Viggo agarró con fuerza el picaporte de acero y cerró la puerta de su castillo con determinación se giró y al estar de frente a sus hombres comprendió al ver sus rostros cansados y mal techos que era el momento de hablar. Acercándose a su beta le palmeó el hombro y por medio de su lazo mental le advirtió que iba a decir unas palabras para alentar a sus hombres. Draco asintió con un simple movimiento de cabeza, luego se apartó y con gran agilidad montó a su caballo.
El alfa podía distinguir entre la multitud el nerviosismo y el desgaste de sus soldados, ya nadie deseaba continuar con la búsqueda, por eso decidió que era el momento preciso para demostrar que podía ser un gran líder y que podían confiar en él, así que antes de montar a su caballo, se paró firme en el pórtico ante todos s
