Reunión Familiar

1206 Words

—Dios, odio las mañanas. Apreté una almohada contra mi cara y me removí en la cama. Nunca había sido una persona madrugadora, pero mi odio por las mañanas se había multiplicado por cien desde que quedé embarazada. O despertaba odiando el olor de todo, o despertaba con tanta hambre que podría comerme una vaca entera. Algunas mañanas, despertaba hambrienta y con náuseas, y odiaba aún más esos días. Hambrienta y sin poder retener nada en el estómago. Por suerte, esta mañana no me sentía ni con náuseas ni hambrienta, pero necesitaba dormir un poco más. ¿Para qué levantarme temprano si Serov no estaría aquí de todos modos? Inquieta por la luz que intentaba filtrarse a través de mis párpados cerrados, me giré de nuevo y choqué con algo cálido y duro. ¿Serov? Me quité la almohada de la car

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD