Muerto antes de dar un paso

1544 Words
Los ojos de Arthur Graham me volvieron a ver, él tenía una mirada de incertidumbre. Lo leí en su mirada perdida, cayó al borde de la cama. Me levanté y me sacudí, salí por el balcón al techo, así empecé a escabullirme alejándome de todos, bajé por el tubo de escape y me introduje a la espesa vegetación. No cabía dudas, estaba echa para esta ocasión. Salté cuantos muros perimetrales hubiera por delante, hasta que crucé una última barda. De pronto me ví en una extensa carretera de curvas con árboles coloridos, estaba amaneciendo. Necesitaba irme lejos cuanto antes y cuanto pudiera. Al seguir corriendo y caminando, sentí el cansancio y la sofocación, trepé a un árbol gigantesco, de esos milenarios, me acosté en una de sus gruesas ramas y me eché una merecida siesta. El no haber dormido en la noche anterior y no haber tenido un descanso necesario me hicieron abrazar los brazos de Morfeo, dormí para recuperar mis energías, primordialmente quería recuperar mis fuerzas. Unas voces atrajeron mi atención, me sacaron del otro lado del mundo de los sueños, di la vuelta y miré abajo. Veía a hombres, vestidos en trajes ninjas, tenían la cara cubierta, traían espadas, otros cargaban armas, hasta que a lo lejos vi perros sabuesos. "Me lleva la fregada" dije en mi interior, salté ágilmente de una rama a otra alejándome arriba entre las copas de los árboles, no había rastros ni huellas, ¿era todo por mí que vinieron? "¿Por Graham?" ¿A quién se le ocurre venderme como objeto de placer a un tipo que me triplicaba la edad y cuya vida detestara? Al sujeto ese, ¿al tal jefe superior sería que lo preocupaba su manita derecha? Vaya, si que sentía que lo detestaba. Lo cierto era que me tenía muy molesta, estaba a un 80 por ciento llena de rabia, quería arrancarle la cabeza a quien fuera ese sujeto del demonio. Esperé por dos días a que se fueran de ahí, pero ellos no se daban por vencidos o que se yo porque seguían tras mis pasos, siguieron peinando la zona. No me importaba, lo cierto era que yo no era de su grupo estándar, debían tomar en cuenta eso, pues a la hora de una reunión, el Jefe dijo que yo era su única graduada con honores. ... En el hotel de siete estrellas... —¿Esta chiquilla hizo ésto sola? —preguntó el jefe superior, nadie había tenido la dicha de verlo en persona, pues el siempre tenía a sus emisarios custodiando sus intereses. —Les diré ésto... encuéntrenme a la chiquilla, la quiero sin ningún rasguño. —Es una culicagada, no cumple ni los 16 años, está asustada, por eso atacó al señor Graham. —dijo uno de sus colaboradores. El señor Bonete, un hombre de origen Italiano muy resongón dedicado al trabajo sucio, no le calentaba el sol desde hacía ya varias horas. —¡Cállate! ¡Es la única chica que cumplía los requisitos para ser “el arma perfecta” es la culminación de esta generación de Chicas, la mejor es ella! Y mira porque lo digo, cada una de ellas para mí no los valen. —Vienen a comer y beber tranquilas, no piensan en nada, no hubo precaución para nada, quedaron desmayadas todas, en cambio ella, ella se preparó para cualquier evento que pudiera aproximarse a ella, se cuidó de no quedar noqueada en la mesa para ser abusadas así, ella es la máster, ¿no se dan cuenta? —La quiero a ella, aquí en menos tiempo en que se acabe con mi paciencia —dijo el jefe "superior" El resto de las jóvenes que también estaban asustadas se miraron con cautela, los del personal que trabajaban en el lugar se miraron entre sí, querían recordar a la indomable joven, pero ella era una chiquilla, pensaron. Para poder sobrevivir, Sahara Doliette pensó en su siguiente paso. No usar su nombre de pila, por que la encontrarían con facilidad, debía pensar en un nombre, ¿Pero cuál nombre? Zuly Doliette era a como la conocían, salió de aquella vegetación y transcurrió varios días para llegar a la ciudad, su reloj de muñeca la ayudaba, pues podía ubicar su posición. Al llegar a la Ciudad, su inteligente cabecita la ayudó, se buscó una cuartería en un barrio peligroso, no quería ser encontrada por nadie. Por la noche Zuly salió bajo el bullicio de la noche, se escabulló entre la gente, para esto, ella se había vestido con un pantalón látex pegado a su cuerpo, una blusa de tortuga de cuello alto hasta arriba, por encima se había acomodado una gabardina de cuero oscuro, traía unas botas hasta la rodilla, lo cual la hacia ver cómo chica malvada. No pasó desapercibida cuando pasó en medio de la noche entre unos hombres jóvenes que estaban en medio de la pasada, eran delincuentes de quinta. —¡Oye! ¿Que eres? —preguntó uno de ellos atrayendo la atención de los otros. Ella se medio detuvo, pero siguió su paso, el hombre que le había hablado, molesto por que fuera ignorado, trotó al lado de ella acercándose, le dijo. —¡Hey, porque me dejas hablando! —ella se paró por un momento, y sin volver a verlo advirtió. —Aléjate y no te metas en problemas. —Jajaja, se rió el tipo, que tenía un estilo de pelo afroamericano. —Con esa vocesita de niñita, jajaja ya me valiste madre —dijo mientras los otros le seguían el cantureo. —¡Baah, es una jeva, es una chica, parece una vampírica! —dijo otro de los hombres riéndose. Zuly se volteó girando su cuerpo solo para mostrar unos ojos asomándose sin mostrar mas de ella misma por la capucha puesta en la cabeza. Otro más de los hombres, quien se. creía rudo se levantó y se acercó al primer hombre, le dijo: —Hermano, dame pase, traigo las bolas hinchadas, tengo tres días de no coger hembra. Como si tal el primer tipo que por verla primero pasar a la mujer, ya tenía potestad sobre la chica, dijo, "si, tómala" dando la vuelta para dejarlo a él cogerla y a ella a su suerte. —Dije que si no quería morir, no se acercara a mí —dijo la desconocida mujer vestido extrañamente, lo que hiciera reírse a carcajadas a todos los delincuentes. Aún así, el hombre se acercó con algo de cautela, pero al verle las manos vacías, se abalanzó sobre la joven, esta dió un vuelterín cayendo encima, le puso la rodilla en el cuello asfixiando en cuestión de segundos, pero eso no fue lo que matara al hombre, si no que ella tomó del cuello al hombre ya debilitado sin aire y rompió su cuello en cuestión de segundos. Nadie se dió cuenta, pues creían que el hombre estaba acostado en el suelo y se hacía el dormido, la persona desconocida en el siguiente segundo había continuado caminando y perdido en medio de la noche. Una hora después, los delincuentes restantes seguían parlando y jugando juegos de naipes, dizque matando el tiempo, uno de ellos dijo: —Oye, esa jeva lo dejó rendidísimo a nuestro amigo, míralo, quedó dormido en plena calle. Una media hora después uno de ellos le fué a propinar una patada al tipo en el suelo, le dijo: —Te deshinchó las bolas —el tipo no reaccionó por lo que muy curioso y preocupado se acercó y le habló, le tocó y éste cayó al tratar de sentarlo, se dió cuenta que algo andaba mal. —Oye, panas, este hombre ya está al otro lao —dijo con voz aguda y asustadiza. —¿Qué? —dijo otro y otro mas. —¡Que pasa! —¡¿Alguien vió a la mujer?! —todos estaban con la mente en blanco. —Quisimos que tuviera su privacidad, no le presté atención —inquirió otro. —Hay que llamar a la policía, pero no lo haré yo. —Ni yo tampoco, me caerán en preguntas. —Si, solo llamémosle, ah y antes que nada, vamos a llamar al niño del otro lado y contarle exactamente lo que queremos que diga y así se acaba esto. —Si —dijo uno y luego otro hasta acabar de aceptar todos lo mismo. —¡Vamos a atrapar a esa mujerzuela—dijo el Juancho. —¿Y crees que una mujer puede hacer algo así? No lo creo. —Creo que era un travesti quien hiciera esto, parecía mujer y era hombre, si no como explicas que pudo acabar con él, si no como pudo acabar con él sin dificultad. —Si era o no un vato, nos jodió —habló entre ellos otro. —Es increíble a estas alturas, lo hizo al lado de nosotros, sin ruido y sin miedo, es como si fuese un profesional, ya no me siento seguro aún estando entre ustedes. —Si —dijo otro de los maleantes —si a nuestro lado pasó esto, que tal eh. —Vamos, llama a la policía, este ya lleva varias horas muerto, ya está tieso. —Si, quien de ustedes tiene el numero móvil del detective Doliette.
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