Capítulo I: Regreso a casa

1239 Words
Lucia se encontraba en el aeropuerto de su país después de cinco años en el extranjero. Había sido un largo viaje y se sentía cansada, pero al mismo tiempo, emocionada por regresar a casa. Después de recoger sus maletas, se dirigió a la salida del aeropuerto, donde la esperaba su amigo de la infancia, Juan. —¡Lucia! ¡Qué bueno verte después de tanto tiempo! —dijo mientras la abrazaba con fuerza. —¡Juan! —respondió con una sonrisa— Me alegra mucho verte también. —¿Cómo estás? ¿Cómo ha sido tu vida en el extranjero? —Ha sido una experiencia increíble, pero también ha sido difícil estar lejos de casa por tanto tiempo. —Sí, lo entiendo. Pero estoy seguro de que estás emocionada por volver a casa y reencontrarte con tus amigos y familiares. —Bueno, eso es lo que pensaba antes de irme, pero ahora las cosas han cambiado un poco. —¿A qué te refieres con eso? —Me he enterado de algunas cosas que sucedieron mientras estaba fuera y ahora estoy aquí para hacer algo al respecto. —¿Qué cosas? ¿Qué pasó? —Fui engañada por mi exesposo con mi mejor amiga. Me divorcié y me fui del país, pero ahora he regresado para tomar venganza contra ellos y cualquiera que se haya metido en mi camino. —Lucia, eso no suena nada bien. ¿Estás segura de que es lo que quieres hacer? —Absolutamente. Han arruinado mi vida y ahora es mi turno de hacerles pagar por lo que me hicieron. —Entiendo que estés molesta, pero no creo que tomar venganza sea la respuesta. ¿No sería mejor dejar todo eso atrás y seguir adelante con tu vida? —¿Cómo puedo dejarlo atrás cuando me hicieron tanto daño? No puedo simplemente ignorarlo y hacer como si nada hubiera pasado. —Pero la venganza nunca es la solución, Lucia. Solo te llevará a más dolor y sufrimiento. —Tal vez tengas razón, pero ahora mismo solo puedo pensar en hacerles pagar por lo que me hicieron. Tengo que hacerlo. —Bueno, sea cual sea tu decisión, yo estaré aquí para apoyarte. Si necesitas cualquier cosa, solo dímelo. —Gracias, Juan. Realmente lo aprecio. Con esto, Lucia y Juan se dirigen al coche de él para dirigirse a su hogar en su país natal. Lucia estaba lista para enfrentar los dolorosos recuerdos que la esperaban y tomar venganza contra aquellos que le habían hecho daño en el pasado. Mientras se dirigían en el auto, Lucia se quedó callada, mirando por la ventana mientras pasaban por las calles de la ciudad. Todo parecía tan familiar y a la vez tan diferente. Había extrañado su hogar, pero ahora sentía que ya no encajaba en él. Durante el tiempo que se encontró fuera de su ciudad natal, algunas cosas habían cambiado, el lugar se había llenado de edificios muy altos y una diversidad de negocios. —¿Cómo te sientes? – preguntó Juan, notando la expresión preocupada en el rostro de Lucia. —Me siento...extraña, supongo. Como si todo hubiera cambiado y yo ya no perteneciera aquí. —Lo entiendo. Pero te aseguro que aún hay muchas personas que te quieren y te extrañan aquí. No estás sola. Lucia asintió, agradecida por las palabras reconfortantes de su amigo. Sin embargo, sabía que la situación era mucho más complicada de lo que parecía. Había una venganza por tomar, y no descansaría hasta que eso sucediera. Finalmente, llegaron a la casa de Lucia, y Juan la ayudó a llevar sus maletas adentro. La casa se veía igual que cuando se fue, pero todo se sentía diferente. Los recuerdos dolorosos de su matrimonio fallido y la traición de su amiga la atormentaban. —Gracias por ir al aeropuerto por mí y traerme hacia mi casa, Juan. —No hay problema. Si necesitas cualquier cosa, no dudes en llamarme, ¿de acuerdo? —Lo tendré en cuenta. Gracias de nuevo. Eres una de las personas que más he extrañado en mi estancia en el extranjero. —Me da mucho gusto escuchar eso. Me has hecho mucha falta amiga —le dijo mientras le daba un abrazo de despedida. Luego de ese fuerte abrazo, Juan continuo su camino hacia su vehículo, para luego ponerse en marcha hacia su hogar, a pesar de que siente pena por todo lo que vivió su amiga y que no está del todo de acuerdo con ella, está dispuesto a apoyarla en todo lo que ella necesite. Después de que Juan se fue, Lucia se sentó en su sala de estar, contemplando su nueva vida. Sabía que no sería fácil, pero estaba decidida a tomar venganza contra aquellos que le habían hecho daño. La primera fase de su plan ya estaba en marcha, pero sabía que había mucho trabajo por hacer. Y así, Lucia se dispuso a planear su venganza, decidida a dejar atrás el dolor del pasado y tomar el control de su vida una vez más. Mientras contemplaba su nueva vida, Lucia se dio cuenta de que se había desapegado de todo lo que había dejado atrás. Ya no sentía afecto por su hogar, ni por las cosas que alguna vez le importaron. Se dio cuenta de que había cambiado, que su experiencia en el extranjero había moldeado su personalidad de una forma que no esperaba. Pero que le agradaba mucho, debido a que estaba segura de que con este nuevo sentir será más fácil para ella poder llevar a cabo su plan de venganza en contra de su exesposo y su ex mejor amiga. Luego de unos minutos sintiendo todo ese poder interior. Lucia caminó por su casa, explorando cada rincón, pero se sintió extraña, como si fuera una visitante en vez de la dueña. Se sentó en su cama, la misma en la que lloró tantas veces, y cerró los ojos. Respiró profundo y trató de pensar en su plan de venganza. La imagen de Santiago y Anastasia juntos la perseguía en sus pensamientos, y no podía dejar de sentir rabia y dolor. Pero sabía que tenía que mantener la calma, que no podía actuar impulsivamente. Lucia se levantó de la cama y se dirigió al baño. Se miró en el espejo y se dio cuenta de que estaba un poco más delgada que cuando se fue. Se sentía más fuerte, más segura de sí misma. Pero también se dio cuenta de que su mirada estaba cargada de tristeza, como si hubiera cargado una gran cantidad de dolor en los últimos años. Decidió tomar una ducha y relajarse un poco, pero sus pensamientos seguían en la venganza. ¿Cómo iba a hacer para hacerles pagar por todo lo que le habían hecho? Sabía que necesitaba aliados, pero no confiaba en nadie en ese momento. Aunque su amigo Juan se comportó de la mejor manera con ella, está segura que no lo puede involucrar en su plan de venganza, ya que él es demasiado buena persona. Luego de algunos minutos reflexionando, pensó que tal vez podría empezar por trabajar en su propia vida, conseguir un buen trabajo, empezar a construir su éxito. Con ese pensamiento, Lucia salió de la ducha y se vistió. Bajó las escaleras y salió de la casa, lista para empezar a trabajar en su nueva vida y su plan de venganza. Sabía que no sería fácil, pero estaba determinada a hacerlo.
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