Fiorella

Prólogo “Amor mío: Lamento profundamente que este día haya llegado tan pronto, más lamento aun no poder cumplir mi promesa de envejecer juntos, pero además de quedarte con mi amor y mis más hermosos recuerdos dejo a tu cuidado al único fruto de nuestro amor, amala y cuídala, no la culpes por mi partida temprana, recuerda que fui yo quien insistió en darte un hijo, ella no pidió venir al mundo y mucho menos pidió que arriesgara nuestro futuro juntos, nuestra hija es una niña hermosa y obediente, es realmente digna de ser tu hija, además es una niña muy talentosa y frágil. Espero que algún día conozcas una buena mujer que te dé más hijos y le de nuestra hija esa seguridad que yo nunca pude darle debido a mi enfermedad, sé que cuando recibas esta carta y me haya ido de este mundo seguramente estarás muy triste y te encerraras en tu propio mundo, ¡eso no está mal! pero no debes abandonar a nuestra pequeña, hazla parte de tu mundo, recuerda que tú habras perdido a tu esposa, pero ella habrá perdido a su mamá, apóyate en ella y permite que ella se apoye en ti… Otro punto importante, no alejes a nuestra hija de sus sirvientes, sobre todo de Juan, el nunca debe separarse de ella por el bien de ambos, y no permitas que mi familia se acerque a nuestra pequeña antes de cumplir su mayoría de edad, estoy segura de que investigaras y entenderás todo en algún momento, pero mientras ese día llega, haz todo lo que esté a tu alcance para mantenerla lejos del Reino Unido. Ahora que sé que mi vida se está extinguiendo y tu estas enojado con Dios y con la vida misma por está situación, solo te pido que recuerdes nuestros mejores momentos, no me recuerdes enferma, ni débil, recuérdame como el día de nuestra boda, o como las muchas veces que nos escapamos juntos en nuestra adolescencia, todos los días recuerdo ese día que mi ex novio accedió a no casarse conmigo porque pido ver lo enamorados que estábamos, y a partir de ese momento comenzamos a ser uno del otro, formamos nuestra propia familia lejos de todo y de todos... hablando de él, por favor permite que reconozca a nuestra hija como ahijada, a estas alturas realmente no es importante si aceptas el compromiso de nuestra hija con su hijo, pero el día que sali embarazada de Fiorella le prometí que mi primogénita seria su ahijada, cuando superes el enojo cumple con mi palabra y permítele ser parte de la vida de nuestra hija, será muy difícil para ti estar solo con nuestra pequeña princesa. Tengo la certeza de que en el futuro serán muy felices si cuidas de nuestra hija y la crías bien, recuerda todos los días de tu vida que siempre fuiste mi primer y gran amor, así como yo me iré a donde quiera que me lleve la muerte feliz de haber sido tu esposa y tu primer y gran amor… tengo tanto que decir, pero la mayoría de mis sentimientos no se pueden expresar con palabras, cuídate mucho y a nuestra hija. Nunca, jamás en lo que te resta de vida olvides que te ame hasta el final de mis días Carlos y el mayor orgullo de mi vida fue llevar tu apellido y darte una hija” Juliana Lennox de Zuloaga