que a pasado con Ailana y los pocos presos de la familia Leif que desconocían el plan de ataque contra la corona de fuego, por una venganza sin sentido, y también claro no podemos dejar atrás la historia de Arving Cass y si ha logrado convertirse en un rey fuerte para lograr levantar a su reino de esa pobreza y miseria que los obliga a depender de la caridad de los reinos fuertes, pero ahora es mi turno de contar la historia, aun no me logro decidir si les debo sacar todas esas dudas de la mente o si debo torturarlos un poco, debo confesar que me gusta la idea de dejarlos así sin respuestas, me satisface creer que jamás se enteraran, es algo que vere con el tiempo y si sencillamente me da la gana les contare, por el momento es una incertidumbre con la que pueden vivir e paz.
Esta soy yo … Ellen Windsor y esta es mi historia, no solo de lo que ahora soy, es la historia de quien fui.
Capítulo 2. Las nuevas princesas han nacido.
Era una, aparente, mañana tranquila en el reino de Windsor, el reino celebraba el nacimiento de las dos hermosas princesas, Gyda Windsor, la primera princesa en nacer y la hija menor del rey Tyrone, después la felicidad continuó con el nacimiento de Ellen Windsor, la primogénita del príncipe Basil.
Ambas eran preciosas, parecían hermanas de diferente madre y las únicas diferencias radican en que Ellen es rubia y Gyda pelirroja con la piel más pálida, pero el color de sus ojos era realmente idéntico, las facciones.
Pronto la gente del pueblo no pudo evitar comenzar a hablar y sacar sus conjeturas, lentamente en todo el pueblo se escuchaban las mismas opiniones al respecto del nacimiento de estas dulces princesas.
Lo digo en verdad, para mi que esas princesas son hermanas, es mucha coincidencia que sean idénticas, parecen gemelas. - hablaban algunas mujeres del reino.
No puede ser posible ¿Crees que el rey le haría eso a su hijo? - argumento una mujer.
Claro que lo haría, es un rey que odia todo. - dijo un hombre.
Pero una cosa es que sea cruel con nosotros y otra cosa que sea cruel con su propia sangre, no creo que le haga eso a su hijo, imposible. - comentó la primera mujer.
Cierto, no debe ser igual de cruel con su familia. - argumento la segunda mujer.
No se engañen, la basura con perfume sigue siendo basura, ese rey es cruel con su sangre y seguramente con ellos es más cruel que con nosotros, ellos viven con el y buen carácter no tiene. - a este hombre nadie le iba a quitar la idea de que las nuevas princesas eran hermanas.
Pero de ser así ?Basil no haría nada? ese príncipe es el reflejo de su padre y dudo que la infidelidad lo dejara andar por el palacio con la princesa en brazos, seguramente armaría un escándalo. - y a esta mujer nadie la haría cambiar de parecer.
Se escuchaban platicas asi por todo el reino, claro de manera clandestina, siempre a espaldas de la realeza, nadie quería hacer enojar a la familia real con suposiciones, por que hacerlos enojar podía costarles la cabeza y los rumores tampoco debían salir de Windsor, era un secreto, casi como si la gente presintiera que el secreto a voces no debía salir de las murallas de su reino, aunque no entendían muy bien el por qué.
Eran pocos los sirvientes que hablaban sobre lo que pasaba dentro del palacio, estaban confinados a un silencio sepulcral en cuanto dedicaban su vida a servirle a la realeza, pero había pocos rebeldes que se atrevían a no quedarse en silencio y pronto comenzaron a hablar de las princesas.
En verdad, se los digo yo que lo he visto en carne propia, la princesa Ellen es verdaderamente hija del príncipe Basil, todos en el palacio podemos ver su emoción y su afecto por ella. - dijo uno de los sirvientes.
Pero Gyda y Ellen son idénticas… - dijo un hombre.
Lo sé, lo sé mejor que nadie, pero les puedo asegurar que es su hija, es un padre bastante orgulloso de su retoño y Tyrone también se