Capitulo 1
El cielo esta nublado, aun así me siento feliz de estar en camino a casa de la familia de mi novio Samuel, tengo un año de relación con él y ha sido realmente lindo. Hoy luego haber insistido un par de veces por fin conoceré a su familia. Debo admitir que algunas veces he visto a su hermano Gilberto en la oficina puesto que soy afanadora en la empresa de su familia ahí fue donde lo conocí.
De ahí en fuera solo conozco a su hermano quien es demasiado reservado y culto, creo que en el tiempo que he trabajado para ellos nunca le he sacado ni una sola palabra, como sea cada paso es más cerca de la entrada de esa hermosa residencia.
Juro que algún día tendré algo parecido, eso es un sueño que tengo con mi madre quien ha enfermado los últimos meses, por ella prometo ponerle más empeño a lograr mi meta la cual es demasiado difícil, puesto que los medicamentos de su enfermedad son demasiado caros que no me alcanza si quiera para ahorrar un poco para poder estudiar.
Con una sonrisa voy tomada de la mano de Samuel quien parece estar demasiado serio.
— ¿Te encuentras bien? —volteo a mirarlo.
—Bueno es que la verdad no estoy cómodo, te dije que quería esperar, pero insististe, mi familia es demasiado conservadora, solo si te incomoda no digas nada ¿Ok? —él termina de decir para luego apresurar sus pasos.
Frunzo los labios a la vez que procuro seguir su ritmo, y si, antes de pisar la entrada de esta hermosa casa no tenía ni una especie de temor sin embargo ahora estoy demasiado intimidada.
Aun así no pienso moverme necesito saber que tan enserio va esta relación. Samuel se pasa de largo hacia al comedor en donde están sentados una señora de por lo menos cuarenta años, ella está en silla de ruedas, aun así, sigue siendo hermosa y elegante, luego del otro lado esta Gilberto el Ceo de la empresa automotriz donde trabajo.
Él sigue comiendo como si nadie hubiera llegado al lugar, mientras que la señora me sonríe a la vez que me invita a tomar asiento.
—Debes ser Camila, eres muy bella—ella me sonríe.
—Gracias usted también es muy bella—correspondo a su sonrisa.
—Soy Sara hermana de estos dos hombres que ves aquí. Samuel me comento que eres afanadora en la empresa, quiero aclarar que para mí las etiquetas no importan.
—Quizá etiquetar a la gente no está bien, sin embargo, Samuel debería dejar de andar de mujeriego, digo al rato mi querido hermano traerá a una payasa, por eso es que no madura—Gilberto se atreve a decir sin siquiera verme a la cara.
Boquiabierta lo veo con indignación ¿Qué es realmente lo que quiso decir? Frunzo el ceño para luego sentir como Samuel me suelta de la mano. Parece estar enojado que temo que se arme un tremendo lio estando yo aquí.
—Mis relaciones no son de tu incumbencia, y dejé de ser mujeriego desde que conocí a esta hermosa mujer. Hermano yo no tengo la culpa de que Aitana no esté aquí contigo, claro es que prefirió irse a estudiar al extranjero.
— ¡Cállate! Ella volverá, estamos comprometidos—él levanta la mirada.
Una muy desafiante y fría, Casi siempre que limpio su oficina siempre ha sido callado por lo que nunca había escuchado si quiera su voz la cual es grave y seductora aun estando enojado.
—A ver chicos cálmense, hoy hay visitas y de verdad no pretendo escuchar sus discusiones las cuales ya me sé de memoria —Sara menciona un tanto molesta.
—Esto no estaría pasando si fueras justa —expresa Samuel con enojo.
Creo que esto se está saliendo de control, si bien él me ha comentado que su hermano es un hombre el cual siempre le ha robado todos sus logros además del cariño de su hermana, viendo como habla creo que estoy empezándolo a desconocer.
Por eso es que me acerco a tocar su hombro para tranquilizarlo, tal vez su frustración tenga un porque, aun así no quiero que sea grosero con su hermana la cual me parece agradable.
—Samuel cálmate hoy es un día especial estoy aquí…
— ¿Un día especial? Por favor, Camila, aquí no hay días especiales, sinceramente no quería traerte a esta casa, ves que soy tratado como una basura, aquí los grandes logros y las mejores cosas las tiene mi hermano Gilberto, el gran hombre de negocios —menciona en tono fuerte.
— Samuel si nuestro hermano ha hecho grandes negocios es porque le ha puesto interés a la empresa. Te recuerdo que las oportunidades se te dieron primero a ti, pero decidiste mejor irte a fiestas con mujeres, perdóname Camila, pero es la verdad—Sara dice en tanto niega con la cabeza.
—Ah claro el santo Gilberto, el intachable, el gran señor, algún día toparas con una piedra en tu zapato a ver si así eres el señor perfecto que dice Sara, a quien estoy seguro de que decepcionaras —replica con coraje.
No entiendo nada de lo que está pasando, pero por lo que veo al parecer esta rivalidad entre hermano va más allá de lo que mi novio me ha contado, esta es la primera vez que conozco a sus hermanos, creo que debí aceptar la sugerencia de no venir, me siento tan incómoda que solo frunzo el ceño.
De pronto y sin avisar el golpe de la mano de Sara sobre la mesa me sobre exalta, vuelvo a dirigir mi mirada hacia ella quien está demasiado roja del coraje.
—Se calman aquí nadie es perfecto, lo que pasa es que cada quien lucha por sus metas, y si hay algo que debo reconocer es el gran trabajo de Gilberto, Samuel en vez de enojarte deberías intentar mejorar y no enojarte.
—Algún día te demostrare quien soy yo, ustedes dos son de lo peor—rechina sus dientes.
Veo como él también esta rojo del coraje, así que con preocupación tomo un vaso de agua el cual le ofrezco, sin embargo, mi novio hace que lo tire al suelo, me toma por sorpresa su acción, en todo el tiempo que he estado a su lado, jamás lo había visto de esta manera.
— ¡Todo esto es tu culpa! ¿Ya estas contenta? —me toma del brazo y me arrastra a caminar con él quien me aprieta con brusquedad.
—Samuel suéltame me estas apretando muy fuerte de la mano.
Tal parece ser que no me escucha por lo que solo sigue avanzando en tanto yo no puedo caminar debido al agua que hay estancada en mis zapatos. Permanezco tomada de su mano hasta que la voz llena de autoridad de Gilberto nos detiene, luego de eso él me toma del brazo y me atrae hacia atrás logrando liberarme del agarre de Samuel quien lo ve con demasiado enojo.
— ¡Que te pasa! Imbécil ¿Con que derecho me quitas a mi novia de la mano? —lo empuja.
Gilberto me pasa hacia atrás de él para luego enfrentar a su hermano. ¿Por qué hizo tal cosa? Acaso no se da cuenta que enfureció más a Samuel. De pronto veo como mi novio le da un puñetazo a su hermano quien le responde con otro, luego de eso observo la tensión que existe entre ambos la cual es demasiada, lo sé por su respirar y sus puños cerrados.
—Samuel de verdad necesitas moderar tu humor, no tienes el derecho de sacar a tu novia de esa manera ¿Qué no escuchaste que te detuvieras? —dice con tal autoridad que su voz retumba en mis oídos.